En la comunicación no es solo lo que decimos sino cómo lo decimos y hacemos.

Primero debemos establecer contacto con el auditorio, sea de una persona o de más de una persona, en forma positiva.
Roger Alies, en su libro dice “Tú eres el mensaje”, afirma que transmitimos una primera impresión en solo siete segundos, en esos segundos nos hacen una radiografía.

Es importante que nos vean como profesionales creíbles y con confianza, eso se consigue aportando datos y evidencias de lo que comunicamos.

Uno de los principales objetivos que debemos tener es ser capaces de encontrarnos a nosotros mismos. Para eso hay un pequeño truco y es ser naturales. Sin tratar de imitar a nadie es como podemos llegar a conseguirlo.

En las interacciones diarias, todos tenemos que vender nuestras ideas y a nosotros mismos. Aquellas personas que son capaces de vender sus ideas causan una impresión positiva y reafirman su imagen con los demás. Crear un ambiente propicio para trasmitir y recibir mensajes que favorezcan la colaboración y fortalezcan las relaciones.

Puede servir para dirigir o controlar una discusión utilizando técnicas ganar-ganar, planificando alternativas para negociar los mejores acuerdos. Esto es cierto no solo profesionalmente sino personalmente. Algunas acciones asociadas a la comunicación: 1)Definir claramente los objetivos. 2)Manejar adecuadamente los distintos tipos de lenguaje. 3)Tener las habilidades de escucha y habla. 4)Ser asertivo y altamente efectivo en los mensajes.

Habla con ánimo, convencido y con fuerza. Cuando hablamos con energía y fuerza, la animación externa tendrá un beneficioso efecto sobre nuestra mente. Si además tratamos de que nuestros gestos y nuestro cuerpo acompañen a lo que decimos, estamos logrando una comunicación completa.

En ocasiones puede que nos quedemos en blanco sin saber qué decir. En esos momentos busco lo que yo he denominado “Mi fondo de reserva”, que no es más que buscar dentro de mí, mis experiencias, vivencias, y automáticamente las ideas van fluyendo y te dan la oportunidad de seguir captando la atención del oyente. Os aseguro que es de las herramientas que más ayudan, porque solo nosotros conocemos lo que queremos comunicar.

Debemos enfocarnos en las soluciones y los objetivos, no buscar culpables, sí que hay que buscar qué ha fallado, cuál es nuestra oportunidad de mejora con el fin de no repetir los mismos errores y sobre todo evitar los angustiosos conflictos.

Vivimos sometidos a muchas tensiones y eso contribuye a que nuestra comunicación en ocasiones nos juegue una mala pasada. Por ello debemos tener especial cuidado.

El coaching es una herramienta poderosa para poder entrenar, entre muchas otras, habilidades en la comunicación.
Pregúntate: ¿Si tuviera una mejor estructura y más agilidad en mi comunicación, qué conseguiría? ¿Cómo me gustaría que me vieran los demás? Y sobre todo, ¿cómo me gustaría verme a mí?