No fue hasta que el economista austríaco Joseph Schumpeter (1883-1950) pusiera de relieve la importancia del proceso innovador, para el progreso de las empresas, que fuese un concepto prácticamente ignorado por el pensamiento económico clásico. Incluso muchas décadas después la innovación ni siquiera se contemplaba fuera de los procesos industriales.

Es posible que algún empresario del sector turístico vea a todo aquel que le viene con el rollo de la innovación como un charlatán vendehumo y sacacuartos… pero desde hace unos pocos años que se está produciendo una pequeña gran revolución, como señalaba en estas mismas páginas salmón la profesora de márketing de la UIB María Antonia García. Ella misma llamaba “economía de las experiencias” a una nueva forma de oferta servicios turísticos.

¿Algo está cambiando…?
El número 108 (diciembre) de la revista de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) publica un excelente artículo de Nuria López y Enrique Loredo (Universidad de Oviedo) que muestra los elementos internos determinantes de innovación en las empresas de alojamiento y restauración y cómo son distintos a los del resto de la industria, e incluso del resto de los servicios. En primer lugar indican, en lo que a innovación se refiere, que el sector suele optar por la compra de la tecnología que incorpora la maquinaria y los equipos que van renovando más que por participar en la investigación y el desarrollo de los mismos, por este motivo se dice que es un sector dominado tecnológicamente por los proveedores. En segundo lugar, en turismo, la búsqueda de conocimiento e innovación suele estar menos organizada y ser más dependiente de terceros que en el mundo industrial. Finalmente, la compra de conocimiento externo patentado, como sabemos, no es muy habitual.

Siempre es socorrido parafrasear la famosa cita de Miguel de Unamuno “¡Que inventen ellos!” cuando se intenta abordar en España cualquier tema relacionado con la investigación científica.

¿El sector turístico da suficiente importancia a la innovación tecnológica? En mi opinión... la respuesta es negativa y de lo que no me cabe la menor duda es que -más pronto que tarde- esto cambiará. Si fuera el responsable estratégico de alguna gran cadena hotelera o de restauración, igual comenzaría a plantearme si es el momento de ir pensando en crear el embrión de lo que pudiera ser un futuro, y novedoso, departamento de I+D+i.