Avanza la temporada de resultados empresariales y las bolsas europeas se están tomado un respiro y se mueven con cierta lateralidad en las últimas semanas, en algunos casos consolidando niveles y en otros esperando para intentar romperlos.

Realmente, el único que no los consiguió romper en el rally de mayo fue el IBEX 35, que aun recuperando parte del terreno perdido los años anteriores respecto a sus homólogos europeos, se ha quedado estancado ante la resistencia de 11.000.

Aunque lo ha conseguido de forma puntual, no lo ha consolidado, pero también es cierto que sigue muy cerca. Su siguiente objetivo estaría entre los 12.000 y 12.200 puntos, aunque es muy aventurado hablar de él sin perforar los comentados 11.000. Más bien hay que buscar soportes por si la situación se alargara; aunque se encuentra uno en 10.500, el más sólido está en 10.000-9.800.

El EuroStoxx, que agrupa las 50 empresas más importantes de la zona euro, ha consolidado los 3.500 y se debería encaminar hacia los 3.830-3.900; en caso contrario el primer soporte está, precisamente, en los 3.500 y el siguiente en los 3.300.

El DAX alemán se encuentra en máximos históricos y por tanto con vía libre para subidas. Los anteriores, situados en 12.400 y los 11.600, son dos soportes a considerar.

El CAC francés está intentando consolidar por encima de los máximos de 2015 (5.200) y por tanto este es su primer soporte; si lo consiguiera el objetivo ambicioso, pero realista a medio plazo, estaría en 6.180.

Por lo que al FTSE británico se refiere, parece disparado y se está alejando de sus anteriores máximos históricos (7.100) aunque hace algunas semanas buscó un apoyo en este nivel. Si se gira la tendencia este punto y los 6.700 deberían ejercer como soporte. Aquí hay que tener en cuenta la libra, debilitada por el brexit, en caso de seguir con la tendencia bajista se podrían buscar fondos de inversión que cubran este riesgo.