A pesar de que la zona euro presenta una de las políticas monetarias más expansivas del mundo, estamos viendo cómo el euro se revaloriza fuertemente respecto a la libra, el dólar y el yen. Con estos movimientos los inversores que tengan activos (bolsa o renta fija) en estas zonas están viendo mermadas sus rentabilidades. No le ocurre a quien tenga inversiones en el norte de Europa, donde tanto la corona noruega como la sueca se están revalorizando y obtienen una doble rentabilidad (hay algunos fondos de inversión muy buenos).

La decisión de cubrir divisa, es decir provocar que la evolución de la moneda no afecte al resultado, debe ser motivada por la situación de los mercados: La libra está cayendo con fuerza e incluso está perdiendo el nivel de octubre de 2016, lo que sería peligroso. El yen, tras perder hace unos meses el nivel de los 123, también ha empezado una tendencia bajista que hace peligrar su evolución en los próximos meses (contrariamente a los inversores, esto supone una alegría para los titulares de hipotecas multidivisa). Respecto al dólar, el recorrido de los últimos meses es sorprendente y el mercado está actuando en dirección opuesta a lo que se pensaba: con la FED subiendo tipos, Trump intentando políticas fiscales expansivas, el BCE con los tipos al 0% y con inyecciones de liquidez a la banca lo lógico era que el dólar siguiera subiendo, algo que no ha pasado. Hay que ver si es algo puntual o un cambio de tendencia, pero la pérdida de los 1,15 y especialmente de los 1,20 dólares por euro hace que el peligro en estos momentos sea real.

Los inversores tienen dos opciones para protegerse: hacer operaciones mediante derivados Forex, algo realmente complicado, o bien comprar fondos que ya hagan ellos esta operación (en el nombre aparece la palabra “Hedged”). Esta última tiene la ventaja añadida que, si el gestor es bueno (hay que buscarlos porque los hay), le sacarán una rentabilidad extra.