IBIZA MARTIN DAVIS Y BEN DUNWELL | Marcelo Sastre

El inglés Ben Dunwell llegó a Ibiza en 2014 junto a su familia dejando atrás años de trabajo como libretista junto al conocido compositor Will Todd. Se asentó por Sant Joan y comenzó a escribir. Hace cuatro años, por casualidad conoció en una librería de Santa Gertrudis al editor Martin Davies y le propuso que leyera una historia suya sobre la llegada de los primeros pobladores fenicios a Ibiza. Aunque, Davies tenía muchos proyectos entre manos aceptó echarle un vistazo y tal y como aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera a las pocas páginas ya estaba enganchado con la historia de Kaly, una joven adolescente que huyendo de su terrible madre acaba llegando a la mítica Isla de Pinos. El «flechazo» fue tan grande que tuvo claro que tenia que editarla bajo el nombre de Isla de Pinos en su sello Barbary Press, con una versión en castellano y otra en inglés y que ya se pueden comprar en librerías y plataformas digitales. Una historia tan apasionante como lo que se cuenta en las cerca de 350 páginas de la novela.

Usted escribió la obra de teatro Her island name, que dirigió y protagonizó junto a Alex Gray, Joanna Hruby, Katarina Baliova y Pippa Rose. Ahora ha cambiado de registro con su primera novela. ¿Cómo nació la idea?
—Pues fue un proceso de elaboración muy largo que me llevó ocho años. Al principio tenía la idea de crear una novela más literaria pero tras tanto tiempo dedicándome a ella, se ha convertido en algo mucho más vivido. Lo mismo que la protagonista principal, la adolescente Kaly, que ha ido creciendo según yo iba escribiendo la novela.

Kaly es uno de los platos fuertes de la novela. Es un personaje muy potente que da mucho juego.
—Es cierto. Estoy muy orgulloso porque la novela encontró su propia voz con ella. Su descubrimiento como joven, como persona, también va de la mano con el descubrimiento de la isla.

¿De donde sacó inspiración para los personajes?
—Kaly, viene de muchas lugares diferentes. Me puedo ver yo mismo en su soledad pero su fuerza, la que la hace tan especial, es un homenaje a esas mujeres a las que me encantaría que mis hijas pudieran parecerse algún día cuando sean mayores. Después, la abuela es un personaje que surgió solo y no está inspirada en nadie. Es horrible y ojalá nunca la conozca (Risas). Y finalmente, el padre, el paciente timonel, es una combinación de mis hermanos.

¿Por qué decidió ambientar la historia en el mundo fenicio?
—Fundamentalmente porque tiene muchos aspectos atractivos para un novelista. Sobre todo si hablamos de Ibiza, un lugar donde sus primeros años y posterior establecimiento todavía son muy misteriosos.

¿Es por ello que no está muy explotado literariamente hablando?
—Sin duda. Si hubiera escrito sobre la época de los romanos, por ejemplo, me hubiera encontrado con mucho más información. Incluso hubiera encontrado muchos detalles que todo el mundo conoce en Netflix (Risas).

¿Qué es lo que le ha resultado más atractivo?
—Sobre todo la atmósfera de una isla vacía. Es algo que me encanta. Una vida muy simple pero llena de preocupaciones y alegrías muy parecida a la que vivimos actualmente.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación para luego escribir la novela?
Increíble. Apasionante. He de decir que la investigación para la novela ha sido un proceso tan gratificante como el posterior de sentarme a escribir todo lo que había conseguido.

¿Qué es lo que más le ha gustado de lo que ha descubierto?
—Todo lo que he aprendido sobre cosas como las cerraduras, las redes de pesca, los cultivos o las estrellas con las que se guiaban mientras navegaban. Y también descubrir que a aquella gente les interesaban mucho más todas estas cosas que los reyes o las batallas.

¿Ha pensado que Isla de Pinos podía llevarse al cine o convertirse en una serie de televisión?
—Sería algo emocionante ver una serie de televisión por ejemplo con Netflix. Imagínate que se pudiera rodar con una isla vacía en verano... Increíble (Risas). Sería un escenario muy rico visualmente. Y sí, estoy esperando la llamada de cualquier productora. (Risas).

¿Y acudir a explicar su novela en colegios o institutos para que nuestros jóvenes aprendan más de una historia de la isla que no es tan conocida?
—Realmente yo no soy un historiador ni tampoco muy buen profesor. Sin embargo, siempre me ha gustado hablar sobre la experiencia que supone escribir textos que conectan directamente nuestro pasado con el presente.

¿Habrá segunda parte?
—Espero que sí. De momento ya estoy ocupado con el segundo libro de la serie, ambientado unos años más tarde de esta Isla de Pinos. Mi idea es poder hacer una trilogía ya que creo que todos los personajes tienen aún un largo camino por recorrer,. Y además, la isla de Ibiza aún está llena de misterios para ellos.

Y ya la última. ¿Cómo es entonces su libro perfecto?
—Aquel que te consiga llevarte fuera de ti mismo pero que también sea capaz de conectarte con lo más profundo de ti. Aquel que sea la mezcla de ambos aspectos.