Una tercera parte de la actividad de los centros privados corresponde a la atención a extranjeros. | ultimahora.es

El 22% de la población de Balears tiene doble cobertura sanitaria, lo que sitúa a la comunidad como la segunda con más seguros privados de salud solo por detrás de Madrid. Esta es una de las principales conclusiones del informe sobre la realidad sanitaria balear de la Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES) en colaboración con el Cercle d’Economia. El estudio analiza también las particularidades de la sanidad de las Islas como destino turístico, las diferencias en frecuentación, presupuesto y recursos entre la sanidad privada y la pública y los retos de futuro del sector.

Casi uno de cada cuatro residentes en Balears contrata un seguro de salud privado. En el año 2006 era el 25% de la población, que se redujo hasta el 22% en 2012. Se trata de unas cifras mucho más elevadas que la media española, donde el porcentaje de doble cobertura es del 12,5%. De hecho, prácticamente las duplican. Esto significa que 245.496 personas en Balears pueden escoger entre un tipo u otro de asistencia. Madrid es la única región con mayor porcentaje, con un 25,1%, y siguen a las Islas Catalunya (18,1%), Aragón (14,6%) y País Vasco (13,6%).

El gerente de la UBES, Antoni Fuster, apunta a la falta de infraestructuras sanitarias públicas en los años 70 y 80 como primera causa de que Balears lidere las cifras de usuarios con doble cobertura sanitaria. “Solo había un hospital en toda Mallorca, Son Dureta, que quedaba muy lejos. Con el tiempo, estas deficiencias se han corregido con la construcción del hospital de Manacor, de Inca, Son Llàtzer y Son Espases, además del hospital Mateu Orfila de Maó, el de Formentera, Can Misses y ahora el nuevo hospital Can Misses de Eivissa. No obstante, hace cuarenta años muchas personas optaron por hacerse un seguro de salud privado”, cuenta.

Fuster apunta también a que en Balears existe una larga tradición en medicina privada. “Todo el mundo conocía ca ses monges, y todavía hoy muchas localidades o barrios cuentan con un médico que visita por las tardes”. En Balears, como en Catalunya con el Hospital Clínic, se conciertan algunos servicios o centros hospitalarios. Por ejemplo, se suscribieron a la red hospitalaria pública de Balears la Creu Roja y Sant Joan de Déu en diciembre de 2013, con un contrato de cinco años. Es decir que, a pesar de ser privados, atenderán a los pacientes con la tarjeta sanitaria como si fueran públicos. La Conselleria de Salut también deriva pacientes a las clínicas privadas de manera ocasional para reducir las listas de espera. En 2013 el gasto de la actividad concertada ascendió a 29,2 millones de euros.

Además, insiste Fuster, cuando las competencias en materia de sanidad se transfirieron a las comunidades con la Ley General de Sanidad había una “grave carencia de recursos” en la atención sanitaria pública y falta de planificación. Catalunya fue en 1981 la primera comunidad que tuvo autonomía en materia sanitaria. En 1984 le siguió Andalucía, en 1987 la obtuvieron País Vasco y la Comunidad Valenciana, en 1990 Galicia y Navarra, y en 1994 Canarias. Las diez comunidades restantes, entre ellas Balears, recibieron las competencias en 2002. Entonces, según explica Fuster, las listas de espera eran mucho más largas que hoy en día y quien no quería esperar optaba por la doble cobertura.

El gerente de UBES justifica el hecho de que con la crisis (de 2006 a 2012) el doble aseguramiento solo haya disminuido en Balears un 3% porque de la protección de la salud es “de lo último” que las familias quieren desprenderse.

