De izquierda a derecha: José Ferrer, Katarzyna Rusek, Tamara Herrera, Sofía Rivas, Jaime Martínez, Enrique Sáenz, Francisca Ferrera, Raquel Muñoz, Bea Pascual y Ángeles García.

Ha revolucionado el sector de la peluquería no solo en Mallorca sino en el conjunto del estado. En 2005 Jaime Martínez creó la primera peluquería low cost, y desde 2008 apuesta por unos establecimientos Value for money o Cheap & Chic, como los definió la revista Vogue. Sea como fuere, la marca Easy Cut, con solo diez años de historia, se ha hecho un hueco en el sector y ha empezado a cambiar los patrones tradicionales. El primero de ellos: la venta online de cortes de cabello o tintes.

Ya es habitual pasear por las calles de Mallorca o Barcelona y encontrase con una peluquería Easy Cut; visible por su rótulo negro con unas letras de color rosa chicle. Lo que no todos saben es que detrás de esta cadena de franquicias hay la mente y el entusiasmo de un empresario mallorquín: Jaime Martínez. Aunque le han otorgado diversos reconocimientos como empresario, Martínez rehúye de los grandes elogios para centrarse en el día a día de la empresa. Easy Cut cuenta actualmente con 58 establecimientos de peluquería y estética en España y Andorra, y la política de expansión internacional está al caer. Vestido a la última para la entrevista con El Económico, Jaime Martínez repite más de diez veces el concepto de “consumo inteligente” y recalca que se debe pagar por aquello que se consume, pero no a precios desorbitados. Estas son algunas de sus principales bazas con las que creó la cadena que cuenta hoy con 280 personas trabajando. “Lo que quiero que recuerden de mí es el número de empleos que creé”, asegura orgulloso.

INICIOS. Los inicios empresariales de Jaime Martínez se remontan a su juventud, cuando decidió dejar los estudios y su padre lo llevó a descargar cajas de vinos y licores de los barcos que llegaban al puerto de Palma. “Provengo de una familia trabajadora del barrio de Pere Garau. Mi padre trabaja como distribuidor de licores y cuando le dije que no quería estudiar me llevó a descargar su mercancía”, recuerda Martínez mientras señala los callos que todavía tiene en las palmas de sus manos que rememoran aquella época.

El espíritu emprendedor de Martínez se despertó muy pronto y con solo 16 años montó su primer negocio: “Observé cómo en los hoteles y restaurantes de la isla tiraban muchísimas botellas, no sabían qué hacer con ellas. Un día durante una reunión de vinos en Sant Sadurní comentaron que tenían problemas de abastecimiento de botellas y allí empecé la idea”. Con solo 16 años tenía dos camioneros que recogían todas la botellas de cristal vacías de hoteles, las limpiaban y las enviaban hacia la Península. “Así empecé mi primera empresa”, recuerda orgulloso, “mi curiosidad por observar me ha acompañado siempre”.

También por su afán de curiosidad llegó al sector de la peluquería: “Estaba en un congreso de distribuidores en Estados Unidos y justo en el mismo hotel había una convención de peluquería, me quedé a mirar y al finalizar me apunté”, explica como si fuera lo más normal del mundo. Así llegó a la conocida marca de productos peluqueros Sebastian International que lo acogieron y formaron de pies a cabeza. “Estuve 5 años en Los Ángeles con la familia Sebastian y allí lo aprendí todo”, asegura. Estudió marketing y comunicación y adoptó la visión empresarial californiana que desde entonces nunca ha abandonado.

Jaime Martínez llegó a Mallorca como distribuidor de la marca Sebastian y aquí empezó a vender sus productos no solo en España sino también en el resto de Europa. “Mallorca es un gran laboratorio de conocimiento, es el Silicon Valley europeo, donde podemos exportar nuestras ideas al resto del mundo”, explica mientras recuerda que la isla es el centro perfecto para realizar estudios de mercado.

Martínez trabajó en Sebastian hasta 2004 cuando Wella Professional compró la firma. Aun así, el mallorquín continuó con su trabajo y llegó a director general de la marca en España y Portugal.

CAMBIO DE MENTALIDAD. Hasta que un día se cansó. Dejó su puesto de trabajo Wella y cerró un acuerdo con la firma para que le abasteciera de productos. Así decidió crear su propia peluquería, la primera Easy Cut bajo el concepto low cost. “Me gustó el concepto de easy porque también aporta consumo razonable”, recuerda Martínez, que explica que eran los años previos a la crisis. “Me pregunté si realmente los precios que pagábamos eran o no excesivos. ¿Realmente cuesta eso? No, porque lo que nos venden es moda. Yo me baso en un concepto diferente: la necesidad de tener un cabello saneado, arreglado y bonito... Creo que se cobraban unos márgenes de beneficios exagerados. No solo en este sector sino en muchos”, explica.

Montó el primer salón Easy Cut en el barrio de Pere Garau, una zona que conocía perfectamente. Entre 2005 y 2008 llegó a tener 22 peluquerías bajo el concepto low cost “porque nosotros, como empresarios, nos tenemos que mover al mismo nivel que los consumidores”.

Fue ese último año, en 2008, cuando decidió dar un paso más allá y cambió la filosofía de la empresa. “Pasamos del low cost al Value for money”, explica, mientras declara que su objetivo es “montar una gran compañía a nivel internacional y hacerlo bien”.
Cambió el diseño a las 22 peluquerías que tenía, invirtió 650.000 euros en la nueva imagen de Easy Cut y, además, comenzó a vender cortes de pelo por internet. “Hemos vendido más 150.000 cortes de pelo en 7 años. Solo el año pasado realizamos 18.000 ventas online”, recuerda. Además, en paralelo a esta nueva fase, empieza a franquiciar sus peluquerías.

EMPRENDEDORES. A ello hay que añadir el último proyecto de Martínez llamado Avanza Emprendedores. Este se ha realizado entre Easy Cut y Schwarzkopf y con él “apostamos por todos aquellos profesionales de la peluquería que se habían quedado sin trabajo”, explica. A ellos está dirigido este proyecto a través del cual ayudan en la inversión a aquellas personas que quieran abrir una franquicia de Easy Cut. “Más que una franquicia somos como una cooperativa, porque no cobramos nada sobre la caja que se haga, sino que se paga una cuota mensual”, añade Martínez. Así, el empresario vendió 30 peluquerías a sus trabajadores en concepto de franquicia y empezó a abrir nuevas. En la actualidad Easy Cut cuenta con 58 salones más cuatro que se espera que abran en breve. El próximo paso será llevar Easy Cut hasta el Reino Unido y Polonia.

En febrero harán el primer estudio de mercado en tierras británicas y espera que en breve abrir el primer salón en Polonia. Desde Palma, se realizan todas las campañas de marketing, se ofrece formación a los franquiciados y se lleva la red online. “El centro de calidad está aquí”, asegura mientras recuerda su principal baza: “Palma como centro de conocimiento para luego exportarlo por todo el mundo”, sentencia.