Las tres generaciones de la familia Juliá que han seguido el negocio continúan con la ilusión de ofrecer el mejor servicio a sus clientes. De izquierda a derecha, Llorenç Juliá, que fundó Casa Juliá en el año 1948, Tolo, Llorenç y Toni Julià.

Un buen asesoramiento, además de materiales específicos y de calidad, es lo que ofrece Juliá Pinturas, una empresa con una amplia experiencia que, llegada a su tercera generación, ha renovado su marca y mejorado su oferta para ofrecer un buen servicio al cliente en sus dos tiendas, en el Parc de les Estacions y en el polígono de Son Castelló.

Llorenç y Toni Juliá son la tercera generación de una familia emprendedora del sector de la pintura que inició Llorenç Juliá en 1948, con su primera tienda de Casa Juliá en la Porta de Sant Antoni.

Ahora, con la incorporación de la tercera generación, la empresa ha apostado por el servicio y la especialización para servir a sus clientes con la calidad de siempre pero con la oferta y las comodidades del siglo XXI. “Hemos mejorado nuestra imagen, tenemos una nueva página web (www.juliapinturas.com) y contamos con una extensa gama de productos en pintura y decoración para particulares, profesionales, al por mayor y distribución a toda la isla”, explica Toni Juliá.

Los dos jóvenes hermanos, con estudios de Empresariales, han diseñado una estrategia de negocio basada en el servicio al cliente con dos tiendas: una ubicada en la calle Marqués de Fuensanta, junto al Parc de les Estacions, y un gran establecimiento en la calle Gremi Ferrers que abrieron hace solo tres meses. “Decidimos que teníamos que estar en una calle céntrica y tener un espacio amplio para mayor comodidad de los clientes. La tienda dispone de un amplio aparcamiento y un espacio de 2.000 metros cuadrados, de los que 600 se dedican a la tienda y el resto a almacén”, puntualiza Llorenç.

PINTURA Y NÁUTICA. Respecto a la oferta, Juliá Pinturas está especializada en pinturas y decoración, con una línea específica de náutica. Se dirigen tanto a clientes particulares como a profesionales, venden al por mayor y también distribuyen sus productos a toda la isla. Son representantes de las marcas reconocidas Hempel y Pyma. Tienen pinturas para todas las superficies y para todas las circunstancias, que recomiendan en función de las necesidades de cada cliente. “Dime qué y te diré cómo”, es el lema de la empresa.

Disponen de otros productos como papel pintado, molduras decorativas, moquetas o aislamientos, y en concreto, se han especializado en náutica: cuentan con asesoramiento técnico y productos para el mantenimiento, pintado y protección de veleros, embarcaciones de recreo y de motor.

Respecto a la competencia, explica que su baza está en el servicio y la relación calidad-precio: “Nuestros productos son de calidad, y tenemos una gran experiencia en el asesoramiento, de manera que los clientes siempre aciertan con el producto que se llevan. Nos hemos encontrado con clientes que vienen de un gran almacén y como no son especialistas, no dan un buen asesoramiento y los clientes vienen a nosotros”, indica Llorenç. La tercera generación sigue trabajando duro para alcanzar el objetivo de seguir siendo una referencia en el sector de la pintura.