Vicenç Miralles y Joan Enric Capellà, en el ático del hotel Som Fona de s’Illot.

Som Hotels forma parte de un grupo empresarial diferente y peculiar. Propiedad de Joan Enric Capellà y Vicenç Miralles, Som Hotels es una empresa especial, única y con un producto que apuesta claramente por el destino, por Mallorca. Los fundadores han creado un nuevo modelo de gestión global con especial atención a valores como la transparencia, la honestidad, la igualdad o el respeto. Som Hotels aplica su filosofía en el día a día y, ya en su página web, explica que “desde los valores y la ética se puede generar una actividad responsable para con nuestros colaboradores, nuestros clientes y la sociedad”. Además, entre sus objetivos figura devolver a la sociedad parte de los beneficios generados con su actividad. No es un posado ni una fórmula para buscar mayor rentabilidad, sino una cuestión de principios.

Som Hotels dispone de tres establecimientos -Som Fona, Som Far y Som Llaüt- situados en s’Illot, Alcanada y Can Picafort. De cuatro estrellas, son establecimientos de reducidas dimensiones, que totalizan solo 167 habitaciones.

El proyecto empresarial nació en febrero de 2014 y desde entonces no ha dejado de crecer. Precisamente sus múltiples proyectos de expansión son una de las características de la empresa, que lleva en el ADN su voluntad de crecimiento.

Joan Enric Capellà y Vicenç Miralles trabajaban en una potente cadena hotelera de Mallorca con importante presencia en el extranjero. Ambos ostentaban cargos directivos y, precisamente, fue en un viaje de trabajo al otro lado del Atlántico cuando decidieron iniciar un proyecto diferente. Tanto Capellà como Miralles decidieron que “hay otra manera de hacer las cosas”.

La decisión estaba tomada y en febrero de 2014 nació Som Hotels. Fue entonces cuando se inició una larga travesía por el desierto, un proceso muy duro y complicado, con muchísimas dificultades. Las respuestas negativas se acumulaban sobre la mesa de Capellà y Miralles, que veían cómo desde diferentes entidades bancarias rechazaban sus proyectos. Finalmente, en abril del pasado año se abrió el Som Fona. Es un hotel de cuatro estrellas y 98 habitaciones situado en sa Coma. “En junio de 2014 alquilamos el Som Fona para comenzar la explotación a la siguiente temporada. Era un salto al vacío, ya que debíamos estar casi un año sin un solo ingreso, pero salimos adelante”, explica Miralles con el asentimiento de Capellà.

LOS HOTELES. El Som Fona, el primer establecimiento de la compañía, no experimentó una reforma en profundidad, aunque se mejoró el producto. En cambio, durante el pasado invierno se realizó una pequeña reforma, modernizando la zona de la terraza en la azotea y creando un espacio -S’attic-, que pretenden que sea una de las referencias de todos los establecimientos de la compañía. Es un punto de encuentro perfecto para comer, tomarse una copa, un cóctel o un café. El cliente alemán es el predominante en la zona y también en el Som Fona. Su temporada va de marzo a noviembre y, aunque la voluntad de la empresa es mantener abiertos sus establecimientos durante todo el año, el Som Fona solo puede aspirar a prolongar unas semanas su temporada, puesto que s’Illot se desertiza durante los meses hivernales.

Som Far, de 45 habitaciones y cuatro estrellas, se encuentra en Alcanada (Alcúdia). Este verano ha sido explotado por primera vez por Som, después de que la propiedad realizara una remodelación integral para reconvertir en el Som Far un bloque de apartamentos. No hay un mercado que mantenga una hegemonía sobre el resto y hay muchos clientes escandinavos, franceses y alemanes.

Finalmente, el tercer establecimiento de la empresa es el Som Llaüt, situado en Can Picafort. Representa un nuevo concepto de hotel, boutique de playa, con especial esmero en el servicio. De 24 habitaciones y cuatro estrellas, dispone también en su azotea de la zona denominada S’attic, con una relajante piscina y la posibilidad de tomar cualquier tipo de cóctel. Es el hotel con mayor aceptación por parte de los mallorquines.
La empresa no ha adoptado aún una decisión en firme, pero no descarta mantener abiertos durante todo el año el Som Alcanada y el Som Llaüt. En cualquier caso, es seguro que prolongarán su temporada.

CRECIMIENTO. Som Hotels tiene una inequívoca vocación de crecimiento. El objetivo, de hecho, es acabar el año con una cartera de siete establecimientos. Así, y de cara al año que viene, la empresa ya tiene firmada la compra del Millor Garden, situado en Cala Millor. Será su primer establecimiento en propiedad.
Además, Som Hotels ha cerrado también la compra del Hipotels Paraíso, situado en sa Coma, de tres estrellas y 75 habitaciones, que se convertirá en el Som Siurell.

La empresa hotelera ha cerrado también la explotación de un hostal, que lleva años cerrado en Cala Bona, y que se denominará Som Serva. Será un cuatro estrellas de 40 habitaciones, que durante el próximo invierno será sometido a una remodelación integral.

Miralles y Capellà aseguran que su estrategia de expansión no es una huida hacia delante. “Es habitual que nos pregunten si vamos demasiado rápido. Es cierto que hay empresas que crecen poco a poco, pero no se puede obviar que nuestros tres establecimientos actuales son unidades pequeñas. Necesitamos volumen para mantener y ampliar nuestros servicios centrales”, explica Capellà.

