La sonrisa, la actitud positiva y la reflexión son característicos de Jaume Nebot, quien lleva más de 30 años trabajando en en Protur.

Jaume Nebot nunca pierde su sonrisa. El consejero delegado de Protur Hotels, que cuenta con 17 establecimientos, trabaja desde hace ya 34 años en la empresa fundada por el serverí Jaume Bauzá. Considera que el alquiler vacacional y la oferta hotelera están obligadas a convivir. Es partidario de aplicar una tasa turística a los coches de alquiler, pero critica sin titubear la subida del impuesto a las estancias turísticas.

- Existe cierto consenso en señalar que la temporada ha sido excelente, que la ocupación ha disminuido un poco, pero que el precio de venta ha sido superior.
- En general, es así. No hemos tenido, especialmente en temporada alta, la ocupación que tuvimos el pasado año. Ha sido un poco más baja. El proceso que se ha desarrollado en los últimos años de reformas y modernizaciones ha permitido subir los precios. De esta manera, trabajando con un poco menos de ocupación, se está consiguiendo que las cuentas de resultados sean iguales o mejores. En todo caso, ha sido una temporada excelente, como la última. Y la del pasado año fue histórica por muchos motivos.

- Los hoteleros, en general, tienen fama de quejicas. Es fácil pensar que si ahora reconocen que la temporada ha sido muy buena debe haber sido excepcional.
- Es cierto que siempre hemos tenido esta fama. Personalmente, me gusta ser sincero. En todo caso, los hoteleros siempre hemos tenido ciertas prevenciones. En algunas oportunidades, la gente se rige por los signos externos. Ven mucha gente y piensan que la temporada es excelente. No siempre es así. Hemos vivido años de alta ocupación en los que las cuentas de resultados no eran buenas. Y no me refiero a los últimos. Hay que reconocer que las últimas campañas han sido excelentes.

- Este año, como el anterior, todo el mundo habla de la masificación. ¿La notáis?
- No. De hecho, este año ha bajado ligeramente la ocupación. Podríamos decir que hay tres clases de población en las Islas: los residentes, los clientes hoteleros y los nuevos turistas llegados con el fenómeno del alquiler vacacional. Tienen un comportamiento muy diferente. El turista de hotel tiene tendencia a salir poco. En cambio, los visitantes que están alojados en viviendas de alquiler vacacional están mayoritariamente en la calle. Se les ve más.

- ¿Es decir, que la culpa es de los clientes de alquiler vacacional y no de los que están en hoteles?
- Entiendo que la saturación la crean los turistas de alquiler vacacional, porque están mucho en la calle. En Palma, además, hay algunos días en los que llega mucha gente a la vez. Si un día no hace sol, los clientes de los hoteles aprovechan la circunstancia para visitar la ciudad. Y también podríamos hablar de los cruceristas.

- Se ha extendido la sensación en algún sector de la población de que los turistas molestan.
- Es cierto que existe esta sensación. De todas formas, la turismofobia no es una cuestión tan novedosa. A finales del siglo pasado, cuando los alemanes comenzaron a comprar propiedades en Mallorca, ya se extendió una cierta alarma.

- ¿Qué debe hacerse? ¿Podemos decir que la turismofobia es el síntoma de una enfermedad?
- Hay que hacer mucha pedagogía. Se ha de dar a entender a la gente que, por suerte o por desgracia, la actividad turística es nuestra forma de subsistencia. Toda actividad conlleva algunas consecuencias negativas. Hay que hacer entender a la población que el turismo es una actividad muchos menos agresiva que otras. Además, se ha de trabajar para definir el modelo turístico y que no nos desborde. En los últimos años, han aparecido diferentes portales en la red que comercializan plazas turísticas en las Islas ante los que la Administración no ha sabido dar una respuesta rápida y eficaz.

- Señalaba usted que debe definirse el modelo turístico. ¿Qué propone?
- Teóricamente, hay consenso en señalar que el modelo turístico ideal nos ha de permitir bajar la presión humana sobre la temporada alta y redistribuir a los turistas en otros periodos del año. Debemos poder trabajar con menos caudal de gente y no bajar los ingresos. Se están dando pasos, como las reformas y modernizaciones, para aumentar la categoría de los establecimientos. Este es el camino. No podemos competir como un destino de masas a precio bajo.

- Hasta la modificación de la Ley del Turismo algunos hoteleros han dispuesto de ventajas y excepciones a la normativa general. De esta manera han podido modificar y ampliar sus establecimientos e incrementar el número de plazas.
- Las excepciones, hasta ahora que se ha cambiado la ley, permitían crecer sin acudir al banco de plazas. Eran hoteles de ciudad y cinco estrellas, además de los situados en zonas maduras. La verdad es que Palma no tenía una gran planta hotelera. El turismo de cinco estrellas es interesante, puesto que sube, por decirlo de alguna manera, la media de nuestros visitantes. Por eso, entendía que estas excepciones eran beneficiosas para el modelo turístico. El Govern ha decidido ahora quitar las excepciones. Nada que decir.

- ¿Y la moratoria del Ajuntament de Palma?
- Creo que el Ajuntament de Palma se equivoca con la moratoria de un año, aunque falta saber qué pasará en acabar. Además, que el Govern haya retirado la excepción de los hoteles de ciudad para Palma me parece un error. En cambio, puedo llegar a aceptar que no permitan nuevos hoteles de cinco estrellas fuera de Palma.

