Macarena Silva, Israel Ochoa y Oliver Gutiérrez son tres amigos que decidieron lanzarse a la aventura empresarial de abrir la primera tienda de ropa al kilo en Eivissa, Flamingos Vintage Kilo Ibiza. Un comercio, además, que vende ropa vintage de Estados Unidos y Canadá.
“Andaba por Barcelona y conocí a Daniel, que es el que impulsó el concepto de ropa al peso en la Ciudad Condal. Le propuse montar algo en Eivissa con la misma idea y me dijo que adelante, que no había problema. Me armé de valor y me lancé con el apoyo de Macarena y Oliver, que son como si fueran mis hermanos”, explica Israel, que solicitó un crédito ICO de 20.000 euros para poner en marcha el negocio.

TRES MESES. Flamingos Vintage Kilo Ibiza abrió sus puertas a principios de mayo. “El negocio está funcionando, la gente lo acepta muy bien”, precisa Israel. En la misma línea se expresa Macarena, que está al frente del día a día en la tienda: “Estos tres meses han sido muy positivos. El público ha respondido bien, la gente agradece que haya una tienda de ropa al kilo y esto nos hace muy felices. Además, les llama la atención porque la decoración está muy cuidada y tenemos una balanza antigua, de toda la vida, para pesar la ropa”.


¿Y cómo funciona? Hay dos tandas de precio por kilo: un kilo por 24 euros y un kilo por 39 euros. De ahí, hacia abajo, en el sentido de que si, por ejemplo, un cliente quiere llevarse tres prendas las paga en función de los gramos que pese cada artículo: “Como si fueran tomates, vaya”, comenta una sonriente Macarena.


A esta familia de Flamingos les gusta que los clientes les digan: “por fin encontré la tienda”. “Eso quiere decir que se han enterado de su existencia, la quieren conocer y han invertido tiempo en encontrarla”. Y es que está ubicada en la calle Felipe II de Vila, en el barrio de es Pratet. Una calle que no está atestada de franquicias sino de comercios de barrio, pero al mismo tiempo cerca del puerto. “Estuvimos buscando locales durante tres meses y todo era excesivamente caro; nos llegaron a pedir hasta más de 5.000 euros de alquiler. Encontrar el local fue, sin duda, lo que más nos costó. Estamos cerca del puerto, en un barrio, y me gusta que la gente diga que le costó encontrarla, pero que lo ha conseguido”, afirma Macarena.


Entre sus planes de futuro, destaca Israel, se encuentra trasladarse a un local más grande (previsiblemente en la misma calle donde están ahora) para separar la sección hombre de la de mujer e instalar en otro espacio un estudio de tatuajes. Además les gustaría abrir sus puertas en otros municipios de la isla.