No descubro nada si me refiero al nuevo turismo como de viajeros que buscan más la experiencia que el simple viaje o solo descansar. El turismo ha convertido a los viejos turistas en los nuevos viajeros.

Una cosa está clara y es que el cambio vendrá de la mano de aspectos novedosos que no podemos ignorar.

Tal vez el primero y más importante va a ser el tecnológico, de ahí que los nuevos viajeros ya son muy exigentes, sobre todo los más jóvenes, en las cuestiones tecnológicas de su experiencia: procesos sencillos, rápidos, interconectados, etc. La sensación de tenerlo todo bajo el control de su smartphone se ha impuesto en cuestiones como reservas de vuelos, alojamiento, restauración, eventos, etc.

Una aparente deshumanización que afortunadamente va a ir en sentido contrario. Cada vez más la interacción con “personas” -los empleados turísticos- estimo que va a ser más importante. Cuando el sol y playa no baste, la prestación de un cuidado servicio será lo que marque la diferencia.

Hace un par de semanas leía un artículo en KPMG Tendencias de Luis Buzzi y, además de inspirar este artículo, me gustaría destacar dos ejemplos que citaba en relación a ese modelo turístico que ya está llegando. En primer lugar, y con el que tal vez la oferta “oficial” no estará muy de acuerdo porque ya imagina que puede acabar en abusos, es el de añadir opciones de restauración en casas particulares en las que se produzca una inmersión cultural con los propietarios.

Es cierto y muchos ya dirán caramba… el AirBnB de la restauración. No van por ahí los tiros o al menos no veo ahí el enfoque que se le tendría que dar a un destino turístico. Si comer de forma diferente o especial durante las vacaciones no se convierte en una nueva experiencia, no sé… casi nos quedamos en casa, ¿no?

Otra de las propuestas de Buzzi y que también me pareció muy interesante, aplicable directamente a nuestras islas, consistía en salir a pescar con pescadores locales y vivir una jornada de trabajo con ellos. Algo parecido también se puede hacer, y creo que ya existen algunas propuestas, con el campo. No me parece una mala opción, especialmente fuera de temporada, eso de pasar una jornada trabajando el campo o cuidando animales.
Son dos propuestas, pero seguro que hay infinitas si le damos alguna vuelta.