- ¿Qué opina del aumento de volumen de los hoteles?
- En el periodo en que se dio fue necesario, pero no deberían aumentarse las plazas.

- Muchos hoteles de la Platja de Palma han aumentado volúmenes y plazas.
- Mi experiencia de las reformas integrales que hemos realizado es que uno de nuestros objetivos siempre ha sido subir el hotel de categoría. Este tipo de reformas implican más servicios para los clientes y, en nuestro caso, en muchas oportunidades hemos tenido que reducir el número de plazas. Es decir, que después de las reformas tenemos menos plazas en explotación que antes de modernizar el establecimiento. No buscamos cantidad, sino calidad.

- Pero vuestros hoteles están situados en zonas en las que no estaba permitido aumentar el número de plantas.
- No. No podíamos hacerlos. Tenía un sentido, puesto que la planta hotelera de la Platja de Palma tenía unas carencias que para subir de categoría casi era imprescindible disponer de grandes facilidades.

- Desprende un regusto de agravio comparativo saber que hoteleros de Cala Millor, por ejemplo, bajaban el número de plazas para subir de categoría y otros situados en la Platja de Palma podían aumentar las plazas, al tiempo que incrementaban su categoría.
- Es así. Bueno.

- Con la nueva normativa turística, el alquiler vacacional en plurifamiliares queda en manos de los consells y el Ajuntament de Palma. ¿Qué debe hacerse?
Es complicado. Creo que el Govern hace un poco de dejadez de sus funciones y pasa la patata caliente a otras administraciones. Creo que los ayuntamientos tendrán una papeleta muy complicada, aunque la decisión última será del Consell.

- ¿Pero qué debe hacerse?
- No lo sé. La verdad es que no tengo una propuesta mágica. Hay muchos intereses en juego. Creo que no podemos oponernos a que haya fórmulas de comercialización diferentes a las nuestras. Todos hemos de poder competir.

- ¿No os da miedo?
- No hemos de tener miedo. La industria hotelera está muy consolidada.

- ¿El pequeño retroceso en número de visitantes del pasado verano puede atribuirse al alquiler vacacional?
- Podría ser. No lo sé. En todo caso, nosotros hemos de poder competir con cualquier oferta. En Mallorca, existe una excelente oferta hotelera que puede competir sin ningún problema con el alquiler vacacional. Eso sí, ha de estar regulado y deben pagar sus impuestos. ¿Prohibir? No me parece acertado. Es un error prohibir el alquiler vacacional. Después, las administraciones públicas, junto al sector, ya decidirán si consideran que deben fomentar o restringir el alquiler vacacional. De entrada, lo más importante es que esté regulado y controlado.

- ¿Debería limitarse el número de turistas?
- No creo que pueda realizarse. Entiendo que se puede limitar el número de plazas, pero el número de turistas... El precio debe ser un elemento disuasorio, quizás nos hemos de hacer valer más en los meses de verano.

- ¿Y los coches de alquiler deben limitarse?
- La presencia de coches de alquiler se ha convertido en un problema. Es verdad que vienen muchos coches de alquiler de fuera. Me sorprende que el Govern haya descartado imponer algun tipo de tasa sobre los coches de alquiler. El precio, en este sector, tiene mucha importancia y una tasa podría tener una gran incidencia. Las grandes empresas tienen una gran ventaja, puesto que su negocio no está en el alquiler, sino en masivas compras de vehículos a precios muy ventajosos y su posterior venta.

- ¿Y deben limitarse los cruceros?
- Si hace diez años me hubieras hecho esta pregunta te hubiera dicho que cuántos más vengan, mejor. Ahora que los tenemos no los queremos. Lo mejor sería que su llegada no se concentrara en uno o dos días de la semana.

- El Govern ha doblado el precio de la ecotasa para el año qué viene. ¿Qué le parece?
- Creo que es una decisión muy precipitada. Hay que pensar que vivimos momentos excepcionales, entre otras razones por los problemas geopolíticos de muchos destinos competidores. En el momento en el que haya un descenso de la demanda puede provocarnos problemas. Deberíamos poder explicar, como mínimo, a qué se destina concretamente el dinero del impuesto turístico. Dicho esto, lo cierto es que su implantación no nos ha supuesto grandes problemas con los clientes.

- En cuanto a la negociación de un nuevo Régimen Especial de Balears, por primera vez parece que el Gobierno estatal considera en serio esta medida.
- Espero que no sean palabras vacías, sino reales. Desgraciadamente, a los ciudadanos de Balears nos han hecho muchas promesas que luego no se han cumplido. Deberíamos ser un poco más reivindicativos ante Madrid.

- A mediados de julio, Arran protagonizó una acción contra el turismo en el puerto de Palma. Un grupo de jóvenes tiró confeti en un restaurante y desplegó varias pancartas reivindicativas frente a los yates, con bengalas y botes de humo. ¿Afectan estas acciones o pueden considerarse simplemente una anécdota?
- Es una anécdota, pero si se repiten pueden llegar a afectar neggativamente. A todos los turistas les gusta pensar que son bienvenidos.