Àngel Bujosa posa en el edificio Jovellanos de la UIB.

Àngel Bujosa Bestard (Bunyola, 1982) es profesor titular de Economía Aplicada en la Universitat de les Illes Balears. Dirige el Máster Universitario en Economía del Turismo y es el investigador principal del grupo de Análisis Económico de los Impactos del Turismo (AEIT).

¿Qué es el clima de la Tierra para un economista?
Es un bien público puro que hay que conservar. Todos consumimos y disfrutamos del clima, pero individualmente tomamos decisiones que lo deterioran. El mercado no invierte suficiente en él. En este sentido, el cambio climático entendido como un deterioro del clima de la Tierra es inevitable si no intervenimos de forma activa.

¿El cambio climático puede reducir el atractivo de Balears como destino turístico?
Sí. De hecho, también hemos analizado la pérdida de atractivo provocada por un aumento de la temperatura por encima del límite de confort y algunas provincias costeras del sur de la Península como Cádiz o Huelva pueden llegar a perder entre el 10% y el 15% de visitantes a mediados de siglo, mientras que otras como Lugo o Pontevedra recibirían entre un 7% y un 15% más de flujos turísticos.

¿Qué pasaría en Balears?
No lo hemos cuantificado, pero podemos decir que el impacto sería el mismo que en el sur. Si la temperatura aumentara por encima del umbral de confort, las Islas perderían atractivo.

Entonces si un turista está dispuesto a pagar más de 11 euros al día, ¿el impuesto turístico se queda corto aun habiéndolo doblado?
No se puede confundir un impuesto o una tasa con el resultado de este estudio, aunque podría ayudar a determinar la cuota tributaria de este impuesto. Lo que se pretende con estos estudios es expresar la calidad ambiental en las mismas unidades monetarias en las que expresamos otros factores que sí cuentan a la hora de decidir.

¿El impuesto a las estancias turísticas es adecuado?
No es un impuesto ambiental, aunque su implantación se puede entender desde la perspectiva de las necesidades presupuestarias.

¿Por qué no?
El que los fondos se destinen en mayor o menos medida a finalidades ambientales no lo convierte en ambiental. Un impuesto ambiental tiene el objetivo de reducir el impacto al que va asociado. Se diseña para introducir incentivos en el individuo para que deje de generar ese impacto. El impuesto turístico, no.

Algunos economistas proponen decrecer para combatir el cambio climático. ¿Qué opina?
La reducción del consumo y la producción no es la mejor alternativa. Creo que hay margen para compaginar calidad ambiental y crecimiento con acciones concretas.

¿Como cuáles? ¿Cómo se pueden reducir las emisiones sin disminuir la producción?
Con tecnologías que permitan un mayor ahorro y eficiencia energética o descarbonizando la economía con energías renovables. También deberían cambiar los patrones de consumo.

¿Todo esto encarecería los bienes y servicios?
Está demostrado que los costes de reducir las emisiones son menores que los de no hacer nada. Reducir entre un 10 y un 15% de las emisiones globales tendría un coste nulo o incluso negativo en edificación, transporte o gestión de residuos.