Núria Llabrés, responsable del programa custodia agraria impulsado por el GOB. | Javier Coll

Los payeses siempre han ayudado a configurar nuestro paisaje, que además de contemplativo e inspirador también se encarga muchas veces de alimentarnos. El Grupo Ornitológico Balear de Menorca ha puesto en marcha un proyecto turístico piloto que invita al visitante a conocer una serie de fincas diversas de la isla que destacan por la sostenibilidad y que están integradas dentro del programa de custodia agraria que la entidad ecologista lleva impulsando hace varios años. Visitas guiadas al corazón del campo de Menorca en las que se puede entrar en contacto con elaboradores de queso, de vino, de pan o de ternera roja menorquina entre otras experiencias, degustar sus productos e incluso establecer un diálogo para entender un poco más como funciona el sector primario.

El proyecto es muy nuevo, ya que se empezó a gestar a principios de año y se estrenará durante esta temporada con el propósito de conocer a los creadores del paisaje de Menorca, tal y como reza el tríptico que han editado. “La petición de visitas a los llocs nos vino de los propietarios de hoteles rurales, que nos demandaban este tipo de actividades diferentes para sus huéspedes”, explica Núria Llabrés, coordinadora del GOB. “A partir de octubre empieza a fallar la oferta turística más allá del Camí de Cavalls y por eso están pensadas para desarrollarse en temporada baja, de otoño a primavera”, añade. “Las visitas tienen una duración de unas dos horas aproximadamente y están acompañadas por un guía que les asiste durante todo el recorrido. Algendaret Nou, Binitord, La Marcona, Turmadèn y Es Tudons, consorciadas todas ellas incluidas en nuestro proyecto de custodia agraria, han sido las cinco candidatas que se han incluido en este programa piloto turístico que nos gustaría poder consolidar para que se puedan sumar otros llocs”, comenta.

CUSTODIA AGRARIA. Menorca ha sido transformada por la mano del hombre durante 4.000 años. Su tradición ganadera es conocida desde tiempo inmemorial y ha configurado buena parte de lo que ahora apreciamos en su paisaje. La creación de una red de fincas agrarias con acuerdos de custodia agraria del territorio para garantizar la conservación de los principales valores naturales y culturales de la isla ha sido un proyecto nacido de la mano del GOB y que se ha extendido a otros territorios no solo de Balears sino de la Península entera. “Custodia agraria está planteado como una estrategia para llegar a la conservación y para implicar a todos los agentes de la sociedad con visión ambiental, en el sentido de que si no existe una viabilidad económica, las fincas se acaban abandonando. El acuerdo se basa en la buena voluntad de ambas partes, en la que por un lado existe el compromiso de la finca de desarrollar una serie de pautas sostenibles en beneficio del medio ambiente, como por ejemplo el mantenimiento del mosaico de campos de cultivo y vegetación silvestre perimetral, la recuperación de variedades locales o la mejora en la gestión del agua, entre muchas otras. Por nuestra parte, desde el GOB les apoyamos, les asesoramos en formación, en educación ambiental o en promoción de sus productos para que puedan ver el retorno que realmente existe”, detalla Llabrés.

El proyecto de custodia agraria se inició en 2003 y actualmente ya existen 26 fincas asociadas, lo que supone 2.400 hectáreas de la superficie agraria de la isla. “El campo de Menorca tiene mucho recorrido sobre un modelo de producciones limitadas con valor diferenciado. Lo demuestra esta iniciativa en la que muchas fincas están funcionando, vendiendo toda la producción, fidelizando a sus clientes, provocando que las segundas o terceras generaciones quieran entrar a gestionar la finca de sus padres o sus abuelos en vez de abandonarlas”, explica.