En esta sección se ha repetido constantemente que la diversificación es una de las claves del éxito de las inversiones bursátiles a medio-largo plazo. Sin embargo, la mayoría de inversores no profesionales centran sus inversiones en la bolsa española, una de las más castigadas en los últimos años.

Por este motivo y porque, desde hace unos meses, los factores negativos que más pesaban sobre nuestro mercado (política, Brasil, banca) se han calmado, es muy útil valorar los soportes que deben respetar las principales acciones y las resistencias donde marcar los objetivos.

Siguiendo la tónica del análisis realizado la semana pasada, las bolsas están muy laterales y las acciones españolas no pueden ser una excepción, por lo menos las que más peso tienen en nuestro IBEX 35.

El BBVA se mueve en un rango entre los 7,15 y 7,85 desde finales de abril. Esto supone una variabilidad entorno al 10%, que a medio plazo no está nada mal, por lo tanto en la parte baja del canal encontramos el primer soporte y en la parte alta la primera resistencia. Para inversores más largoplacistas, las caídas se podrían soportar hasta los 6,60, mientras que podrían ir a buscar objetivos cercanos al 8,70.

El Santander entre 5,46 y 5,30 encontraría el primer soporte relevante, en caso de perderlo los 4,90-4,75 representarían un soporte, tal vez, demasiado alejado. La primera resistencia clara estaría en 6,15, pero no habría que descartar los anteriores máximos históricos situados, descontando dividendos, en 6,70. A Telefónica el suelo de los 9 euros le lleva funcionando muy bien estas últimas semanas (también le costó superarlo durante todo 2016 y parte de 2017), en caso de perderlo podría ir a buscar los 8,50. Por arriba la meta más inmediata está en 10,30, aunque hay que tener cuidado con el nivel psicológico de los 10 euros.

Meliá, la única balear cotizada, no ha podido con la resistencia de 13,55 y puede buscar impulso entorno a los 12,30-12,40.