Los factores que habían desestabilizado las bolsas en 2018 no han acabado en 2019 (bancos centrales, Trump o brexit). Podía parecer que volvería a ser un mal año. Sin embargo está ocurriendo lo contrario y la ley del sentimiento contrario ha vuelto a funcionar. Para confirmar si seguirá siendo así y no se trata de un espejismo, o “rebote del gato muerto” como se dice en el argot, es importante que los principales índices confirmen soportes claves y vayan perforando resistencias.

La semana pasada en esta misma sección se analizó con más detalle el IBEX 35 y poco ha cambiado: aunque el titular fue “Los 9.000 se resisten al IBEX” se dejó claro que “el verdadero objetivo deberían ser los 9.200” y se explicaba el porqué de su gran referencia técnica: mínimo de 2010, 2011, 2015 y 2017; punto de despegue en 2013; clave en 2018 y un nivel de Fibonacci importante en la caída vivida entre 2015 y 2016. Tras el anuncio de Pedro Sánchez logró romper los 9.000, pero estos días está intentando perforar y consolidar el gran nivel de los 9.200. En caso de hacerlo, y con permiso de los 9.600, el siguiente objetivo está en 9.800-10.000. Sin embargo, en caso de no hacerlo, los 8.850 y sobre todo los 8.600 deberían servir de soporte ante nuevos intentos.

El EuroStoxx, que ha conseguido perforar con facilidad los importantes 3.100- 3.120 (nivel que sería su primer soporte, junto a 3.030), se enfrenta a un rango complicado en el que se le escalan resistencias: 3.200, 3.300 y 3.400. La parte positiva es que, en caso de no poder con alguna de ellas, los soportes estarán cercanos. El DAX alemán, tras romper con fuerza los 11.000, puede haber encontrado un pequeño escollo en 11.300. Sin embargo, el rango 11.600-11.900 sería clave para ver si puede volver a atacar máximos. Por el contrario, los niveles mencionados, y en el peor de los casos los 10.350, suponen los soportes donde aferrarse.