Una familia se hace un selfie en el puerto de Eivissa con Dalt Vila y la catedral de fondo. | Daniel Espinosa

Eivissa y Formentera continúan siendo en 2017 la locomotora de las Illes Balears gracias al impulso de la construcción y al sector servicios. Las Pitiüses mantienen su hegemonía como la región más dinámica del país, a pesar de que la producción en Mallorca también aumenta a un ritmo más alto que a finales de 2016. Los principales indicadores del mercado laboral, de la industria, de la construcción y de los servicios muestran en el Archipiélago incrementos más intensos que en el resto de España, siendo las Pitiüses el territorio con mejores perspectivas económicas gracias a la reducción del desempleo, al impulso de la construcción y a su excelente posicionamiento turístico.

Según los informes elaborados durante el pasado mes de junio tanto por la patronal CAEB como por la Conselleria de Treball, Comerç i Indústria del Govern balear, la economía de las Illes Balears presenta un crecimiento de entre el 3 y el 4% interanual gracias, en buena medida, al potencial turístico de Eivissa y Formentera y al repunte del sector del ladrillo, en particular a las reformas hoteleras y de establecimientos hosteleros y comerciales.

Según la confederación empresarial, la economía pitiusa aumentó entre enero y marzo de 2017 un 3,9%, una décima más que en el tercer y cuarto trimestre del año pasado. En el resto de Balears, por contra, el crecimiento económico se ralentizó. Así, Mallorca pasó de registrar a finales de 2016 un PIB del 3,4% a tener un 3,2% en el primer trimestre del año, mientras que Menorca cerró el año con un crecimiento del 3%, que se ha reducido a un 2,9% en el primer trimestre de este ejercicio.

PATRONAL. “Eivissa y Formentera siguen siendo la locomotora de Balears y los buenos datos del primer trimestre del año hay que achacarlos a la gran cantidad de reformas hoteleras que se han llevado a cabo. Más que al turismo, debemos este crecimiento a la construcción”, sostiene el presidente de la CAEB en las Pitiüses, Joan Bufí, quien puntualiza que las inversiones se han centrado en los establecimientos turísticos “más que en la construcción de viviendas”. “Es un cúmulo de cosas, porque el Imserso también aumentó. Hay mucha productividad, muchos visitantes y mucho empleo. El paro se ha estabilizado y poco más puede bajar”, argumenta Bufí.

El informe de la patronal CAEB destaca que los buenos datos de Eivissa y Formentera se deben “al mejor comportamiento relativo de la inversión, que ha permitido compensar en mayor medida que en el conjunto insular el debilitamiento del consumo”. En este sentido, el tejido empresarial pitiuso es el más optimista de Balears “dado que la proporción de establecimientos que augura una marcha favorable de su negocio en este periodo (un 33,9%) es superior a la media balear (29,9%)”, mientras que el porcentaje que se muestra pesimista resulta inferior, un 7,9% frente al 10% de la media balear.

En paralelo, ha aumentado la creación de empresas, en concreto, un 3,3% frente al 2,3% del conjunto balear. El informe pone de manifiesto que la “mejora de expectativas” y, por ende, el optimismo del empresariado pitiuso “se ha visto apuntalado, en gran medida, por el tono favorable que ha mantenido la actividad turística durante el primer trimestre”. Gracias al aumento de la actividad turística, según se expone en el informe de la CAEB, se aceleró la creación de empleo en el sector.

INTRUSISMO. Desde la mayor de las Pitiüses, Joan Bufí pronostica que la economía insular crecerá hasta final de año entre un 3,2 y un 3,4%, valores que según el empresario “están bastante bien” aunque todavía dependerán del “comportamiento de los meses de septiembre y octubre”.

Bufí también alerta de una de las principales amenazas para la economía pitiusa: el intrusismo. “En Eivissa tenemos casi un 40% de turismo alojado en la oferta ilegal y en términos de productividad me atrevería a decir que hay entre un 30 y un 40% de economía sumergida”, alerta el presidente de la patronal pitiusa, que califica de “muy grave” esta amenaza para el músculo financiero de las Islas. Joan Bufí considera que la actividad ilegal “se ha ido de las manos” y culpa a las administraciones de “no haber introducido las medidas correctoras correspondientes”.