Hay quien asegura que en diciembre la bolsa siempre sube. Los argumentos son algo peregrinos: porque mucha gente pone dinero en planes de pensiones y éstos tienen que comprar acciones o porque los gestores “maquillan” los resultados para que salga una foto bonita de cierre de año.

Para valorar si es verdad basta mirar qué ha pasado antes: analizando las rentabilidades mensuales de Ibex, EuroStoxx y S&P (como índices de referencia en España, Europa y EEUU respectivamente) se ve que la mayoría de “diciembres” suben, pero no siempre; ha caído dos veces en EuroStoxx y S&P y tres en Ibex.

La rentabilidad media ofrecida es el 1,30% aproximadamente. Realmente, este promedio, siendo positivo, no es de rally (sí lo fue en 2016 cuando Europa subió más del 7%). Además cabe señalar que el promedio del mes de diciembre se ve superado por los de marzo, abril y julio. La conclusión a esta estadística es que las bolsas en diciembre se tienen que estudiar como un mes más y por tanto mirar los factores habituales.

Al invertir en bolsa se compran empresas, así que sus resultados, las operaciones corporativas y todo lo que tenga relación con ellas, es más que fundamental. En este aspecto no se puede ser más positivo: los resultados del tercer trimestre han mostrado mucha fortaleza, incluso en EEUU.

La tendencia, soportes, resistencias muestran cierta parálisis que, en base a la situación mencionada, debería romper hacia arriba. Sin embargo podría demorar el movimiento alcista más de los 10 días que le faltan de bolsa a diciembre.

Otro detonante debería ser la presencia de miedo o volatilidad que siempre precede a grandes subidas y que ahora no se están apreciando. En definitiva, las perspectivas de las bolsas son buenas, especialmente en las europeas, pero la reanudación de la fuerte tendencia se podría retrasar a 2018.