José Juan Brotons explica que BBVA ofrece una herramienta para calcular la huella de carbono.

José Juan Brotons, experto en sostenibilidad de BBVA, está convencido de las oportunidades que ofrece la sostenibilidad a las empresas.

“Muchos empresarios son escépticos sobre el camino de la transición productiva a la sostenibilidad, pero es rentable, sí lo es, porque permite a la vez que reducimos las emisiones de CO2 a la atmósfera, disminuir también los costes. La energía es uno de los principales costes de producción, así que cualquier medida de aislamiento de espacios o la instalación de fuentes de energía renovables produce una reducción considerable del gasto energético”, señala.

En este sentido, Brotons recuerda que la situación actual presenta una “clara oportunidad” para diseñar un “nuevo futuro”. “El ámbito normativo y regulatorio propicia este cambio, ya que las empresas pueden ser candidatas a los fondos europeos para la reconstrucción. Un 37% de los fondos irá destinado a proyectos sostenibles, mientras que un 20% se dedicará a impulsar la digitalización”, detalla.

“La dureza de la pandemia que estamos viviendo está dañando fuertemente a las empresas. En este contexto, entiendo que los empresarios sean escépticos a incorporar criterios de sostenibilidad si implican incrementos de costes. Sin embargo, vale la pena hacerlo, como he comentado, por tres factores: en primer lugar, porque se pueden aprovechar de los fondos Next Generation. En segundo término, por rentabilidad. La sostenibilidad es rentable porque reduce los costes propios de producción. Y en tercer lugar, por la diferenciación. Cada vez más empresas incorporan la diferenciación mediante la apuesta en sostenibilidad. Aquí se abre una oportunidad para reconstruir el futuro de una economía, la balear, que ha quedado muy tocada. Desde BBVA queremos ayudar a los clientes a incorporar este cambio, ayudarles en la salud financiera y en la transformación para así corregir los déficits estructurales”, menciona Brotons.

Para ello, BBVA ha impulsado dos iniciativas. Por una parte, a través de la transformación digital. En este sentido, el banco utiliza las tecnologías de big data y analítica de datos para el asesoramiento y las soluciones personalizadas. “Calculamos la huella de carbono de las empresas de forma gratuita. En Balears, más de 2.200 empresas pueden disponer de este dato a través de nuestro agregador financiero”, explica José Juan Brotons.

Por otra parte, dado que el consumo energético es uno de los gastos energéticos más importantes, BBVA ha llegado a un acuerdo con la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos para que puedan asesorar a las empresas que sean clientes empresariales de los sectores cárnico y hortofructícola. En los casos reales que ya hemos realizado, el ahorro se sitúa entre el 10% y el 45% del gasto energético de la empresa”, añade.

PRIORIDAD ESTRATÉGICA. La sostenibilidad es una prioridad estratégica para BBVA. “La sostenibilidad está en nuestra línea de negocio, a través de tres ámbitos de actuación. El primero es la financiación de proyectos que contribuyan al cambio sostenible, a la que hemos destinado una partida de 100.000 millones de euros entre 2018 y 2025. De ellos, algunos proyectos se han dado en Balears ya que hemos coordinado la financiación bancaria sostenible de los grupos turísticos Piñero y Meliá. La segunda línea es la gestión de los riesgos ambientales y sociales relacionados con la actividad del banco, y puedo decir que ya hemos conseguido ser neutros en emisiones en 2020. Y el tercer pilar trata de involucrar a todos los grupos de interés para promover de forma colectiva una mayor contribución de la industria financiera al desarrollo sostenible", señala.

En este sentido, hay que apuntar que el mundo está en una constante transformación que se ha acelerado con la pandemia, indica el experto, y que, en un futuro no muy lejano, la sostenibilidad será una exigencia del cliente general. Una demanda que José Juan Brotons considera que hay que ver en positivo.

“Los proyectos verdes son una oportunidad para las empresas, para hacer que los grupos sean más competitivos y resilientes. Además, muchas grandes cadenas piden ya a sus proveedores incorporar estas estrategias, y los clientes son más proclives a conocer el impacto medioambiental de los bienes y servicios que consumen”, observa finalmente Brotons.