Meliá Hotels International cotiza al alza. La única empresa mallorquina que cotiza en bolsa se ha revalorizado un 39,83% desde que se iniciara el año y hasta el 30 de septiembre. El precio de la acción se ha incrementado un 200,60% desde el uno de enero de 2012, y un 102,69% desde que empezó a cotizar en bolsa el primer día de julio de 1996. El precio inicial fue de 2.700 pesetas. El capital social a 31 de diciembre de 1996 estaba formado por 31.000.000 de acciones a 100 pesetas cada una. El 100% de la empresa cotiza en bolsa, si bien la familia Escarrer controla directamente el 60%.

Inicialmente, en 1996, salió a bolsa Sol Meliá, la gestora hotelera, pero no la empresa que ostentaba la propiedad de los inmuebles hoteleros. Además del régimen de propiedad, los hoteles pueden gestionarse en régimen de alquiler -se paga un canon al propietario-, gestión -el propietario paga por que un experto administre el establecimiento- o franquicia.

Así, en julio de 1996 salió a bolsa Sol Meliá SA y dos años después llegó al parquet Meliá Inversiones Americanas (MIA), propietaria de los hoteles en Latinoamérica. Stephane Baos, director de relaciones con los inversores de Meliá Hotels International, explica que “nos dimos cuenta de que era mejor estar juntos. Entonces, decidimos sacar de la bolsa a MIA y fusionar Sol Meliá, la gestora, con Inmotel, que era la propietaria de los inmuebles”.

En 1999 se renominaron las acciones a euros y se hizo un split de 1 a 3 (una acción antigua por tres nuevas). Además, también en 1999, se incrementó el capital social por la fusión de Inmotel Inversiones con Sol Meliá. Así, a 31 de diciembre de 1999, el capital social estaba formado por 171.554.670 acciones.

Durante el ejercicio 2000 se incrementó el capital social, puesto que Meliá Hotels compró la compañía Tryp. El número de acciones aumentó en 13.222.107 y la compañía, además de sumar algunos hoteles en propiedad -pocos- incorporó muchos establecimientos de carácter urbano.

La compañía ganó peso y empezó un rápido pero sólido desarrollo en las principales ciudades europeas.

Desde entonces, la empresa no ha dejado de crecer, pero no se produjo otro movimiento accionarial hasta que en diciembre de 2014 se incrementó el capital social hasta alcanzar las 199.053.048 acciones. Este incremento fue producto de unos bonos convertibles emitidos cinco años antes por un importe total de 200.000.000 de euros. Una parte de estos bonos convertibles se pagó en acciones de autocartera y el resto en acciones nuevas. Los bonos convertidos en acciones sumaron 170.550.000 euros. Fue así necesario un total de 21.501.226 acciones, de las que 14.276.271 fueron de una ampliación de capital y 7.224.955 eran de autocartera. Los bonos pagados en caja sumaron un total de 29.450.000 euros.

BONOS CONVERTIBLES. El año 2014, bursátilmente hablando, no fue un buen año para Meliá Hotels, puesto que la cotización bajó alrededor de un 5%. Baos explica las razones que provocaron que se cerrara el año en negativo. “En el cierre de 2013, la cotización de Meliá se empezó a recuperar. En 2014 se percibía una recuperación, pero Meliá no llegaba a despegar. La evolución de Meliá se vio empañada por los intereses de los tenedores de bonos convertibles que presionaban a la acción con posiciones cortas para cubrir sus intereses”, asegura Baos, que explicitó en mil oportunidades su convencimiento de que la acción de Meliá despegaría una vez que se cambiara el bono convertible, como así fue. “Esto implica que la acción en ocasiones se ve impactada por elementos ajenos al negocio. No se mueve libremente. Esta es la razón por la que la acción bajó alrededor de un 5% cuando el IBEX había subido un 3,5%”, explica.

Meliá ha emitido nuevos bonos convertibles en 2013 con vencimiento en 2018 por un importe de 250 millones de euros, pero en esta ocasión no sucederá lo que ocurrió a finales de 2014, puesto que el precio de la acción se ha disparado.

El valor más alto de la acción de Meliá Hotels International se produjo el 16 de abril de 2007 cuando cerró la jornada a 19 euros. “Eran los tiempos del boom inmobiliario. Meliá es una compañía hotelera pero tiene un componente inmobiliario muy importante. Los inversionistas ponían en precio las áreas de negocio en todos los sectores (vacacional, urbano...) y también el carácter inmobiliario de la compañía”, explica Baos.

La cotización más baja llegó en 2009, producto de la crisis. Fue el seis de marzo y la acción cerró el día a 1,67 euros.

EL FUTURO. A la hora de analizar la trayectoria de un valor bursátil hay que considerar que el mercado nunca compra por lo que has hecho hasta el momento, sino que compra o vende por lo que considera que vas a hacer.

De esta manera, es cierto que la acción perdió alrededor del 5% de su valor en 2014, pero desde entonces ha subido un 39,83% hasta el 30 de septiembre, mientras que el IBEX presentaba números negativos. Además, desde 2012 la acción ha incrementado su precio en un 200,60%.

