Sailero es una plataforma de comercialización de chárters en Mallorca que acaba de arrancar con una gran proyección. Detrás de esta startup están Yannick Kwik y Joaquín Sánchez, que tras pasar su infancia en Portals y tener diferentes experiencias por todo el mundo, han regresado a Mallorca y han visto una oportunidad de negocio que combina sus dos pasiones: el marketing y el mar. Consideran que los turistas y residentes hoy en día buscan “experiencias diferentes” y que hospedarse en un barco es “igual de caro o más barato incluso que un hotel”.

“Pasamos nuestra infancia juntos y nos separamos en la universidad. Hemos vivido en Bali, Australia y México. Tras regresar a Mallorca los dos, nos reencontramos a finales de 2016 y hablamos de que nos encantaría hacer algo con los barcos. Hay un hueco de mercado para transmitir el negocio del alquiler vacacional al mundo de la náutica. Sabíamos que había empresas similares, pero ninguna que hiciera algo así en Mallorca, y nos pusimos en marcha”, indica Yannick Kwik.

De hecho, fueron una de las nueve startups participantes en el Foro de Inversión del Salón Náutico de Palma, organizado por el Institut d’Innovació Empresarial (IDI) del Govern y Keiretsu Forum.

En su corta vida empresarial, su apuesta por ser plataforma comercializadora de alquiler de barcos que conecta chárters con los clientes ha tenido un gran éxito. Tienen 80 barcos ofertados y añadirán otros 80, seleccionados por la calidad de las embarcaciones y los servicios, desde llaüts a yates de superlujo.

“Trabajamos solo con chárters que están licenciados. Se alquila normalmente con patrón y un precio final donde está incluida la gasolina, el menú, la ruta, etc. Todo ello se puede gestionar a medida según la disponibilidad de los proveedores. “En función de la petición, recomendamos diferentes barcos que se adecúen a la experiencia que quiere vivir el cliente dentro de su rango de precios. Una vez escogido el barco construimos el paquete de amenities”, explican. “Por ejemplo, hemos recibido una petición de una familia suiza que quería celebrar dos cumpleaños justo en la fecha de en medio, quería tapas mallorquinas y champán francés. Entonces todo eso se lo organizamos en una conversación entre el cliente, nosotros y el proveedor -el chárter-”.

PERFIL DEL CLIENTE. Sailero tiene varios perfiles de cliente, en función de la experiencia que quieren vivir y su poder adquisitivo. “Un perfil sería un grupo de ocho personas que alquila un catamarán para ver la puesta de sol, tomar unas copas y luego salir de fiesta por el Paseo Marítimo. Otro es un cliente más familiar que quiere disfrutar del Mediterráneo y de Mallorca, quieren llaüts de hasta 15 metros y comida local. Y luego el perfil de eventos de negocios o jeques árabes”, añaden. Respecto a los superyates, los más exclusivos no están disponibles en la web, sino que se tienen que solicitar expresamente.

El precio medio de su oferta está en 2.400 euros por día. Las reservas más frecuentes están en 1.500 euros por día, mientras que los precios máximos son de 15.000 euros diarios. Por nacionalidades, el primer cliente de Sailero es español, seguido de suizos, alemanes y británicos.

En cuanto a los proveedores, son empresas ya establecidas en Mallorca que tienen una flota de barcos, ya sea uno o veinticinco, y que se dedican a ofrecer este servicio de manera profesional.

Sailero nace comprometida con el medio ambiente. “En los últimos años hemos visto el Mediterráneo en decadencia y no es culpa de los turistas sino de las empresas, que no operan como tocaría”, critica Kwik. Quieren “devolver” lo que les ha dado a nivel profesional y personal. Por ello, donarán un 10% de los beneficios de Sailero a la protección del mar en proyectos de conservación de la posidonia y reducción de plásticos.

VISIÓN DE FUTURO. Yannick Kwik y Joaquín Sánchez visualizan un futuro ambicioso. “Queremos digitalizar el mundo náutico, como ha pasado con el alquiler vacacional. Queremos ofrecer tecnología para tener una sincronización de calendarios entre operadoras y comercializadoras para que te ofrezca disponibilidad en tiempo real, que ahora lo ofrece el alquiler vacacional, pero en el mundo de la náutica es impensable. Además, queremos facilitar el alquiler de amarres”, explica Kwik. “Hay muchos nichos en los que se puede trabajar y creemos que Palma es el lugar perfecto para montar una startup que pueda digitalizar la industria náutica con diferentes herramientas”, concluye Sánchez.