En pocos años la compañía irlandesa ha entrado con fuerza en Balears, sobre todo en Eivissa y Menorca. | Reuters

Con la liberalización del transporte aéreo europeo se abrió un nuevo mercado para las compañías de aviación. Fue entonces cuando salieron a la luz las llamadas compañías de bajo coste que, si bien en un principio algunos expertos no les vaticinaban un gran futuro, han revolucionado el transporte aéreo y también han propiciado un cambio empresarial en las llamadas compañías tradicionales o de bandera.

Buen conocedor del sector aeronáutico nacional e internacional es Tomás Cano que, durante más de 40 años, ha trabajado como gestor y director de diversas compañías de aviación, entre ellas Air Europa o Air Madrid. Cano asegura que en los últimos años ha habido un cambio de hábitos entre el consumo de los viajeros porque “ahora se gestionan ellos mismos sus paquetes vacacionales”. En consecuencia, los “touroperadores tradicionales tienen tendencia a desaparecer”, mientras que las compañías low cost han propiciado que se considere la aviación “como si de un autobús se tratase”. Es decir, volar se ha convertido también en un medio accesible y más económico.

Dada la situación actual, Cano cree que “las compañías de bajo coste no pueden quitar el pie del acelerador” para así crecer todavía más. Los beneficios de estas, asegura, son normales ya que “nadie quiere un desplome económico de estas compañías ni en la bolsa”. Se refiere a las recientes noticias sobre Ryanair que auguran que este año tendrá menos beneficios de los esperados. Cabe señalar que estos beneficios se sitúan entre los 570 y los 600 millones de euros, mucho más de los obtenidos el año pasado que fueron de 503 millones. “Las acciones en bolsa han bajado, pero nadie quiere que ninguna compañía se desplome”, reitera Cano.

El reto será, según el experto, que este tipo de compañías aéreas que actualmente solo vuelan en Europa se decidan a dar el “salto necesario” e inicien trayectos de largo recorrido hacia América. Precisamente Estados Unidos es el embrión donde se gestó la idea del low cost gracias a Rollin King, fundador de Southwest Airways. Cano recuerda la importancia de esta compañía americana que “supo ganarse la confianza de la gente. Muy diferente al presidente de Ryanair, Michael O’Leary, que es un hombre a quien le gusta provocar y crear polémica”.

La diferencia es abismal entre el modelo de gestión y de marketing entre ambas compañías líderes. Ryanair es hoy por hoy la más rentable. La sigue EasyJet, una compañía “con una imagen mucho más cercana y amable” explica Cano mientras le vaticina un buen futuro. La aerolínea británica obtuvo unos beneficios de 371 millones de euros en 2012. Lo que supuso incrementar un 27,9 por ciento las ganancias respecto al año anterior.

“Sabemos que la industria aérea es un sector esquizofrénico, por lo que hay que analizar los datos con cautela, pero EasyJet tiene un mercado propio en el que no solo hay turistas de zapatilla, sino que los ejecutivos también vuelan en low cost”, recalca. “Lo que no podemos permitir es la política del miedo y la inseguridad de la que tanto se ha hablado sobre este tipo de compañías”, asegura el gestor empresarial quien recuerda que es “totalmente falso”. “Tal vez están en el límite de la legalidad, pero eso no significa que no sean legales ni seguras”.

Sobre la filial de Iberia, Vueling, aunque de dimensiones mucho más reducidas también está en proceso de expansión. La compañía catalana obtuvo el año pasado 14,7 millones de beneficios. “British Airways está encantado con esta compañía, ahora filial también británica, ya que ellos crearon una aerolínea de bajo coste, Go, y no fue rentable. Ahora Vueling es la esperanza también para ellos”, asegura. Precisamente el mercado británico y sus gestores aeronáuticos son bien conocidos por Tomás Cano quien recuerda que es la “escuela británica” la que marca las pautas tanto en aviación como en touroperadores y turismo.