Hay muchas frases hechas y mitos en el mundo de la bolsa. Una de ellas es “sell in May and go away”, algo así como “vende en mayo y pírate”.

Hay que destacar que estadísticamente es cierto que en el periodo comprendido entre mayo y octubre prácticamente todas las bolsas relevantes han tenido un peor comportamiento que en el semestre de noviembre a abril. Sin embargo, también lo es que en la mayoría de casos es mejor la evolución agregada de los doce meses que la del semestre “positivo”. Por tanto la primera conclusión es que siendo una época peor, sigue ofreciendo rentabilidades positivas.

Por poner algunos ejemplos cercanos: si se hubiera seguido este mito, un inversor en bolsa española hubiera dejado de ganar rentabilidades tan espectaculares como el 26% en 2009 o el 18% de 2013. Incluso el año pasado el IBEX ofreció resultados positivos en este período (+1%), cuando fue uno de los pocos índices mundiales que cayó en 2016 (-2%).

Parece obvio que es una irracionalidad financiera desinvertir en bolsa por el único hecho de estar en el mes de mayo. Sí puede ser un factor más, pero debe ir unido a otros.

En primer lugar, la confianza del inversor minorista está en niveles bajos, algo inferiores a la media histórica a pesar de que hay bolsas en máximos históricos. Es una gran señal que se debe tener en cuenta: los giros bajistas se producen cuando el mercado está eufórico y este no es ahora el caso.

La temporada de resultados empresariales es incipiente y hay que seguirla de cerca. No olvidemos que al invertir en bolsa, tanto directa como indirectamente, vía fondos se están comprando acciones de compañías. Así, si sigue el ritmo de los trimestres anteriores, puede dar nuevas alegrías.

Los riesgos políticos son menores tras las elecciones de Francia, aunque durante todo el año pasado el mercado hizo caso omiso, a pesar de los disgustos de Reino Unido, Italia y EEUU.

Por último hay que seguir los soportes y resistencias que se vayan consolidando y que se vigilarán continuamente en esta sección.