La cultura ‘veggie’ ha venido para quedarse.

Tengo que confesar una cosa… tengo una hermana vegana. Es broma lo de 'confesar', pero no el respeto de mi hermana con los animales. La realidad es que empezó como vegetariana hace más de veinte años y hace también muchos que es vegana. Es más, incluso emprendió, siguiendo esa forma de vida, y montó una pastelería industrial vegana. No todas las historias empresariales acaban bien y esta no acabó bien. Es posible que parte de la culpa del fracaso empresarial, si se puede llamar así –ya se sabe que 'unas veces se gana… y otras se aprende'– fue que la sociedad no estaba todavía preparada para este tipo de negocios. En emprendimiento tan malo es quedarse atrás como emprender demasiado rápido.

Hoy en día, lo cierto es que casi cuatro millones de españoles, sensibilizados con el tema, prefieren reducir –o directamente eliminar– el consumo de productos de origen animal.

Se podría pensar que es una moda pasajera o la última ocurrencia de internet, pero está claro que es un silencioso movimiento –a veces de manera más militante y ruidosa– que se está imponiendo en una parte muy importante de nuestra sociedad. Es algo en lo que no somos ni mucho menos pioneros porque vamos a la cola de Europa en cuanto a cultura vegana se refiere.

La 'Veggie Revolution' está calando fuerte y desde pequeñas startups –como la que montó mi hermana– hasta las grandes compañías, especialmente relacionadas con la alimentación (pizzerías, cadenas de comida rápida, supermercados, restaurantes, etc.), han detectado la importancia de este nuevo mercado y se están posicionando.

En Baleares vivimos directa o indirectamente del turismo y trabajar en el sector turístico significa trabajar con personas, muchas de ellas son, o van a comenzar a ser, vegetarianas, veganas o, al menos, van a estar más sensibilizadas con la cultura del respeto a los animales. No sé si esto es una amenaza o una oportunidad para el sector o si este artículo llega muy pronto o muy tarde, pero lo cierto es que la cultura ‘veggie’ ha venido para quedarse.

Estoy convencido de que tarde o temprano, responsables de las cadenas hoteleras, propietario de restaurantes, empresarios de negocios turísticos, etc., empezarán a interesarse por lo que estoy contando.