La tercera generación, formada por Catalina, Juan Antonio y María Margarita, dirige la empresa. | Aina Ginard

El tiempo pasa y las empresas evolucionan para ofrecer siempre el mejor servicio a sus clientes. Mármoles Valcaneras ha experimentado sustanciales cambios desde que Antonio Valcaneras fundara la empresa en 1963 en la calle San Bartolomé de Inca. Ha variado casi todo, pero permanece inalterable el espíritu de servicio hacia el cliente. La tercera generación, formada por Catalina Pol Valcaneras y sus hermanos Juan Antonio y María Margarita, gestiona ahora la empresa, aunque su madre Margarita Valcaneras Sitjar, ya jubilada, sigue informada de todo.

La empresa comenzó con materiales clásicos y realizaba mosaicos e hidráulicos, siempre trabajados de forma manual. En los años 70 proliferaron los terrazos con derivados del cemento y piedras naturales, que eran generalmente utilizados para hacer escaleras y embaldosados. La empresa compró la primera pulidora.

El local de la calle San Bartolomé se quedó pequeño y en 1969 se compraron los terrenos de la actual fábrica, situada en el kilometro 31,100 de la carretera Palma-Alcúdia, en el término municipal de Inca. Margarita Valcaneras fue entonces cuando se incorporó plenamente a la empresa familiar.

La crisis del petróleo de 1973 provocó impagos y numerosas devoluciones, pero Mármoles Valcaneras aguantó y consiguió salir adelante. Las crisis generan siempre nuevas oportunidades. Los diferentes gestores de la empresa así lo han entendido siempre y, aunque no sin dificultades, Mármoles Valcaneras siempre ha salido reforzado de los momentos más complicados.

La recesión de 1992 provocó que la empresa apostara con éxito por la incorporación del mármol y el granito. La decisión, a la larga, posibilitó que la empresa pudiera trabajar en la construcción de grandes bloques de pisos y hoteles.

Los primeros años de los 90 sirvieron para que la tercera generación se incorporara de forma paulatina a la empresa. Los roles están perfectamente delimitados y Cati Pol es la responsable de mediciones y proyectos de obra; Juan Antonio se encarga de los trabajos de taller y del personal, mientas que María Margarita se ocupa de la administración, la contabilidad y la facturació.

La empresa no ha dejado de crecer en los últimos años y hoy cuenta con 18 trabajadores. No son pocos los empleados que acumulan años de antiguedad e incluso los hay hijos de antiguos trabajadores.

Mármoles Valcaneras es una empresa consolidada que, sin olvidar su carácter familiar, apuesta por la innovación con la incorporación de nuevos materiales y la compra de maquinaria de última generación. En los últimos años ha sumado a su catálogo las denominadas piedras tecnológicas -engineered stone-. Porcelánicos, cuarzos y todo tipo de materiales que no se obtienen de forma natural forman parte de la oferta de la empresa.

Las encimeras de inducción son el material más moderno, el último avance tecnológico. Las placas de inducción no se ven, puesto que solo queda a la vista la encimera. Son de un material que permite el paso del calor de las placas de inducción situadas bajo la encimera. De esta manera, se consigue convertir todo el bando de cocina en un espacio único para la preparación, cocción y emplatado.

La procedencia de los materiales es diversa, si bien abundan las compras realizadas en España, Italia y Grecia.

En 2013, la empresa dio un paso adelante y aceptó realizar un proyecto hotelero en el Caribe. Las reformas y modernizaciones de los establecimientos hoteleros han acaparado en los últimos años la atención de la empresa, que responde con prontitud a la constante premura de los empresarios. Continuar trabajando en el extranjero no es una obsesión, aunque no está descartado. De hecho, cuentan con posibilidades de iniciar en los próximos meses un importante trabajo de la mano de una cadena mallorquina.

No descuidar al cliente medio o pequeño forma parte de la idiosincrasia de la empresa, que ha hecho de la seriedad, el rigor y el trabajo bien hecho una de sus señas de identidad.

MAQUINARIA. La innovación forma parte de la idiosincrasia de Mármoles Valcaneras, que en 2016 adquirió una cortadora puente con control numérico de cinco ejes interpolados. Permite el corte optimizado de polígonos y formas complejas de mármol, granito, piedra tecnológica... Garantiza el mínimo desecho de material mediante el uso de un disco diamantado y una cabeza de cote con chorro de agua.

Un año después, en 2017, adquirieron un centro de trabajo de alta velocidad y con amplias geometrías de trabajo para conformar, contornear, fresar, biselar, amolar, achaflanar, perforar o grabar manufacturas de material con un programa definido, sin la intervencón del operador.

El perfil de cliente ha variado en los últimos años y las tradicionales reformas de baños y cocinas han dejado paso a la remodelación y construcción de hoteles y grandes fincas de viviendas. Mármoles Valcaneras, en todo caso, nunca ha abandonado a los pequeños clientes. De hecho, en la Gran Vía de Inca se encuentra ubicada la primera tienda de mármol abierta en Mallorca. Fue en 1995 con el claro objetivo de estar cerca del cliente. “Al fin y al cabo, el cliente es el eje principal de todo lo que hacemos”, sentencian los Valcaneras.
De cara al futuro, la ambición es clara: que esta tercera generación de Valcaneras siga apostando por lo que ha funcionado siempre: la calidad y la fidelidad para con el cliente, con perspectivas de mejora. Y seguir comprometidos con Inca y el deporte, ejerciendo en la actualidad de patrocinador de todas las categorías del Bàsquet Inca.