Además de mantener negociaciones avanzadas para totalizar siete establecimientos en acabar el año, Som Hotels no descarta, ni mucho menos, establecerse en otros destinos. De hecho, ya tienen contactos en Canarias, que podrían culminar en 2017 con la gestión de uno o varios establecimientos. “Tenemos vocación de crecimiento, pero incorporar algún establecimiento en Canarias nos supondría un esfuerzo muy importante, aunque no lo descartamos. Además, es evidente que también aspiramos a tener presencia en el Caribe. Jugar la Liga de Campeones siempre es deseable”, explica Capellà.

En el Parc Bit de Palma se encuentra la sede de Som, que ya cuenta con 80 trabajadores. Mantener la actual infraestructura obliga a la empresa a crecer, a ganar tamaño. “Disponemos de un departamento de administración, compras, marcas... La empresa ya está preparada para aumentar de forma importante sus establecimientos, pero aunque tenemos previsto cerrar el año con siete hoteles es un proceso delicado”, afirma Miralles.

Los acuerdos con los propietarios de hoteles para obtener la explotación no son fáciles. No hay dos iguales. “Cada propietario es un mundo”, asegura Capellà, que tiene claro que el acuerdo es más sencillo si solo hay un dueño.

Ganar tamaño es hoy un objetivo inmediato, aunque ni Miralles ni Capellà saben cuánto hay que crecer y en qué tiempo. Ofrecer a los clientes la máxima calidad es el primero de los objetivos de Som, una empresa diferente, que se enorgullece de sus peculiaridades.

DIFERENTES. Una especial sensibilidad por el medio ambiente, la voluntad de devolver al destino parte de los beneficios o la incorporación a la empresa de trabajadores en riesgo de exclusión social son algunos de los signos de identidad de Som Hotels.

La empresa, en este sentido, tiene firmados diversos convenios y colaboraciones con entidades que se preocupan por personas en riesgo de exclusión social. “Nosotros no trabajamos en la inserción o en la integración; trabajamos en la inclusión. Nos supone una inversión muy importante, tanto en tiempo como en recursos, pero lo hacemos convencidos de que debe ser así”, afirma Capellà, que añade que “es una de nuestras diferencias”. Interrogados sobre si, finalmente, su apuesta por la inclusión era puro marketing, los propietarios lo descartan con rotundidad. “Es una creencia. De hecho, nosotros no publicitamos nuestras acciones en este campo y exigimos a las organizaciones con las que colaboramos que sean eficientes, que hagan seguimiento de los trabajadores”, asegura Capellà con el asentimiento de Miralles.

Los propietarios no son beligerantes con el todo incluido, pero aseguran que no forma parte de su estilo. En cualquier caso, y pese a que estudian su eliminación en un futuro, tienen una pequeña cuota de todo incluido en el Som Alcanada. Precisan, no obstante, que se trata de una oferta de gran calidad y destinada a un público de muy alto poder adquisitivo. En todo caso, en Som Hotels se pone especial atención en ofrecer los mejores productos a sus clientes. “Trabajamos para que la materia prima que servimos sea de máxima calidad. De hecho, cerramos un acuerdo con ‘Produim aquí’. Tenemos vocación de destino e intentamos que la totalidad de los productos que empleamos sea de aquí”, apunta Capellà, que no duda en añadir que “tenemos claro que nuestros hoteles funcionan porque están en Mallorca”.

Miralles, catalán de nacimiento pero con muchos años ya de residencia en Mallorca, va más allá en la defensa del destino. “He viajado en multitud de oportunidades a Sevilla, por ejemplo, y nunca me he encontrado un siurell en un souvenir. En cambio, aquí puedes encontrar toros, sevillanas o sombreros mexicanos... Nosotros pretendemos ofrecer a nuestros clientes todo tipo de información y actividades sobre Mallorca”, afirma.
Som Hotels va mucho más allá de las palabras de sus propietarios. Los hechos explicitan la veneración por un destino -Mallorca-. En este sentido, Som Hotels llegó a un acuerdo con Licors Moyà para hacer talleres de hierbas con los clientes entre abril y junio. Además, los turistas hospedados en Som pueden también conocer tradiciones tan mallorquinas como la de elaborar ensaimadas.

“El turista consume el producto que le ofrecemos. No es cierto que su único interés sea el sol y la playa, sino todo lo contrario. La receptividad de nuestros clientes hacia otros productos ha sido excelente. En general, están encantados”, asegura Miralles.

Som Hotels ha contactado también con la Federació Balear de Fona para realizar un taller sobre cómo se elabora una honda. Además, se realizan prácticas de tiro con pelotas de tenis. Este taller, que se realiza en el hotel Som Fona, está vinculado al yacimiento arqueológico situado al lado del establecimiento. Se trata de un poblado formado por diferentes conjuntos de edificios comunales. Los restos más antiguos son de finales de la Edad de Bronce (1100-850 aC). La intención de la propiedad es aprovechar el taller para explicar a los turistas la historia del yacimiento y el nombre del hotel, además de realizar pedagogía histórica.

Capellà y Miralles son dos empresarios atípicos y también mantienen una posición claramente diferenciada respecto al denominado impuesto turístico. Se declaran partidarios del mismo, aunque no dudan en asegurar que debería pagarse en puertos y aeropuertos y no en los establecimientos hoteleros.