Parece que la cadena MTV ha encontrado en Eivissa una inesperada oposición para su reality y finalmente no se grabará el “Ibiza Shore”, algo que demuestra que todavía queda vida inteligente en nuestra isla.

Muchas veces lo citan los consultores -una vez me dijeron que un gatito es bañado en agua helada cada vez que alguien lo propone- pero tal vez, con la desestacionalización, debamos “pensar fuera de la caja” (una metáfora de “pensar desde otra perspectiva”). Lo siento por el felino, y espero que no sea el mío al que le toque, pero quizá debamos pensar “fuera de la caja” (ya lo he dicho) y “currárnoslo” un poquito más…

Está muy bien lo del tema cultural, excelente Antoni Riera y su “Efecto Guggenheim” de la semana pasada, pero el visitante ya tiene asociada -para bien o para mal- la imagen de Ibiza a ciertos iconos.

Pues bien, dándole vueltas al tema, y por casualidad, cayó en mis manos un artículo sobre la industria del porno que me ha hecho reflexionar. La noticia comenta cómo el negocio del porno está migrando desde California, meca indiscutible, a Florida. El artículo atribuye las causas a la reducción de los medios necesarios para rodar una película, su abaratamiento y una regulación más laxa en Florida. Todo ello hace que esté proliferando un gran número de pequeñas productoras que prefieren establecerse en Miami (Florida) antes que en Los Ángeles (California).

El dinero, la gente guapa y la búsqueda de éxito rápido hace que miles de actores y actrices -los llamaremos “actores y actrices” a efectos dialécticos- busquen la fama en la industria del cine porno. La piratería ha hecho que el vídeo empaquetado (VHS, DVD, etc.) pierda rentabilidad e interés para la industria y ha encontrado en internet un sinfín de posibilidades. En Eivissa tenemos buen clima (casi) todo el año, excelentes emplazamientos y somos un sitio conocido en todo el mundo. ¿Podríamos ser la nueva meca del género en Europa?

Desde luego que el porno no va a solucionar los problemas de nuestra menguante temporada turística y solo sirve de inspiración a algún desinhibido emprendedor, pero ahí lo dejo…

¿Es el tipo de actividad profesional a la que me gustaría que se dedicaran mis hijos? Rotundamente no, pero tampoco se tendría que demonizar una industria que mueve miles de millones de dólares en todo el mundo y, por otro lado, el que no haya visto porno nunca… que tire la primera piedra.