Ganado | Daniel Espinosa

Son pocos los ibicencos que no conocen las instalaciones de la Granja Santa Gertrudis de Eivissa. Sus 20 hectáreas de superficie de pasto y cultivo, la elaboración de queso artesanal y las cabezas de ganado que hay, convierten a esta instalación en visita obligada para la mayoría de escolares de la isla. Aun así, la Granja Santa Gertrudis cuenta con otras muchas otras particularidades que son unas auténticas desconocidas.

La empresa nació en el año 1973 con varios socios al frente, entres ellos los hermanos Antonio y Abel Matutes, exministro de Asuntos Exteriores durante el mandado de José María Aznar y presidente de la cadena hotelera Palladium Hotel Group. En esa época, otro negocio de la familia Matutes, Zumos Naturales, embotellaba leche de distintas granjas que había en Eivissa. La necesidad de producir más cantidad de producto lácteo hizo que se creara la Granja Santa Gertrudis con el fin de poder suministrar así a la isla un productos homogéneo. Una década después, en 1983, la granja la pasó a gestionar al cien por cien la sociedad Doliga, también de la familia Matutes, y así hasta ahora.

Entre los productos que se comercializan se encuentran la leche fresca pasteurizada; quesos frescos, principalmente los que sirven de base para hacer el típico postre ibicenco, el flaó; quesos curados, semicurados y rallados; yogur; mantequilla y nata. Todos ellos se fabrican y comercializan desde casi el principio de la empresa. A esta lista se deben sumar también la elaboración de compost, humus de lombriz o estiércol, así como plantas de jardinería, especialmente palmeras y olivos.

Pero, sin duda alguna, lo más novedoso de la Granja es la producción de carne de distintas razas de vacas, según explica Agustín Felipe, gerente de la empresa. De ahí, que la Granja Santa Gertrudis cuente desde hace poco tiempo con una sala de despiece, que se pondrá en marcha en los próximos meses, lo que permitirá descuartizar el ganado que se encarga de criar.

CARNES. De hecho, esta novedad responde a la necesidad que encuentran los establecimientos hoteleros de la propia familia Matutes y la dificultad de encontrar carne de máxima calidad para servir a sus clientes. La apertura de hoteles de alto standing durante los últimos años ha obligado a importar reses de alta calidad con el fin de poder autoabastecerse.

Así, la Granja cuenta actualmente con 200 cabezas de vacas frisonas, que destacan por su alta producción de leche y su buena adaptabilidad. Además tiene un centenar de ganado Aberdeen Angus, una raza productora de carey autóctona de Escocia, y 50 cabezas de Wagyu, originarias de Japón y cuya carne es muy apreciada por sus características de sabor, terneza y jugosidad, siendo utilizada para la preparación de platos gourmet.

LAS RAZAS. En relación al ganado, Agustín Felipe explica que la empresa, por tradición, se encarga de la reproducción de la vaca frisona, de donde se sacan todos los productos lácteos, mientras que las Aberdeen Angus fueron importadas de Irlanda. Tras un proceso costoso, Felipe destaca que se han adaptado “muy bien” e incluso alguno de los ejemplares ya ha nacido en Eivissa.

En cuanto a la raza Wagyu es, según el responsable de la Granja, la más problemática y a la vez la última en llegar a los retablos ibicencos. Y es que, tras importar embriones y semen de Australia, ahora desde la Granja Santa Gertrudis ya pueden decir que cuentan con medio centenar de cabezas de esta raza.
A pesar de que Eivissa es una isla poco arraigada en la cría de ganado, la Granja Santa Gertrudis destaca que sus animales, sobre todos los destinados a la carne, se encuentran sueltos para pastar y se utiliza gran cantidad de forrajes, cereales y algarroba producidos en la propia isla, premisa que hace que los productores de piensos pitiusos también se beneficien.

La empresa, además, destaca la importante apuesta por la producción y venta del producto local, artesano y natural, que abarca toda la cadena de valor, desde la siembra de la producción agraria y la cría del ganado, hasta la comercialización y venta final a los diferentes clientes.

Desde la Granja Santa Gertrudis señalan que, a pesar de la apertura de grandes superficies, las ventas no han disminuido, pero sí se han visto obligados a ofrecer en todo momento productos de alta calidad.

COMPETENCIA. A pesar de la competencia, la empresa produce, envasa y comercializa todo lo que fabrica, y aseguran que no se han visto obligados a bajar precios, aunque llevan tres años sin subirlos, según explica el gerente. “Quizás hay que moverse más para repartir en más sitios pero al final del año vendemos la producción”, puntualiza. Aun así, la empresa se mantiene en los mismo niveles de facturación desde hace años, que oscila alrededor de 1,5 millones de euros al año.

Entre los adeptos, destacan los residentes en el apartado de consumo del queso y los extranjeros, de la leche. De esta manera, y por su tradición, la leche y los quesos son los productos que tienen más demanda, aunque el abastecimiento de carne para los establecimientos hoteleros harán que esta materia también tenga una gran salida y se convierta en uno de los productos estrella de las instalaciones.

La Granja Santa Gertrudis llega a unos trescientos puntos de venta, dependiendo de si es invierno o verano, ubicados tanto en Eivissa como en Formentera. A estos hay que sumarle la venta directa al cliente y el servicio a domicilio que también realizan en toda la isla.

A pesar de la profesionalización de la empresa y la metodologíade trabajo, la Granja Santa Gertrudis no exporta producto fuera. Como se indica en su página web, son productos ‘km 0’, lo que permite “ofrecer el mejor producto en las mejores condiciones posibles a nuestros clientes”, destacan como garantía de proximidad y confianza.