Turistas, de compras por las calles de Sant Antoni. | Bea Roselló

La crisis no se acaba. El Govern considera que el crecimiento interanual del PIB, la disminución del número de parados y el aumento del número de visitantes de estos últimos meses son suficientes argumentos para afirmar que la crisis se mitiga.

No obstante, según los catedráticos Guillem López Casasnovas y Antoni Riera no se pone el foco en las variables decisivas para el crecimiento a largo plazo, como son la productividad y el PIB per cápita.

Según el economista menorquín afincado en Barcelona y consejero del Banco de España, una buena temporada turística y unas cifras de ocupación menos malas no son suficientes para orientar la economía hacia el buen camino. “Estamos cargando la batería de un coche que no funciona. No sabemos si equivaldrá a ponerlo cuesta abajo o simplemente servirá para comprobar que no es solo un problema de batería el que hace que el coche no acabe de arrancar”, explica López, que añade que “hace falta una devaluación interna, es decir, disminuir unitarios para ser competitivos en nuestras exportaciones”. Solo durante este mes de julio recibimos 1,34 millones de visitantes del extranjero y gastaron casi un 7% más que en 2012. Todos estos viajeros llenarían 58 veces el Iberostar Estadi. La evolución de la llegada de turistas extranjeros no ha hecho más que crecer desde 2008. De abril a octubre, 2012 registró 1.106.458 visitantes más del extranjero que en el mismo periodo de 2008. Esto significa un incremento muy destacable del 18,8% atribuible, según Antoni Riera, principalmente a los problemas internos que presentan competidores como Turquía o Egipto.

Sin embargo, durante los meses de diciembre, enero y febrero parece que la tendencia es a peor: en diciembre de 2008 y enero y febrero del año siguiente llegaron a nuestras islas 182.683 turistas extranjeros y, en cambio, este invierno fueron solo 124.840. Esta merma indica que a pesar de que se lucha contra la estacionalidad, esta batalla se está perdiendo.

El número de parados ha dado una tregua este año y ha disminuido en promedio un 6,47%. Pero la cifra absoluta sigue siendo alta, con 69.354 personas que buscan trabajo en el mes de julio. Si se tiene en cuenta la evolución del número de parados desde 2008 hasta hoy, durante los primeros años de crisis la destrucción de empleo llega a ser del 60%. A partir de 2012, el desempleo empieza a disminuir por dos motivos principales. “Hay gente que se marcha de Balears y, por otra parte, otras personas cuando dejan de cobrar el subsidio por desempleo dejan de buscar trabajo activamente, por lo que dejan de constar en las listas de parados”, explica Riera.

La afiliación a la seguridad social sigue un camino distinto: experimenta una disminución gradual a partir de 2008 y tras cinco años de caída, la variación interanual de los últimos cinco meses es positiva pero baja.

La destrucción de empresas es otra variable clave. Actualmente en Balears existen 85.044 empresas, casi un 10% menos que en 2008, cuando la economía dejó de crecer. Actualmente, el número total de empresas está en niveles de 2004. Para el catedrático de la UIB, el tejido empresarial destruido correspondía a negocios muy endeudados que no pudieron hacer frente a los pagos y a empresas con baja productividad que se quedaron sin beneficios cuando se redujo su demanda. “Las empresas que han desaparecido tenían beneficios coyunturales, fruto del buen momento económico, pero no ganancias por productividad”, remarca.

El problema de raíz es la falta de innovación y de modernización de las empresas. Aunque algunas empresas hoteleras de Balears están apostando por la calidad, el sector terciario funciona con mano de obra no cualificada y con márgenes de beneficios bajos. La productividad es cada día inferior: se necesitan cada vez más recursos para obtener el mismo PIB, o en otras palabras, el aumento de los factores productivos, especialmente de la mano de obra, no se traduce en incrementos iguales o superiores de la producción. La solución pasa, según Riera, por invertir en innovación, tecnología y capital humano.

El PIB per cápita, que se calcula como la producción total dividida entre el número de habitantes de una población, mide el bienestar de una economía. Balears ha pasado de tener el segundo PIB per cápita más alto de España, en 1997, a ocupar la séptima posición. La cifra absoluta de PIB per cápita ha pasado en estos años de 15.800 euros a 24.393. En todo caso, los habitantes de Balears han perdido bienestar respecto a otras comunidades.

Otro de los puntos cardinales de la recuperación pasa por redimensionar el sector público. La mayor tarea del ya depuesto vicepresidente económico Josep Ignasi Aguiló era reestructurar la administración y reducir el déficit fiscal. Aunque el Govern no cumplió el objetivo impuesto por Madrid para 2012, se ha conseguido disminuir la deuda hasta el 1,83% en diciembre de 2012.

Para superar la recesión, según el catedrático de la UPF hace falta estimular la demanda externa, volver al crecimiento y poner las bases de un modelo económico que no lo apueste todo a un solo activo, ni ladrillo, ni sol y playa. Además indica que hace falta una devaluación interna, es decir, disminuir unitarios para poder abaratar nuestras exportaciones.

¿Se acaba la crisis? “No lo sé”, dice el economista menorquín. “Lo que pase después de las elecciones alemanas será importante. También la variación del precio energético si hay guerra en Siria. Y no hay que olvidar otros factores, esto es la globalización. Pero si pasa algo malo, mejor que nos coja con los deberes hechos”. Para ambos especialistas, el final de la crisis está todavía por llegar.