El pasado 16 de febrero se presentó en Madrid el libro “Evolución y reto del sector hotelero en España” de Gonzalo González. El libro es el resultado de una tesis doctoral del autor procedente del mundo de la banca de inversiones y con experiencia en el sector turístico. La presentación se hizo por todo lo alto, por parte de Joan Gaspart y de la Secretaría de Estado de Turismo. El acto y las conclusiones del autor han tenido una amplia repercusión no solo en la prensa especializada sino también en la general.

A pesar del título se trata de un magnífico intento, uno de los más importantes hechos hasta ahora, de estudiar la evolución, situación y perspectivas del turismo en España. Y lo califico de intento porque las carencias son demasiado evidentes, aunque subsanables, y en consecuencia disminuyen el valor del texto.

El principal problema surge como consecuencia de la antigüedad de los datos utilizados; el último año estudiado es 2011, lo que invalida muchas de las premisas en las que se basa el texto: petróleo caro, crisis en nuestros principales mercados, libra infravalorada respecto al euro, y no puede tomar en consideración los acontecimientos ocurridos en estos últimos cuatro años, que han transformado completamente la posición general de España en el mundo turístico: consecuencias de la caída del petróleo en el mercado y de las sanciones de la Unión Europea, en el mercado emisor ruso, la crisis en Brasil, la caída del euro respecto al dólar y la libra, la crisis china, el hundimiento de Turquía y otras que invalidan varias de las conclusiones.

El tamaño del libro, 500 páginas, no se justifica por los contenidos, exceso de cuadros similares, capítulos innecesarios, sino que más bien es el resultado de haberse editado directamente la tesis doctoral -que es bien sabido que tienen que ser largas y espesas- en vez de corregirla, actualizarla y revisarla para evitar errores como el de los porcentajes de los hoteles y las habitaciones de cuatro y cinco estrellas.

La conclusión del libro y lo que han recogido los medios es que sobran turistas de bajo coste y faltan de los que gastan más.

Hasta ahí todos de acuerdo. Las diferencias surgen en cuanto hay que decidir dónde buscarlos y como atraerlos.