Terraza del Ibiza Gran Hotel, el primer hotel de la isla con la categoría cinco estrellas gran lujo. | ARCHIVO

A un hotel de cinco estrellas se le exige que ofrezca carta de almohadas, la cama más grande, bolígrafo y papel para escribir en la habitación, calzador, posibilidad de pedir menú a la carta en la habitación las 24 horas, e incluso que le den la bienvenida con flores frescas o con un presente en la habitación. Eso sí, siempre que sea de Balears. Si es de otra comunidad la cosa se complica, porque en España existen 17 normativas diferentes de clasificación hotelera. Un caos legislativo en el que las Islas van un paso por delante: Balears es la única comunidad que tiene una normativa por puntos, e incluso es más severa que el sistema europeo más extendido, el Hotelstars.

Los hoteleros que quieran instalarse en cualquiera de las comunidades de España o que quieran reformar sus establecimientos tienen que vigilar con lupa las 17 diferentes normativas que hay en España sobre clasificación hotelera y exigencias mínimas. Mientras que las más antiguas valoran el espacio, las más modernas dan importancia a los servicios. No existe un único criterio en el país, ni siquiera en los distintos países del continente. Aun así, la tendencia en la última década es homogeneizarlos.

En 2011 el patronato Hotrec (Hospitality Europe, formado por las asociaciones de hoteles de Alemania, Austria, República Checa, Hungría, Países Bajos, Suecia y Suiza) crearon Hotelstars, un sistema de clasificación hotelero armonizado con criterios y procedimientos comunes. Varios países se han adherido a esta normativa: Estonia, Letonia, Lituania y Luxemburgo en 2011, Malta en 2012, y Bélgica, Dinamarca y Grecia en 2013. También han asumido estos criterios algunos países que no pertenecen a la Unión Europea como Israel, Canadá o Turquía.

BALEARS, DIFERENTE. Balears hizo en 2011 un esfuerzo de renovación en su sistema de clasificación hotelera, que pasó a ser el más novedoso e innovador de España. El decreto 20/2011 de 18 de marzo, que establecía la clasificación hotelera de los establecimientos, estableció un sistema de puntuación y adquirió los criterios del sistema Hotelstars.

Sin embargo, al final se incorporaron pequeñas variaciones respecto al modelo europeo para hacer el suyo único, con lo que se liquidó la filosofía de unidad.

El sistema Hotelstars se basa en exigir una puntuación mínima para poder obtener la categoría. Los puntos se otorgan por cada característica que ofrece el hotel en instalaciones y servicios, y mientras que algunos requerimientos son obligatorios, otros son opcionales y cada hotel puede escoger los que mejor se adapten a su filosofía para llegar a la categoría a la que se aspira.

Por ejemplo, un cinco estrellas debe ofrecer, según la normativa HotelStars, servicio de recepción 24 horas multilingüe, botones, aparcacoches y hall con servicio de bebidas, servicio de habitaciones con menú 24 horas. Algunos también son obligatorios en Balears, pero otros, como botones, es opcional, mientras que no se especifica que el personal de recepción tenga que ser multilingüe.

El 70% de los requisitos son idénticos, pero luego hay otros que en las Islas son opcionales en lugar de obligatorios, o que se exigen solo en categorías superiores a las que pide la normativa europea. Además, la ley autonómica incluye algunos preceptos extra sobre piscinas, zonas ajardinadas e instalaciones deportivas que aumentan la puntuación posible y eliminan la homogeneidad de criterio con el resto de países.

En definitiva, aunque las dos normas son casi idénticas, al final un hotel de cinco estrellas tiene que tener 570 puntos según HotelStars, pero 700 si está en Balears. Para uno de una estrella se requieren en las Islas 120 puntos, pero solo 90 si el hotel está en Suecia o Grecia.

Muchos hoteles de Balears se encuentran en las afueras o cerca de la costa y cuentan con grandes extensiones de terreno. El decreto de clasificación hotelera premia contar con zonas jardinadas de 250 metros cuadrados con un punto y las que tienen al menos 50 metros cuadrados de jardín por plaza reciben 20 puntos. Si tienen pistas para practicar tenis, pádel, voleibol, fútbol sala o baloncesto reciben ocho puntos por cada una, mientras que los deportes náuticos o un campo de golf propio valen 10 puntos. Y tener piscina, hamacas, o contar con mesitas cerca de las tumbonas, toallas, jacuzzi exterior o piscina infantil también aumenta el standing.

HACIA LA UNIFICACIÓN. La presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma de Benito, asegura que se está trabajando en la unificación de normativas en España para pasar al modelo europeo que cuantifica la puntuación por servicios, ya que el sistema actual provoca un incremento de cargas administrativas y de costes. Para Ramón Estalella, secretario general de la patronal hotelera española CEHAT, no hay voluntad política para unificar la normativa. “Hay 17 leyes de sanidad alimentaria, de piscinas, de seguridad hotelera, lo que es un tremendo error porque encarece los costes de los servicios y no tiene ningún sentido. Una comida en mal estado en un sitio es igual que en otro, y lo mismo para las piscinas. Por ejemplo, Canarias tiene la regulación más restrictiva de Europa y están orgullosos, cuando debería ser una norma universal”, añade.

No obstante, hoy la diferencia de categoría no es tan importante. “El cliente es hoy en día quien puntúa y clasifica la oferta”, asegura De Benito. “El público se fía más de los portales que de la clasificación hotelera”, señala Estalella en la misma dirección.