El Consell d’Eivissa ha analizado este pasado verano en qué situación se encuentra el taxi legal y el predominio o no del sector ilegal. Una de las principales conclusiones extraídas de este estudio es que el 11% de los usuarios del transporte en Eivissa se ha decantado por vehículos sin licencia. Por nacionalidades, el 71% de los usuarios del transporte ilegal son italianos, ingleses y franceses y el 63% ya había estado antes en Eivissa. Mayoritariamente (81%) viajan en grupos, son viajeros con menos presupuesto y se quedan una media de siete días. Principalmente, estos servicios sin licencia se suelen demandar más en horario de tarde, en concreto de 14.00 horas a 20.00 horas, con la intención de desplazarse desde o hacia el aeropuerto o bien establecimientos privados de ocio. Otro dato a tener en cuenta es que suelen contratar los servicios ilegales de transporte antes de llegar, a través de una App. «Un 11% de usuarios de transporte ilegal seguramente sea más que en otros sitios; no disponemos de datos anteriores porque antes nunca se había analizado el sector del taxi legal e ilegal», explica Javier Torres, vicepresidente segundo del Consell d’Eivissa y responsable de Transportes, quien afirma que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado les han transmitido que este año ha habido presencia de transporte ilegal, pero no tanto como en años de prepandemia y esto se debe al ‘cerco’ que se está haciendo a quienes ejercen la actividad ilegal.

«Las medidas contra el intrusismo crean un efecto disuasorio y, de hecho, a nosotros se nos han venido a quejar conductores y propietarios de empresas VTC deslocalizadas, que al final abusan del sistema, a decirnos que por qué estábamos apretando tanto en esta línea de pelear contra ellos. Y lo hacemos porque están en la isla más del tiempo permitido por ley, que son 18 días cada tres meses cuando hay quienes ni siquiera se marchan en todo el año de la isla», precisa Torres, quien precisa que una de las medidas más efectivas para combatir las VTC deslocalizadas es pedir las tarjetas de embarque a las navieras para comprobar el día de entrada y salida. Con esta táctica comprobaron que había quienes falseaban las tarjetas para justificar que sí que salían de Eivissa cuando no era real, hechos que han puesto en conocimiento de Fiscalía por falsedad documental. «Fiscalía entendió que sí que podía haber delito y ya es una vía más para combatir el intrusismo, además de la pura sanción de Transporte. Estamos constantemente explorando fórmulas para combatir el transporte ilegal», añade Torres. Además de controlar las VTC deslocalizadas, también combaten el taxi ilegal doblando el personal que tienen en Inspección, departamento que suma tres nuevos agentes de Transporte a los tres inspectores que ya tenían. Además, han estrechado la colaboración con policías locales, Guardia Civil y Policía Nacional para los operativos conjuntos. «También hemos hecho formaciones en materia de Inspección y hemos conseguido que gracias a estas formaciones se creen unidades específicas de intrusismo en transporte. Vamos a atajar el sector ilegal con todos nuestros medios. Queremos un transporte cien por cien legal en Eivissa», precisa.

TAXI LEGAL. En cuanto al sector legal, el estudio determina que hay una necesidad de taxi por la noche, cuando despunta la demanda sobre la oferta. Los turistas están satisfechos con el transporte legal, si bien se debe mejorar la amabilidad y profesionalidad de los conductores, así como la información prestada al cliente. Un dato a tener en cuenta es que esta pasada temporada se habrían necesitado al menos 45 licencias de taxi más. «Los ayuntamientos sacaron el mismo número de licencias que en 2019, pero finalmente se pusieron en marcha poco más del 50% porque no se sabía cómo iba a ser la temporada. Se ha constatado que habrían hecho falta 45 licencias más como mínimo para no tener que hacer esperar tanto tiempo a la gente. Por desgracia, se ha dado muy mala imagen en este sentido a pesar de que desde el Consell ya lo avisamos después de Fitur, de que en junio harían falta taxis y se llegó tarde porque se pusieron en marcha a mitad de julio». Torres defiende que el taxi debe encaminarse hacia un orden o control insular porque si bien las licencias las conceden los ayuntamientos, los profesionales del sector se mueven más allá de su municipio correspondiente. El tener una perspectiva insular puede ayudar, por ejemplo, a conocer cuántas licencias nuevas o estacionales se necesitan realmente en cada municipio.