Casi la mitad de los desplazamientos para ir al trabajo se hacen en coche en Mallorca. La duración media es de 19,05 minutos. | Joan Torres

La influencia laboral de Palma se extiende hasta buena parte de la isla, ya que es donde se genera la mayor demanda de trabajo de Mallorca. En concreto, y según datos de la encuesta Urban Audit, Palma ejerce esta autoridad a otros 32 municipios de un radio de 40 Km y de hasta 50 kilómetros de distancia por carretera.

El Instituto Nacional de Estadística define Área Urbana Funcional (AUF) como una ciudad y los munipios que forman parte de su entorno funcional, entendiendo por este concepto que ejercen influencia laboral. Contabiliza los municipios en los que una parte significativa de población ocupada residente se desplaza a trabajar a la ciudad.

Por norma general, un municipio pertenece al Área Urbana Funcional si el 15% o más de su población ocupada se desplaza a la ciudad por motivos de trabajo. Este es el criterio para los municipios de más de 2.000 habitantes. En cambio, si son de entre 1.000 y 2.000 se incluyen en la área si el 25% de los ocupados se desplazan a la ciudad; para los pueblos de 500 a 1.000 habitantes, el umbral es del 35%, y si son de 100 a 500 habitantes, el 45% de población ocupada.

MUNICIPIOS. Siguiendo este criterio, Palma influye en el mercado laboral de 32 municipios: Alaró, Algaida, Andratx, Banyalbufar, Binissalem, Bunyola, Calvià, Campanet, Campos, Consell, Costitx, Deyà, Esporles, Estellencs, Inca, Lloret de Vistalegre, Lloseta, Llubí, Llucmajor, Maria de la Salut, Marratxí, Montuïri, Porreres, Puigpunyent, Sencelles, Sant Joan, Santa Eugènia, Santa Maria, Selva, Sineu, Sóller y Valldemossa.

El área de influencia suma un total de 668.447 habitantes (269.354 más que Palma sola, que suma 399.093 habitantes) y llega hasta los 50,9 kilómetros de distancia, que son los que separan la capital de Maria de la Salut, el municipio más alejado. La extensión total del área suma un territorio de 2.026 kilómetros cuadrados.

POBLACIÓN. Los 33 municipios que forman el Área suman 268.966 hogares y su tamaño medio es de 2,49 miembros, aunque una cuarta parte de ellos son personas que viven solas. En total existen 308.824 viviendas según el Catastro (en 2011 había un 11,25% de viviendas vacías). Respecto a la población, la edad mediana en el AUF es de 40,38 años. Hay un 16,6% de extranjeros y un 21% han nacido en el extranjero. Se tratan de datos muy similares a los de Palma, cuya edad mediana de los habitantes es de 40,35 años, un 16,3% de la población es extranjera y un 22% de habitantes han nacido fuera de España.

La renta media anual en los hogares del Área Urbana fue en 2012 de 22.393 euros (el último año disponible). Es un poco superior a la de Palma sola, que ascendió a 22.274 euros en el mismo año.

OCUPACIÓN. En el terreno laboral, la tasa de actividad en la zona es del 65,02% y la tasa de paro es del 21,49%, según los últimos datos de 2014. Además, en 2013 el 84,4% de los empleos de la Área Urbana Funcional de Palma estaban en el sector servicios, y el 5,3% en la industria. En este caso, se entiende que los trabajadores palmesanos se dedican más a los servicios (87,9%) y menos a la industria (4,6%), frente a los no palmesanos que trabajan en Ciutat, aunque las cifras son muy similares.
En comparación con otras AUF, Palma es la undécima con menos empleo en la industria y la décima con más trabajo en el sector servicios. En el sector industrial destacan Burgos, Gijón o Vitoria, que ocupan a más del 20% de trabajadores, mientras que las áreas con más empleo en los servicios son Alicante, Santa Cruz de Tenerife y Toledo, que superan el 87% de ocupación en el sector. Se da la circunstancia de que la ciudad de Palma registra la tasa de actividad más alta de España.

El análisis de la AUF más exhaustivo recala en los desplazamientos para ir a trabajar. Según los últimos datos disponibles (2011), el 42,1% de los desplazamientos para ir a trabajar se realiza en en coche, el 15,75% a pie y el 17,8% en transporte público (sobre el resto de medios de transporte no se ofrecen datos). La duración media del desplazamiento al trabajo es de 19,05 minutos.

En cambio, en Palma se observa menos el uso del coche para ir a trabajar: poco más de un tercio (36,7%) lo utiliza, frente al 19,3% que va a pie y el 21,8% que llega a su puesto laboral en transporte público. El tiempo para llegar al lugar de trabajo es prácticamente idéntico en Ciutat que en la media de pueblos pertenecientes al Área: 18,43 minutos tardan los palmesanos.
De hecho, Palma es de las ciudades con menos desplazamientos al trabajo en coche (36,7%) por debajo de Barcelona y Ceuta, mientras que en Toledo llegan al 63,3%.

Según el profesor de Geografía Urbana de la UIB Jesús González, la “macrocefalia” de Palma en todo el territorio mallorquín es “indiscutible y absoluta”. “Por motivos históricos, Palma concentra funciones y gran parte de la población, 400 mil habitantes para una isla que no llega al millón. Los servicios públicos, la universidad y la actividad comercial, además del entorno laboral, están profundamente influidos por este fenómeno”, explica. “Además, el sistema urbano está en transformación constante. El sistema clásico en Mallorca era de una especie de ‘y griega’ entre Palma, Inca y Manacor, con dos ciudades comarcales que organizaban el territorio, que no se ha abandonado pero sí que está cambiando hacia un proceso de metropolitanización. El área metropolitana tiende a ser toda Mallorca desde un punto de vista funcional, aunque no en paisaje, por suerte”, precisa.

El profesor explica que desde los años 80 se observa un cambio en el sistema urbano: “Se tiende una periurbanización. Municipios como Marratxí, Calvià, Llucmajor, o incluso Esporles, Inca, Consell o Binissalem, tienden a la continuidad espacial debido a la mejora de las comunicaciones y a la difusión de las viviendas y se convierten en pueblos dormitorio, mientras que Palma está perdiendo funciones y pierde población”, explica.

Además, cambia el concepto de ciudad: “El modelo tradicional de ciudad compacta mediterránea, que es más sostenible, no se abandona del todo pero se encamina hacia la tendencia anglosajona de ciudad difusa, más insostenible. Y esto es importante porque hay que pensar que el sector inmobiliario volverá a reactivarse muy pronto”, concluye.