La plantilla de Náutica Viamar, una empresa que apuesta por la formación de sus empleados. | IBIZAPICTUREPRO

“Comencé en una fábrica de construcción de barcos instalando motores, fui jefe de taller durante cuatro años, estuve como responsable de reparación de neumáticas, así como también hice trabajos de fibra y pintura. También he trabajado como encargado de repuestos y almacén, limpieza y pintura de fondos, patrón de embarcaciones… gracias a mi experiencia tenía claro qué tipo de empresa náutica necesitaba el mercado de Eivissa y en el año 1987 vi el momento, la oportunidad de lanzar un proyecto, Náutica Viamar”, explica Ramón Díaz, dueño de esta empresa náutica, la única de las Pitiüses que está certificada con la ISO de calidad y medio ambiente y que es el Volvo Penta Center de Eivissa y Formentera.

Náutica Viamar empezó su trayectoria en las Pitiüses generando cuatro puestos de trabajo y facturando unos 12.000 euros. Casi 30 años después, genera 25 empleos fijos y cerró 2014 facturando un total de 4,2 millones de euros. “Inicialmente comencé dando servicio de limpieza, mantenimiento, custodia de embarcaciones y mecánica. Pero poco a poco hemos intentado dar un servicio integral al cliente para que no tenga que preocuparse de nada: desde la compra del barco pasando por la mecánica, limpieza, seguros, matriculaciones, remotorizaciones, pintura, tapicería, venta de efectos navales, alquiler… Hemos crecido verticalmente en servicios para así dar directamente estos servicios y no depender de terceros, por lo que hemos incrementado de esta manera la calidad en lo que ofrecemos”, apunta Díaz, quien señala que conseguir ser Volvo Penta Center en Eivissa y Formentera ha sido muy importante en la trayectoria de esta empresa: “Hemos buscado dar el servicio de la manera más profesional posible siendo el Volvo Penta Center de las Pitiüses, que es el motor más importante instalado en las embarcaciones de entre 8 y 14 metros, y este nombramiento supone un reconocimiento a nuestra trayectoria profesional, puesto que solo existen 13 en todo el país y nos obliga a mejorar en todos nuestros aspectos técnicos y funcionales”, explica.

El principal objetivo que siempre ha tenido presente esta empresa náutica pitiusa es la satisfacción “de las necesidades y expectativas de nuestros clientes con alta calidad y rapidez de respuesta a través del trabajo de un equipo de profesionales muy competentes y con una amplia experiencia y formación en diagnosis y reparación en náutica”, asegura Díaz. Además, hace unos años la empresa recibió la certificación ISO 9001 de calidad y la 14001 de medio ambiente: “Somos la única empresa náutica de las Pitiüses que cuenta con esta certificación”, comenta orgulloso.

EVOLUCIÓN. La empresa, que tiene sus instalaciones en el puerto deportivo Marina Botafoch en el puerto de Eivissa y un almacén de venta de efectos navales y recambios Volvo Penta, así como un taller en el centro de la isla, ha pasado “por buenos y malos momentos” a lo largo de estos 28 años. “Pero me quedo con lo bueno que hemos vivido; los malos han ayudado a mejorar, pero los buenos nos han ayudado sobre todo a crecer y a valorar las cosas de manera positiva, puesto que ha sido la semilla de lo que actualmente somos”.

En este sentido, los últimos años de crisis económica han sido “muy difíciles” y los datos de matriculaciones de embarcaciones así lo demuestran: de los 11.954 barcos matriculados en 2007 se pasó a los 4.493 de este año. “Hemos visto cómo caían grandes empresas náuticas y otras más pequeñas. Nosotros hemos podido pasar de puntillas sobre la crisis gracias al plan de negocio anual que tenemos y en el que nos hemos marcado que debemos apostar mucho más por el servicio, ya que las ventas de embarcaciones llegó un momento en el que casi desaparecieron. Por este motivo, siempre pusimos nuestro empeño en conseguir ser nombrados Volvo Penta Center para Eivissa y Formentera”. Vieron su objetivo cumplido, ya que se convirtieron en establecimiento oficial de Volvo Penta. “Así hemos conseguido que la facturación que hemos perdido por ventas de barcos se compensara con un aumento en la del servicio y, de esta manera, hemos evitado prescindir de ningún puesto de trabajo en todos estos años de crisis. Estamos preparados para seguir creciendo”.

Ramón Díaz tiene claro que este crecimiento pasa por la formación del personal, “para ser mejores profesionales y en una mejora constante de nuestros procesos para ser más eficientes, así como en una orientación para mejorar la gestión de la experiencia del cliente. Desde Náutica Viamar tienen claro, además, que esperan que en el año que está a punto de comenzar “la economía se afiance para poder seguir desarrollándonos en el duro mercado de la náutica y que en Eivissa y Formentera podamos disponer de más plazas de amarre”.

PROBLEMA. Uno de los principales problemas a los que se han enfrentado en estos últimos años de crisis es el intrusismo en el sector náutico en profesiones como la de mecánico: “Al prescindir las náuticas de mecánicos, muchos de ellos han optado por hacer trabajos por su cuenta sin legalizar su situación, abaratando de esta manera su coste, puesto que muchos ni siquiera pagan impuestos y esto perjudica a quienes sí que cumplen con toda la legislación”.

En estos años de dificultades económicas han detectado otra tendencia, y es que los clientes ‘aguantan’ más y acuden al taller náutico “únicamente” cuando tienen una avería. “Esto es un grave error, ya que los motores náuticos trabajan en un medio muy hostil y no cabe ninguna duda de que la prevención y el mantenimiento ahorra muchos gastos futuros en costosas reparaciones, así como también crean mucha inseguridad cuando salen a disfrutar de su embarcación”, detalla Díaz. De ahí que recomienden a los clientes que hagan el mantenimiento de sus embarcaciones en empresas en las que sus operarios estén “perfectamente formados” y conozcan el producto.

“Al intrusismo que hay dentro de la isla se suma el que viene de la Península para hacer el agosto debido al crecimiento de embarcaciones en época estival. Y otro problema serio es que muchos mecánicos realizan reparaciones con materiales de baja calidad que no cumplen con los estándares mínimos requeridos por los fabricantes de estos motores”, indica Díaz.

En cuanto a la situación actual de su sector, precisa: “El balance de este año, en comparación con los anteriores, ha sido mejor en todos los aspectos. Se han matriculado más embarcaciones y, aparentemente, las empresas del sector están facturando más que en años anteriores. Si seguimos con esta evolución, sin duda, saldremos de la crisis y esto supondría crear más puestos de trabajo y mejorar la productividad en este sector que, de forma indirecta, genera negocio en otros sectores económicos vinculados al turismo”.

Uno de los aspectos que contribuiría a la recuperación de la actividad en la náutica es, según explica Ramón Díaz, las ayudas públicas: “Estamos en un momento en que las ayudas a la administración a este sector serían más fructíferas que nunca para impulsar la economía”, concluyó el propietario de Náutica Viamar, la empresa que distribuye las embarcaciones del astillero francés Beneteau.