Otra de las particularidades de la sanidad balear es la enorme influencia de la actividad turística, que sacude la población soportada en el territorio y, en consecuencia, los hospitales y clínicas tienen más ajetreo. Con una relación de 9 visitantes por cada residente, Balears es la comunidad con mayor número de turistas por habitante. La segunda es Canarias, con cinco, aunque su modelo turístico es muy diferente. Balears concentra el 70% de los turistas en cuatro meses, mientras que Canarias tiene una demanda homogénea durante todo el año. Por días, Balears registra alrededor de 64 millones de pernoctaciones, que es una media de 175.563 turistas. Es decir, equivale al 16% de la población, según proporciona UBES.

Para analizar el impacto de los visitantes en la sanidad es necesario distinguir entre turismo de salud, que designa a gente de fuera que viene expresamente para ser intervenida, y medicina turística, que se refiere a visitantes que “van a una clínica por desgracia” mientras están de vacaciones.

Este incremento de la población durante la temporada turística tiene también un impacto en la demanda sanitaria. La medicina turística supone entre un 20% y un tercio de la actividad de los centros privados. De hecho, el 97% de turistas acude a un centro privado en caso de necesitar atención sanitaria”, detalla Fuster.

TURISMO DE SALUD. Pero donde hay un buen negocio a la vista es en turismo de salud, es decir, viajar a otro país expresamente para recibir un tratamiento. “Un ciudadano europeo necesita una operación de cadera, por ejemplo, y tiene que decidir dónde quiere ser intervenido. Mirará precios y condiciones de diferentes destinaciones, ya que en su país de origen le saldría mucho más caro.

Esta modalidad turística tiene su origen en Estados Unidos, donde es muy frecuente viajar hasta el centro o el sur del continente para ahorrarse unos cuantos dólares”, apunta Fuster. Estos servicios se venden en paquetes (hotel, médico, intervención exacta, rehabilitación, etc.) mediante facilitadores. El principal problema reside en la definición del producto, que tiene que ser muy completa para poder comparar precios y prestaciones.

Los servicios más comunes en turismo de salud en España son, a día de hoy, tratamientos de infertilidad e intervenciones quirúrgicas. Y es precisamente en este mercado donde ponen el foco las empresas asociadas a UBES. Balears tiene mucho potencial para ofrecer estos servicios, según Fuster, por el clima, porque las clínicas están bien equipadas y porque cuentan con buenos médicos. Este tipo de turismo contribuiría a la desestacionalización y, aunque es todavía incipiente, se está trabajando en él como una potencial fuente de ingresos. “Para que sea una realidad, tenemos que mejorar en la acreditación de los centros y ser más transparentes. Tenemos que aprender a rendir cuentas”, remarca Fuster.

De acuerdo con cifras de la Unión Balear de Entidades Sanitarias, Balears cuenta con 22 hospitales, 57 centros de salud y 103 consultorios locales. En conjunto (públicos y privados), estos centros de Balears ofrecen 3.746 camas instaladas y 3.289 en funcionamiento. En proporción son 3,4 camas instaladas por cada 1.000 habitantes y 3 camas en funcionamiento por mil, unas cifras muy similares al total español.

MENOS CAMAS PÚBLICAS. No obstante, la oferta sanitaria pública balear es inferior a la del resto de comunidades. Del total de camas instaladas en el conjunto de España, el 79,5% corresponden al Sistema Nacional de Salud y el resto son de oferta privada, mientras que en Balears públicas solo son el 68,3%. Lo mismo pasa con las camas en funcionamiento: mientras que un 79,6% de todas las camas son públicas en el conjunto de España, en Balears solo representan el 71,3%. Con estas cifras, UBES entiende que las camas privadas compensan la menor dotación de camas públicas, lo que va en consonancia con las reclamaciones de la Consellería por una mejor financiación sanitaria.

Balears es, según el mismo estudio, la segunda comunidad peor financiada de España en sanidad, solo por detrás de la Comunidad Valenciana. El presupuesto per cápita en Balears es de 1.123,4 euros, mientras que la mediana es de 1.361,1. El presupuesto por habitante más alto se encuentra en el País Vasco y asciende a 1.591 euros, un gasto por persona en sanidad 467,6 euros superior al de Balears.