Los caballos camparán en manadas por los caminos delimitados en la finca en la que está proyectado este santuario equino.

Se trata de una propuesta surgida en el marco de un máster sobre derecho animal y sociedad de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) hace tres años, pero cada día que pasa el grupo de personas que planteó la idea de crear en Menorca el primer santuario para equinos en España va creciendo en número de voluntarios y avanza en la puesta en marcha de su objetivo.
Este mes aterrizarán nuevamente en la isla para dar un paso decisivo en la localización del emplazamiento que pueda acoger este proyecto de pasión por los animales, que pretende dar una segunda oportunidad a los caballos y que combina programas terapéuticos, solidarios, formativos y de turismo responsable.

PROYECTO. Un santuario de animales está concebido como una instalación donde los animales son llevados a este lugar para que vivan y estén protegidos para el resto de sus vidas. Su misión es generalmente convertirse en un sitio seguro donde el animal reciba el mejor cuidado posible que el santuario pueda ofrecerle hasta su muerte natural. La relación de Menorca con el mundo equino es lo que ha inspirado a un grupo de emprendedores para crear este espacio llamado ‘Santuario SAM’, que pretende alojar hasta cien caballos que por diversas circunstancias no hayan recibido las atenciones que hubieran merecido.

La portavoz y coordinadora del proyecto, Elena Pérez de Gracia, hace años que veranea en la isla y enseguida visualizó que Menorca podría albergar un centro de estas características. “El objetivo es que los caballos puedan campar en manadas por caminos delimitados, que habrán sido diseñados expresamente para favorecer el ejercicio físico, la búsqueda de alimento o el cobijo para protegerse del sol, la lluvia o el frío”, explica.

“Lo llaman natural padocks y es una manera en la que los animales estarán libres pero bajo control. Queremos combinar su cuidado con otras terapias holísticas como acupuntura, reiki, flores de Bach o shiatsu”, añade.

“Para ello, necesitaremos una finca de como mínimo unas cien hectáreas, donde no hace falta que exista ningún tipo de construcción específica ya que lo fundamental es el espacio al aire libre donde se proyectarán instalaciones modulares, en sintonía con el entorno. También habrá una pequeña clínica para poder hacer tratamientos médicos necesarios para la recuperación del caballo”, detalla sobre el proyecto.

En este sentido, la inversión prevista supera el millón de euros y la intención es que el santuario se sustente legalmente mediante una fundación privada que pueda funcionar gracias a patrocinadores, socios y mecenas que se sumen a la iniciativa. El proyecto se inspira en otros modelos que existen sobre todo en Estados Unidos o Gran Bretaña y, por ello, será inédito en nuestro país.

PROGRAMAS SOCIALES. Más allá del componente solidario con los animales, se quieren realizar una serie de programas sociales, formativos o de turismo responsable que cohabitarían con el proyecto. “Queremos hacer dos convenciones al año en la isla en las que asistan expertos en terapias para personas con la intervención de los animales y otra de terapias holísticas para ayudar a los animales”, detalla Elena Pérez de Gracia.

En cuanto a los programas terapéuticos, estarán destinados a personas en duelo, mujeres afectadas de cáncer de mama, enfermos crónicos o parados de larga duración.

“Queremos potenciar la responsabilidad social corporativa de las empresas para atraer programas de solidaridad o también realizar campamentos de verano para niños de la isla, porque también se trata de educar a la gente en relación a la responsabilidad que supone tener un animal. Por poner solo un ejemplo, no se trata de equitación sino de hablar de nutrición equina para saber qué comen o cuando comen los caballos”, concluye Pérez de Gracia.