Por su valor excepcional, la Torre d’en Galmés formaba parte de la primera lista de la Unesco. | Laura Pons Bedoya

Después de perder la opción de salir adelante en la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco que se celebró el pasado mes de julio, la Conselleria de Cultura i Patrimoni del Consell Insular de Menorca se ha puesto a trabajar en un nuevo horizonte temporal con un replanteamiento de la candidatura de la Unesco, a partir de las recomendaciones hechas por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS). De entrada, la candidatura reducirá la lista bienes arqueológicos presentados y los agrupará en conjuntos paisajísticos para diferenciarse así de la cultura prehistórica de otros lugares de Balears, asumiendo la petición de que la propuesta menorquina tenga más en cuenta el paisaje como elemento central.

La primera recomendación de la lista de ICOMOS es clarificar si la definición de talayótico hace referencia a una cultura o a un periodo. “Será una candidatura centrada en la Menorca Talayótica, pero dentro de este contexto se dará más importancia a los valores paisajísticos ligados a los propios monumentos”, explica Miquel Angel María, conseller de Cultura i Patrimoni. “Los monumentos contribuyeron a generar un paisaje muy concreto durante la prehistoria, que todavía hoy en día se puede ver”, añade el conseller. Otra de las exigencias es restringir la cronología a los monumentos estrictamente talayóticos, porque en la candidatura anterior había una representación de los monumentos más significativos de toda la prehistoria de Menorca. En este sentido se reducirá la lista de 32 bienes a una nueva cifra, todavía pendiente de concretar.

ESPECIALIZACIÓN. El replanteamiento contará con una nueva estructura de gestión más amplia para coordinar la candidatura, que tiene previsto volverla a presentar de manera oficial ante la Unesco dentro de cuatro años. “Se amplía la comisión asesora y dentro de esta comisión vamos a crear una comisión permanente de tipo técnico, integrada por distintas personas internas y externas al Consell que aporten un enfoque académico y profesional”, detalla el conseller María. Otra de las novedades es la creación de un foro de propietarios vinculado a la comisión asesora, tal y como se recomendaba desde ICOMOS.

“La forma de trabajar también cambiará respecto a cómo se hizo en el primer expediente. En vez de que sea un grupo pequeño el que se encargue de la redacción de los trabajos previos, todo el proceso redaccional se hará con una amplia participación de profesionales expertos en cada materia. Por ejemplo, en paisaje, que es uno de los temas clave, contaremos con Rafael Mata, paisajista del equipo del Plan Territorial Insular, que se incorpora al equipo y que, de este modo, hace que todo el proceso sea mucho más transversal entre territorio, patrimonio y cultura”, añade Miquel Àngel María.

El Plan de Gestión también tendrá que ser específico de los bienes de la candidatura y detallar, por ejemplo, sistemas de mantenimiento y de seguimiento de los bienes con el fin de evaluar posibles desperfectos o el impacto de los visitantes, entre otros. “Con independencia de cuándo lo consigamos, lo que ya hemos hecho hasta el momento ya habrá valido la pena, desde la toma de conciencia de los propios menorquines sobre su patrimonio hasta el impacto de las 25.000 personas que ya han visitado la exposición itinerante en Eivissa, Valencia o Madrid”, concluye Miquel Angel María.