Menorca Alaior Son Bou hotel Club Royal Son Bou subdirectora / mascota / director y Estefania relaciones publicas | Gemma Andreu

Acredita más de sesenta premios y reconocimientos del sector turístico y hotelero, y el año pasado el portal de opiniones de viajeros TripAdvisor lo situó en el top de los mejores establecimientos del planeta para pasar unas vacaciones en familia: el séptimo mejor de Europa y el decimosexto mejor del mundo. Royal Son Bou Family Club es más que un hotel de playa, es el paraíso de los niños en Menorca, donde cada rincón está pensado para los más pequeños pero sin olvidar a los mayores. Con una facturación superior a los seis millones de euros, y una plantilla media de 79 personas, el 18 de junio de este año ha cumplido 25 años en la isla bajo la explotación de la sociedad Promotourist S.A., cuyo máximo accionista y propietario es el empresario italiano Guglielmo Isoardi.

ORÍGENES. Los 252 apartamentos que componen este resort, ubicado en la zona de Son Bou, en el término municipal de Alaior, se construyeron en 1989 bajo la visión de los empresarios Basilio Guerra, presidente del touroperador Jumbo Tours, el menorquín Antoni Pons y la cadena hotelera RoyalTur, de la familia Moll. La primera idea era disponer de unos apartamentos turísticos con una pequeña recepción y un pequeño snack para dar servicio. “Con el paso de los años se decidió apostar por el turismo familiar, y nos especializamos progresivamente en la atención a los más pequeños”, explica Tumeu Janer, actual director del hotel. “Se construyeron dos restaurantes, dos piscinas, una pista polideportiva y se fueron haciendo inversiones con el propósito de enfocarse claramente hacia los niños”, detalla.


A mediados de los años 90 entró en la sociedad el empresario Guglielmo Isoardi, antiguo propietario del touroperador italiano Alpitour, que fue progresivamente adquiriendo el control de la sociedad. Ya entre los años 1995 y 1999, el touroperador TUI situó al Royal Son Bou Family Club entre sus diez mejores establecimientos del mundo. El hotel abre sus puertas de mayo hasta octubre y sus huéspedes son mayoritariamente alemanes, pero también cuenta con familias inglesas, italianas, suizas y españolas. “Trabajamos con la tour-operación por la problemática de los vuelos aunque un 18% de las estancias son por venta directa”, añade el director. “En días punta, podemos llegar a tener alojadas a 900 personas”, explica Janer. El Royal Son Bou Family Club acoge una media de 15.000 huéspedes por temporada, de los cuales un 20% repite estancia verano tras verano. Algunos de estos niños han acabado trabajando de mayores como animadores en el hotel.
La experiencia Family Club que ofrecen en el Royal Son Bou es un conjunto en el que suman familia, diversión y una atención especial a los niños con una programación para cada día.

FAMILY CLUB. “Una de las cosas más valoradas por los huéspedes es el personal, el mimo que tienen hacia el niño y, en consecuencia, a la familia”, explica Arantxa González, subdirectora del hotel. “Para nosotros, la experiencia del cliente a través del personal es fundamental y por eso contamos con 22 animadores que cubren todas las franjas de edad, desde los bebés hasta los 16 años”, detalla la subdirectora. Disponen de diversos espacios para la diversión, como el miniclub, un recinto de 1.300 metros cuadrados donde cada día se suceden actividades y donde las estrellas más queridas son las mascotas de Royal Son Bou Family Club.
“Nosotros tenemos claro que el rey tiene que ser el niño y por eso en el comedor, por ejemplo, existe un bufet a su altura y de la misma manera en las habitaciones, el lavabo es de su tamaño” detalla. Hacemos actividades tanto dentro del hotel como fuera, organizando desfiles, excursiones por los alrededores en pony, o incluso salidas para descubrir unas cuevas o una granja.


“Pretendemos que sean también unas vacaciones para sus padres y por eso disponemos de un servicio de guardería para que puedan descansar cuando lo necesiten o incluso si les apetece disfrutar de una cena romántica sin niños”, explica Arantxa González.
Hace dos años decidieron renovar por completo su página web y pasaron de 110.000 visitas a 250.000. “Potenciamos la visibilidad de nuestro motor de reservas, trabajamos el posicionamiento e incorporamos una serie de herramientas que también servían para estar en contacto durante todo el año con nuestros huéspedes”, explica .

FIDELIZACIÓN ONLINE. El año pasado se centraron en estrategias de fidelización con la creación de una segunda web dedicada a su Club Kikoland, en la que se pueden encontrar juegos, entretenimiento y concursos para que los niños se sientan atraídos durante todo el año por el sitio donde pasaron sus vacaciones y, de este modo, quieran volver.


También crearon una tarjeta cliente que premia con ventajas y descuentos si el huésped repite al año siguiente o quiere disfrutar de actividades que proporcionan una serie de empresas menorquinas durante el verano. “Abrimos asimismo una tienda online para todo el merchandising que generamos a partir de los personajes que animan a los pequeños durante su estancia”, añade la subdirectora. “Este año, además, hemos adaptado las webs a los dispositivos móviles y hemos creado nuestra primera aplicación para móviles para redondear la experiencia, con el fin de que el turista tenga en su dispositivo toda la información de cuanto sucede en el hotel”.


Dentro de esta apuesta decidida por la tecnología, en mayo de este año organizaron una jornada llamada Digital Family Meeting en la que reunieron por primera vez a diversos representantes de plataformas digitales, blogueros y profesionales que se encargan de generar contenidos de turismo familiar o están relacionados con el mundo de los más pequeños. “Tuvimos tres bloques de diálogo centrados en turismo familiar, familia, educación y nuevas tecnologías y, finalmente, todo el tema de las madres blogueras”, explica Estefanía Albar, relaciones públicas del hotel. “Se reflexionó sobre las posibilidades del turismo en familia, sobre cómo las redes sociales han cambiado el paradigma del cuidado infantil donde Google reemplaza los consejos de la abuela”, añade. “El año que viene lo abriremos a la participación de familias para que sea mucho más enriquecedor”, concluye.