La doctora Laura Fernández, que hace casi diez años abrió su propia clínica de medicina estética. | DANIEL ESPINOSA

Laura Fernández acabó su máster en Medicina Estética y empezó a trabajar en un centro de Eivissa. En 2009 recibió la llamada de un doctor que le preguntó si estaba interesada en quedarse con el traspaso de su clínica, lo que la animó a lanzarse a abrir su negocio propio: “Esa propuesta fue el empuje hacia algo que me planteaba desde hacía tiempo y que en mi entorno de amigos también me venían diciendo. Así que hablé con la clínica donde trabajaba y empecé a mover los papeles para poner en marcha un proyecto que empezó a funcionar muy poco tiempo después”.

Y así fue cómo nació hace nueve años la Clínica de Medicina Estética Laura Fernández. Inicialmente, la doctora Fernández contrató a tres empleados y en la actualidad cuenta con un equipo de siete personas, aunque tiene previsto nuevas incorporaciones. “Mi clínica es una empresa pequeña en la que hemos crecido poco a poco, estudiando las necesidades de nuestros pacientes y velando por contar con un personal estable y en formación continua”, precisa.

Desde el momento que abrió su clínica, Fernández siempre ha tenido claro que tenían que tratar a sus pacientes como le gustarían que la trataran a ella: “Escuchándole, entendiendo sus necesidades, haciendo siempre un diagnóstico certero y personalizado y tratándole en conjunto para conseguir un resultado natural y satisfactorio”. De hecho, asegura que las premisas que la mueven a ella y a todo su equipo son la “buena praxis médica, la honestidad, la discreción y no olvidar nunca que la medicina estética va mucho más allá de la belleza y que debe ir siempre de la mano de la salud y el cuidado de la piel”.

Uno de los principales mitos que existe sobre la medicina estética es el elevado precio de sus tratamientos, algo que desmiente Laura Fernández. “Es asequible a todos los bolsillos porque existe una gran variedad de tratamientos que podemos adaptar a la situación económica de cada paciente. Por ejemplo, la presoterapia, que mejora la circulación y la salud de nuestros pacientes y es muy agradable, prácticamente como un masaje, y tiene un precio muy asequible”. Además, financian tratamientos más largos o costosos, por lo que “el precio no es un hándicap”.

TECNOLOGÍA. La clínica Laura Fernández ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos de su sector en los últimos diez años invirtiendo en ellos ya que “es la única forma de estar a la vanguardia y tener los tratamientos que reclaman tus pacientes”. Desde sus inicios, Laura Fernández ha contado con aparatología de “última generación, pero sí que hemos ido incorporando tecnología nueva según se iban introduciendo nuevas técnicas en el mercado y, en la actualidad, estamos al nivel de las principales clínicas nacionales”. En este sentido, señala que la formación “es esencial” para adaptarse a las nuevas técnicas.

Fernández también destaca la importancia de contar con un espacio web actualizado, que permita a los usuarios que encuentren la clínica y conozcan los servicios que prestan, así como la importancia de tener las redes sociales al día. “Es también esencial hoy en día”, precisa, ya que se trata de un nuevo canal de difusión que “marca las tendencias y acerca nuestro trabajo al consumidor final”.

Su sector, según reconoce, ha evolucionado “muy rápidamente” en los últimos diez años, lo que obliga “a estar al tanto de los nuevos avances, formándote e intentando diferenciarte, precisamente, con tu formación, rigor y excelencia”.

TENDENCIAS. En esta última década, además, asume que ha aumentado la competencia en Eivissa, pero “en lugar de preocuparnos, esto nos tiene que motivar para intentar dar el mejor servicio y ser los mejores del sector”. A ello hay que sumar también el cambio en los gustos de los potenciales usuarios, que ahora se inclinan más por la naturalidad. “Nuestros pacientes buscan hoy en día mejorar su aspecto físico de una forma natural, que se note frescura y mejoría, pero sin que se sepa que tienen retoques. Al final es lo idóneo en nuestro sector: mantener la belleza natural de las personas y no hacer cambios radicales”. Para ello, según incide, es indispensable la formación continua para conocer “los últimos tratamientos que satisfagan sus necesidades”.

En estos últimos años, el perfil de cliente ha cambiado ya que, por ejemplo, la media de edad ha bajado. “Esto se debe a que se empieza a dar mucha importancia a la prevención; también ha aumentado el número de hombres que se hacen estos tratamientos”, explica.

En la actualidad, los clientes o pacientes se inclinan más por eliminar las pequeñas arrugas incipientes “antes de que aparezcan, así como a someterse a tratamientos de adelgazamiento poco invasivos y muy efectivos o bien seguir una dieta con una nutricionista para evitar efectos ‘yoyó’ y aprender a comer de manera sana, equilibrada y feliz”. Fernández está muy contenta con la trayectoria de su negocio. “En estos años he conseguido trasladarme a una clínica más grande, ubicada en el paseo Juan Carlos I de Eivissa y he incorporado muchos tratamientos y nueva tecnología. En estos años también tuve un embarazo y un parto muy duros que hicieron que se ralentizara un poco la progresión de la clínica, pero con todo ello estoy muy contenta con la trayectoria y la fidelidad de mis pacientes”.

Precisamente, la gratitud de sus pacientes es lo que más le llena: “Las sonrisas de agradecimiento de mis pacientes y sentir que son más felices. Al final, la vocación de todo médico es esa: mejorar las vidas de sus pacientes”, añade. En todos estos años de trabajo, además, ha tenido que hacer frente a uno de los principales problemas de su sector: el intrusismo.

“Vivimos en una isla donde cada día alguien te informa de tratamientos que se hacen en lugares no preparados, sin permisos y efectuados por personas no cualificadas que han venido unos días a ‘pinchar’ en un salón de belleza, por ejemplo. Se trata de hechos que ponen en riesgo la salud de las personas y el buen nombre de los médicos que trabajamos en Eivissa”, explica la doctora. Por ello, recomienda que quien quiera hacerse un tratamiento estético siempre tiene que acudir a centros que estén homologados, “pedir el número de colegiado del médico que le atenderá y asegurarse de que los tratamientos y productos que usarán son seguros. La belleza es algo mucho más serio de lo que muchos piensan y lo barato no solo sale caro sino que puede poner en riesgo nuestras vidas”.

PLANES DE FUTURO. Entre sus planes de futuro se encuentran ampliar la cartera de servicios con la incorporación de más profesionales y estudiar la expansión de su marca al resto del país. “En algún momento espero expandir mi marca y crecer fuera de la isla de Eivissa, pero entre mis planes no está crecer dentro de Balears sino crecer hacia la Península. Eso sí, son proyectos que debo madurar; alguna oferta tengo y esto es lo que estoy valorando y estudiando”, concluye la doctora Laura Fernández.