Hoy, las perspectivas de Meliá Hotels International son positivas, aunque es evidente que si el tono general es bajista será complicado que la empresa mallorquina mantenga su actual tendencia.

Es evidente que la economía global está en franca mejoría. En Meliá, a nivel de resultados, el Caribe tiene un peso específico considerable, si bien verá reducida su importancia cuando España concluya su recuperación. Durante 2014, el 59% de los beneficios se produjeron en el Caribe.

Baos tiene una gran fe en el mercado, asegura que “es sabio” y explica que “queda demostrado que anticipa el ciclo económico”.
El precio de Meliá no es igual, evidentemente, para todos los analistas que siguen la evolución de la compañía. “El precio objetivo medio es de 14,43 euros, si bien unos opinan que puede ser de 15,10 euros y otros lo sitúan en 11,40”, argumenta Baos para justificar su confianza en las posibilidades de mejora de la acción.

Todo apunta a que los analistas están anticipando los beneficios que causará en la compañía la apreciación del dólar. “Tendrá una influencia muy positiva en la cuenta de resultados”, apunta Baos.

Otro factor importante que hace que las previsiones del mercado respecto a Meliá sean buenas es la reducción de la deuda acometida por la empresa en los últimos años, además de que la inestabilidad en el norte de África, no solo no perjudica a la empresa, sino que la beneficia, puesto que incrementará la afluencia de turistas a otros destinos en los que Meliá sí tiene presencia. Además, la apreciación de la libra esterlina ha provocado que muchos más ingleses hayan ido a lugares con hoteles de la compañía, puesto que ahora es más barato viajar para ellos. Finalmente, hay que considerar que la recuperación de la economía española es también un elemento muy positivo para la compañía hotelera mallorquina.

LA DEUDA. Meliá Hotels International ha hecho un importante esfuerzo en reducir la deuda en los últimos años. “La deuda superaba los 1.000 millones de euros y se ha conseguido rebajarla. El pasado mes de febrero se anuncio un acuerdo con Starwood Capital Group para la venta por 176 millones de euros de siete hoteles vacacionales, que Meliá continuará gestionando. Los activos fueron adquiridos por una joint venture formada al 80% por una filial controlada por Starwood y al 20% por Meliá Hotels International. Los siete hoteles involucrados en la operación, que totalizan 2.933 habitaciones, son el Meliá Gorriones (Fuerteventura), Sol Lanzarote, Sol Príncipe (Málaga), Sol Ibiza, Sol Pinet Playa (Eivissa), Sol Mirlos (Mallorca) y Sol Tordos (Mallorca).

Meliá, con esta venta de activos, profundizaba en el objetivo de reducir la deuda vía rotación de activos. La compañía, que no renuncia a la compra de establecimientos, pretende estabilizar el nivel de deuda en torno a tres veces el Ebitda (el beneficio bruto de explotación antes de contabilizar los gastos por intereses, impuestos, disminuciones de valor por depreciaciones o amortizaciones).

Meliá ha arrojado beneficios en los últimos diez años con una sola excepción, puesto que en el 2013 cerró el ejercicio con unas pérdidas de 71 millones de euros, motivadas principalmente por asientos contables, ajenos al negocio hotelero. El pasado año, con un Ebitda de 228 millones, se cerró con un beneficio de 32 millones. Los mejores años de la empresa, considerando los beneficios generados, fueron 2006 y 2007 cuando se cerró el ejercicio con un resultado neto de 138 y 164 millones, respectivamente.

En general, Meliá destina un 20% del resultado neto a dividendos y todas las previsiones apuntan a que 2015 será también un buen año, tal y como ha quedado reflejado en el primer semestre del ejercicio con un sustancial incremento del beneficio.

Stephane Baos, director de relaciones con los inversores, está convencido de la bondad de su empresa y no duda en señalar que la considera un valor sólido. “Claro que recomendaría Meliá, pero especialmente a medio plazo. La evolución de la empresa es positiva y creo que seguirá siendo así”, explica.

Baos, siempre a disposición de los accionistas para cualquier consulta, explica que “evidentemente son muy diferentes las peticiones y aclaraciones que solicitan los minoritarios a los grandes fondos de inversión”.

“Parte de mi trabajo es tener reuniones periódicas con diferentes fondos de inversión que, o bien tienen acciones de Meliá o pueden estar interesados en tenerlas”, explica Baos, que viaja de forma regular a Londres, París o Nueva York. Los grandes fondos, con presencia accionarial en Meliá, interrogan a Baos sobre la influencia de la evolución del dólar en la empresa, la mejora de los márgenes, la situación política española o si afecta a la empresa la presencia de empresas como Airbnb.

Baos, única y exclusivamente, ofrece transparencia a los fondos y accionistas. No forma parte de su trabajo aconsejar a los inversores sobre la conveniencia de comprar o vender. Desde la oficina del director de relaciones con los inversores se apuesta por la máxima transparencia, por la información.

Meliá se ha revalorizado casi un 40% desde enero hasta el 30 de septiembre. Cotiza al alza en un entorno volátil. La compañía mantiene su apuesta por ir reduciendo su nivel de endeudamiento e ir incrementando sus beneficios en un entorno económico en franca recuperación.