Rafael Tur, propietario, posa en el Nirvana Fitness Beach. | DANIEL ESPINOSA

La falta de motivación es uno de los grandes inconvenientes a la hora de practicar deporte o de acudir al gimnasio. Pero las excusas, como las mentiras, tienen las patitas muy cortas. Eso lo sabe bien Rafael Tur, que tras fundar el gimnasio Nirvana en unas galerías comerciales situadas en la localidad de Sant Jordi pensó en conectar el ejercicio físico con el paraíso que distingue a las islas, las preciosas aguas del mar Mediterráneo, para ofrecer una experiencia inigualable a sus clientes.

Así nació, hace casi una década, Nirvana Fitness Beach, un complejo deportivo situado frente al paseo marítimo de Platja d’en Bossa, dentro del municipio de Eivissa. La zona exterior da directamente al mar y ofrece unas vistas fantásticas. Cubierta en su mayoría por lonas para protegerse del sol o la lluvia, esta parte del gimnasio está dotada con maquinaria de entrenamiento, una ‘jaula’ para practicar especialidades como la calistenia –similar a la gimnasia deportiva y cuya base son las dominadas–, neumáticos de camión para saltar sobre ellos, voltear o golpear con un martillo; sogas de diversos grosores para practicar ejercicios de fuerza que implican todo el cuerpo; y finalmente dispone de un espacio con seis sacos de boxeo donde practicar distintos tipos de artes marciales.

En la parte interior se encuentra la sala principal, climatizada y provista de maquinaria de última generación. También dispone de todo un arsenal de cintas para correr, bicicletas estáticas y otros aparatos para desarrollar la parte aeróbica que miran directamente al mar tras unas enormes y recién instaladas cristaleras. Aunque la mayoría de estos aparatos dispone también de una pequeña televisión individual, observar a escasos metros una de las playas más conocidas del Archipiélago es sin duda el aliciente perfecto para entrar en calor o practicar ejercicio cardiovascular. También cuentan con una máquina Power Plate en la que, a través de sus vibraciones a diferente intensidad, se puede lograr un efecto de masaje o de fortalecimiento, o bien estirar tras una dura sesión.

Una estatua de Buda y una recepción dotada con un pequeño expositor de ropa ‘fitness’ y suplementos nutricionales para mejorar el rendimiento y acelerar la quema de grasas reciben a los usuarios de Nirvana Fitness Beach, que además cuenta en sus vestuarios con una sauna de vapor para que los usuarios terminen su sesión con una experiencia de lo más relajante.

DESARROLLO. Pero levantar una modesta cadena de gimnasios en una isla donde la imagen lo es todo para multitud de residentes y visitantes no es cuestión sencilla. Su propietario, no obstante, ya atesoraba experiencia dirigiendo entidades deportivas como la Penya Esportiva Sant Jordi, club de fútbol que presidió durante varios años y al que ahora patrocina con el centro de fitness.

Rafael Tur visionó el éxito en este recinto y se ha rodeado de colaboradores y empleados duchos en la materia para convertir el entrenamiento físico en una experiencia totalmente placentera y eficaz respecto a los objetivos de sus clientes.

REFORMAS. Rafael Tur recuerda que hace 25 años fundó un pequeño gimnasio en el barrio, el cual mantuvo abierto durante cuatro temporadas. Alternaba su primer negocio empresarial con la hostelería, sector en el que acumula más de 30 años de experiencia, según relata. En 2007, junto a otro socio, fundó el gimnasio Nirvana en una galería comercial de Sant Jordi. “Empezaba la crisis, pero el deporte era algo que llevaba dentro y en la zona no había ningún otro gimnasio y le veía negocio”. Aunque “fueron años difíciles” y ambos emprendedores, solos al frente de la empresa deportiva, tenían que pluriemplearse, siguieron adelante con su proyecto. “No se vivía del gimnasio entonces. No es oro todo lo que reluce, llevar un negocio adelante es complicado cuando no puedes aportar un capital”, señala Tur, que más adelante, haciendo memoria, cifra en 1,2 millones la inversión inicial entre ambos gimnasios.

El de Platja d’en Bossa llegó apenas dos años más tarde, en 2009, después de visitar las actuales instalaciones, entonces en un solar cerrado desde hacía siete años, donde visualizó el éxito. “No había nada similar en Platja d’en Bossa. Me senté, lo miré, y dije: ‘Esto es un cañón’. El poder estar entrenando viendo el mar y al aire libre es único. Mi socio no estaba por la labor. Yo le dije, lo siento, pero o contigo o sin ti”, narra el empresario ibicenco, que ocho años después sigue viéndole “mucho potencial” a la “joya de la corona”, su segundo gimnasio. “La rentabilidad la tienes aquí”, confiesa, ya que a diferencia del ubicado en Sant Jordi, en el de la playa no se ofrecen clases. El resultado es que en el primero cuenta con siete empleados fijos y en el segundo, el más deseado, le sirve con tener a tres.

Para mejorar el servicio y ofrecer entrenamientos más personalizados, Nirvana cuenta con una red de entrenadores personales con quienes mantiene un acuerdo de colaboración. También son competencia y en Eivissa está de moda tener ‘personal trainner’ o ‘coach deportivo’, así que lo mejor, pensó Tur, es trabajar juntos.

Entre ambos locales, de 400 metros cuadrados cada uno, Nirvana Fitness Center consigue tener en temporada alta entre 2.600 y 2.700 socios. “Y eso que la competencia es dura”, puntualiza Rafa Tur, situación que ha llevado a las cadenas a una “guerra de precios” de tal magnitud que han llegado a bajar un 50% las tarifas con respecto a hace 10 años. A la competencia se suma el IVA, que “ha subido en unos años de un 8 a un 21%”, lamenta. A pesar de los obstáculos, Nirvana se ha posicionado en un excelente lugar. El secreto de su crecimiento y prestigio se basan, según su fundador, en que “estamos en el corazón del pueblo [en el caso de Sant Jordi] y en primera línea de mar”.

En el plano empresarial, Nirvana ha invertido unos 70.000 euros en la ampliación de la zona indoor del club deportivo de Platja d’en Bossa. “Y cada año intentamos mejorar las instalaciones. A lo mejor algún año hago un ring de boxeo y una parte para crossfit”, concluye.

OFERTAS. El centro también ofrece servicio de nutrición deportiva y asesoramiento para disfrutar de una alimentación saludable y obtener el máximo rendimiento. Para aquellos que necesiten una atención más personalizada o resultados más rápidos, tienen a su disposición un equipo de entrenadores personales, a precios muy ajustados.

Además, en el centro deportivo de Sant Jordi se ofrece una gran variedad de actividades dirigidas a lo largo de todo el día. Desde pilates, yoga, gimnasia sueca, step o GAP hasta boxeo, Kangoo Power, Pole dance, acroyoga, danza oriental, gravity y ejercicios para embarazadas y clases especiales para niños y bebés.

Nirvana Fitness Beach ofrece interesantes descuentos y promociones para grupos de empresa y residentes y oferta 2x1 para todo el año. En verano, gracias al prestigio alcanzado y a las inigualables vistas sobre Platja d’en Bossa y, más al fondo, la isla de Formentera, se duplica la clientela de ese complejo exclusivo con trabajadores de temporada y también con turistas que no están dispuestos a perder la forma física durante su estancia en Eivissa.