Si la abarca es el calzado típico de Menorca, la camiseta Pou Nou se ha convertido en el complemento imprescindible que faltaba como signo de identidad propio. Pou Nou es una marca de ropa nacida en 1986 de la mano de Joan Carrés Armengol, alma de esta aventura empresarial que ha sabido trasponer el arte, desde su estado original, para vestir a personas.
Inconformista por naturaleza y dotado de una enorme sensibilidad, Joan Carrés buscaba el diseño gráfico dentro del arte, de las creaciones originales de artistas que dotaran a su camiseta de algodón de un sello propio. Un sello menorquín y marcadamente mediterráneo, de la isla que lo cautivó para siempre la primera vez que desembarcó para cumplir con el servicio militar.
Casi treinta años después, el sueño no solo se ha hecho realidad, sino que la ropa de Pou Nou ya forma parte del paisaje habitual y se extiende a más de 150 tiendas en las que ha contribuido a explicar el relato de Menorca con un estilo de vida propio que seduce a locales y visitantes.

TRADICIÓN FAMILIAR. Joan Carrés Armengol nació entre patrones, muestras, tejidos y nervios, muchos nervios para poder servir los encargos a tiempo, como él mismo explica. Su familia era propietaria de Manufacturas Carrés Costa, una de las fábricas textiles más prestigiosas de Mataró, en Barcelona, nacida en 1947 y especializada en confección de ropa interior para marcas de prestigio. “Hoy las fábricas textiles de nuestro país se han convertido en museos más que en fábricas, pero yo viví toda mi infancia y parte de mi juventud entre costuras”, explica el fundador de Pou Nou. Todo aquello no tenía demasiado sentido para él y por eso decidió dedicarse a la química y alejarse del ruido de los telares.

“Para mí tenía sentido el arte, sobre todo la abstracción, así que me puse a experimentar. Busqué un soporte que fuera adecuado para poder mostrar la creatividad que habitualmente queda encerrada en una sala, y por eso el mejor aliado que encontré fue la camiseta que fabricaban mis padres”, asegura. Así, de este modo, gracias a los artistas que quisieron colaborar con su proyecto, pudo nacer Pou Nou.

En ella se confeccionan camisetas estampadas con diseños únicos que atrapan la esencia de lo que Joan Carrés descubría en Menorca y que encajan muy bien en un mercado de modas clónicas y saturado de souvenirs de bajo perfil. El cartel de quince artistas que colaboran con Pou Nou es muy revelador de su poderoso atractivo.

DEL ALGODÓN AL LINO. Aunque los primeros años se dedicaron únicamente a la camiseta de algodón que le fabricaba su familia en Mataró y que él estampaba posteriormente en Menorca, se dio cuenta de que podía llevar este arte a otros soportes más sofisticados, a materiales con los que podía combinar tinturas diferentes sin perder el hilo conductor de la originalidad. Con su hermana María Teresa, que es diseñadora textil, inventaron nuevas formas de camisetas en las que reflejaron nuevamente la sensibilidad artística de la marca a través de formas y colores, y gracias a un equipo de estilistas. Así nacieron nuevos modelos, a partir de materiales naturales, que acompañaban la prenda original.

En 1994 se introdujeron en el mundo de los vestidos de lino y la gasa, que trataron de seguir fabricando en Mataró, aunque muy pronto topó con la cruda realidad de unos altos costes y de un mercado complejo que les hicieron buscar alternativas de fabricación.

Paulatinamente fueron introduciendo también accesorios y complementos como abarcas, bolsos, sombreros, toallas de hamman o kikoys de pareo que también se sumarían al catálogo Pou Nou. La mayoría de la producción la siguen manteniendo entre Mataró y Menorca, pero algunas piezas las llevan fuera de España para lograr seguir siendo competitivos y sobrevivir en el mercado.

TIENDAS PROPIAS. El nacimiento de Pou Nou llevó consigo el alumbramiento de un escenario adecuado sobre el cual presentar las prendas, lo que motivó que más allá de las tiendas propias en Palma, Ciutadella y Maó, empezaran a fabricarse sus propios muebles y expositores para los sitios donde se acabaría vendiendo su ropa. “Nos dimos cuenta de que nuestro producto estaba mal expuesto en las tiendas que nos compraban, que su colocación encima de un mobiliario estándar rompía la armonía que nosotros estábamos intentando crear con los colores y los dibujos. Por eso empezamos a recurrir a materiales como el hierro oxidado, la madera o la piedra, a través de las cuales fabricábamos el expositor Pou Nou”, explica Joan Carrés. “Buscábamos algo que conservase el minimalismo que desprendían nuestros diseños y con Carles Caprari, que es escultor, hicimos una línea propia de soportes que están en nuestras cuatro tiendas propias, pero que también hemos ido suministrando para personalizar un ambiente identitario en otras cincuenta tiendas más”, añade. “Quizás suene extraño que una marca de ropa también se dedique a fabricar la estantería donde quiere que esté expuesta su ropa, aunque no sea su tienda, pero queríamos ser coherentes y el hecho de vivir en una isla nos hizo recurrir al ingenio y la imaginación para llegar donde queríamos estar”, concluye Joan.

HACIA LA BOUTIQUE. La crisis también les ha pasado factura estos últimos años, en los que han tenido que reducir plantilla de 34 a 18 personas, así como hacer frente con colecciones más extensas a la competencia impertinente de otras marcas de ropa que han querido copiar su estilo. En esta línea se han abierto más allá del producto estrella de la camiseta, con el diseño y la confección de otras prendas de vestir más sofisticadas, que dan mayor caché gracias a la combinación de seda, lino y algodones de primera calidad. Armonía de pies a cabeza con un sentido cuidado de la estética que fluye por todas partes, desde el propio showroom, el catálogo o el punto de venta. Este año, además, el hijo de Joan, Marc Carrés, ha creado una línea propia de ropa hippie-chic bajo la marca Clementina, que busca acercarse a un público más juvenil, con la combinación de estampados frugales a un precio muy interesante, que si bien dejan de tener el sello propio de las creaciones Pou Nou, suman más que restan a la propuesta de la ropa que se diseña en Menorca.

FUTURO. Las dos naves que tienen en el polígono de Maó albergan las líneas de estampación de camisetas, el showroom para tiendas, así como los equipos de diseño artístico y de prenda, junto al personal de administración. “De noviembre hasta abril hacemos dos turnos para la producción de verano, pero el equipo de diseño trabaja todo el año y en estos momentos ya estamos pensando en el verano de 2015”, explica Joan Carrés. “Estamos abiertos a que cualquier artista que quiera colaborar con nosotros, se acerque hasta aquí para exponernos su trabajo y su talento. Siempre hemos querido ser un pozo de ideas a partir del cual salgan las creaciones originales que podamos trasladar hasta nuestras prendas. Esto nos encarece el producto porque hay unos royalties que pagar, pero nos encanta la espontaneidad y la frescura del artista” explica.
Pou Nou SL factura 1.600.000 euros y vende un 30% de su ropa en Menorca, un 30% en Mallorca y otro 30% en la Península. El 10% restante se distribuye entre Eivissa y una tímida exportación entre países como Portugal, Italia, Alemania y Francia, país al que se han abierto recientemente, además de las ventas que puedan nacer directamente a través de su web.