Julio de Olives, director general del grupo Mascaró.

De aspecto tranquilo y con un punto zen (sereno, equilibrado y en aparente armonía), Julio de Olives ha sido la primera persona ajena a la familia Mascaró que ha asumido la dirección general del grupo, tras su nombramiento a principios de 2013. Este directivo menorquín, que atesora un gran trayectoria internacional en entornos de multinacional, tomó el relevo de la mano de Jaime Mascaró, presidente y fundador, tras cinco años como responsable del área retail.

Esta es la primera entrevista que concede a un medio balear tras el fallecimiento de Jaime Mascaró en octubre del año pasado.

- ¿Cómo está siendo la transición?
- Bien, está funcionando bien. El traspaso de funciones ya lo hicimos en vida de Jaime en 2013. De todos modos, nos acordamos mucho de él. Aunque ya no estuviera en el día a día, era una persona que siempre aportaba un punto de vista y una opinión constructiva y experimentada. Fue una persona irrepetible.

- ¿Y su experiencia como el primer director general de la compañía ajeno a la familia?
- Todo un reto, la verdad. Yo provengo de la multinacional, son dos mundos muy diferentes. Una empresa familiar tiene sus limitaciones pero también sus ventajas, como la flexibilidad y el dinamismo a la hora de tomar decisiones. Tenemos una comunicación fluida y transparente. Una confianza plena, funcionamos como un equipo, estamos todo el día hablando, comentamos cómo hacerlo todo.

- ¿Cómo está funcionando este año?
- Contentos porque acabamos de abrir nuestra tienda número cien. Llevamos una línea bastante similar con un crecimiento ligeramente superior al año 2014. A nivel de producción, por ejemplo, se fabricaron 560.000 pares de zapatos. Sin embargo, a nosotros nos gustaría poder crecer más pero es complicado. El mercado está cambiando porque las tiendas multimarca han perdido fuelle y lo estamos suplantando con una estrategia de tiendas propias. En paralelo, hemos desarrollado la venta online de zapatos Mascaró, Úrsula Mascaró, Pretty Ballerinas y Pretty Loafers.

- ¿Por qué no funciona el multimarca?
- No está evolucionando bien aunque creo que al final, quedarán pocos pero muy buenos. A nosotros esta situación nos resta volumen y por eso hemos tenido que reforzar la estrategia de tienda propia, un camino más costoso, más lento y no exento de muchos riesgos. Siempre hay tiendas que van muy bien pero también hay que no funcionan. Debes estar detrás, con líneas específicas de promoción, escaparates adecuados, cartelería adecuada, formación al personal, atención al cliente….

- ¿Cuál es el país que más calza la marca Mascaró?
- Continúa siendo España, donde se concentra el 30% de la venta. El 70% restante va a exportación. Por orden de importancia, Alemania supone 18% de este porcentaje. Le sigue Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos.

¿Sigue siendo rentable producir íntegramente en Menorca?
- Sí que es rentable porque nos estamos defendiendo bien aunque reconozco que es complicado. Estamos en márgenes reducidos, controlando mucho los costes, intentando innovar en procesos, mejorando la distribución y productividad. Estos años hemos mantenido los precios de fabricación a base de innovación y productividad pero es un trabajo continuo y cada año es un reto. Pero como te digo, el 95 por ciento lo hacemos aquí y tenemos una pequeña fábrica en Elda que nos hace el 5%.

- ¿Cuál cree que es el secreto de su éxito?
- Siempre hemos mirado de trabajar en innovación continua. Primero fue la reinterpretación de las Ballerinas, luego sacamos unos mocasines hermanos que fueron los Pretty Loafers que nos permitieron mayor penetración y especialización en el segmento zapato plano para mujer en todo lo que es lujo asequible. Estamos ahora probando nuevas cosas y el año que viene tendremos novedades. Jaume siempre decía: “Feina mal feta no té futur, feina ben feta no té fronteres”.