Cerca de 200 personas se dieron cita para presenciar una jornada de gran interés. | Jaume Morey

El sector inmobiliario en Mallorca vive un buen momento, aunque es necesario buscar soluciones que permitan poner a disposición viviendas asequibles. La demanda del sector es unánime y se centra en dos peticiones a las administraciones: que pongan a disposición suelo para poder construir vivienda para la clase media, y que permitan una mayor flexibilidad que se adecúe a las nuevas tipologías de demanda. El Mallorca Real Estate Summit se celebró el miércoles día 25 en el Castillo Hotel Son Vida de Palma. El acto, organizado por Borbalán y El Económico, contó con el patrocinio de KPMG, CaixaBank, ABINI, Grupo Ferrá, Terraza Balear, Domus Vivendi, Construye Capital, Mar Capital, Almacenes Femenías, Audi Center Palma y Mallorca Design District. De esta forma, quedó patente que la isla vive un buen momento para el sector de la construcción y los servicios asociados a ella, pero que los precios son inasumibles para los residentes ante la escasez de suelo.

Francisco Albertí, responsable de KPMG en Balears y socio de Corporate Finance de Transacciones Hoteleras de España, fue el encargado de inaugurar el acto con una ponencia que retrató con una exposición de datos y hechos la situación del mercado inmobiliario de Mallorca, la alta demanda por parte de extranjeros y los debates existentes sobre límites al crecimiento turístico e inmobiliario. «El sector goza de buena salud y hay que trabajar para que no muera de éxito», destacó.

El arquitecto Carlos Lamela, cofundador y presidente ejecutivo de Estudio Lamela, fue entrevistado por Paula Serra, editora de El Económico y presentadora del acto. Lamela repasó la trayectoria profesional de su padre por Mallorca, muy unido a la isla, y ofreció medidas concretas para poder ofrecer vivienda asequible y proteger el territorio: aplicar sensatez y sentido común, respetando el entorno y el clima; nuevas fórmulas más flexibles de vivienda, ya que consideró que a propiedad es «antinatural»; más alturas y homogeneizar las existentes para poder evitar crecer en extensión; habilitar suelo para poder hacer vivienda que se pueda asumir con un determinado porcentaje del sueldo; no hablar de arquitectura sostenible, sino arquitectura admisible; y consiseró que es «lógico» poner límites al crecimiento. El Estudio Lamela es el encargado de la remodelación del hotel Formentor, que el arquitecto considera que será «muy respetuoso y mantendrá la esencia» del edificio pero que «a nivel constructivo se había quedado muy obsoleto».

La primera mesa redonda de la jornada dejó claro que todo el mundo quiere vivir en Mallorca. La pandemia y la posibilidad de teletrabajar han provocado que en los últimos meses la isla haya pasado de ser la segunda residencia de un gran número de europeos a ser su domicilio principal. Mallorca se ha convertido en un referente europeo en vivienda de alto standing, suscribieron Luis Martín, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Balears (Proiba); Antoni Gurrera, CEO de Grupo Ferrá; Vicente Tomás, arquitecto de SCT Estudio de Arquitectura, y Carlos Bardavío, socio responsable del área de Derecho Inmobiliario en KPMG Abogados. Los participantes pusieron de manifiesto que la alta demanda de vivienda de calidad -prefieren no hablar de lujo- choca con la falta de vivienda asequible, que viene causada por la falta de suelo barato. Por ello, pidieron soluciones a las administraciones y consideraron que debe haber más flexibilidad en las leyes para permitir nuevas modalidades de vivienda, como el build to rent, vivienda destinada al alquiler de larga estancia, o el coliving, es decir, viviendas con espacios compartidos.

Este mismo diagnóstico se ratificó en la segunda mesa redonda, en la que participaron Omar García, director del Centro de Empresas de Negocio Inmobiliario de CaixaBank; Alejandra Marqués, directora legal de KPMG en Balears; Hans Lenz, presidente de la Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (ABINI), y el conseller de Mobilitat i Habitatge, Josep Marí. Se puso de manifiesto que la vivienda seguirá aumentando de precio porque no hay oferta suficiente. Marí reconoció que hay carencia de vivienda de precio medio pero dejó claro que Balears no puede crecer hasta el infinito. Sí se mostró a favor de aumentar las densidades en algunas zonas, aunque no depende de su Conselleria sino de los ayuntamientos.

La presencia de una importante colonia de segundos residentes en Mallorca ha favorecido un floreciente negocio de servicios complementarios vinculado a estas segundas residencias, desde el interiorismo a la jardinería, el mantenimiento o la limpieza. Jesús Cuartero, presidente de Essentially Mallorca; Mariana Muñoz, propietaria de Terraza Balear; Francisco Vila, CEO del Grupo Arabella, y Mariana Chacón, miembro de la asociación Mallorca Design District, destacaron el valor añadido de quien pasa de turista a convertirse en residente. Valoraron que Mallorca está asociada a la calidad. Por ello, consideraron que para poder mantener esta buena reputación hay que agilizar los trámites burocráticos y se debe cuidar la formación del personal, ser más creativos, vigilar la seguridad física y la limpieza de las ciudades, a la vez que sofisticar las experiencias que se ofrecen.

Palma es el epicentro de la demanda de vivienda y todos los constructores y promotores depositan las esperanzas de un crecimiento que permita hacer vivienda asequible en el nuevo Pla General d’Ordenació Urbana (PGOU). Partiparon como ponentes Antonio Mérida, director general de Mar Capital; Joan Cerdá, presidente de la demarcación de Mallorca del Col·legi d’Arquitectes; Guillermo Reynés, director de Reynés Arquitectos, y José Hila, alcalde de Palma. Todos, incluso el alcalde, coincidieron en varias cuestiones: es imprescindible aprobar un nuevo Plan General de la ciudad, aunque sea para introducir nuevas modificaciones, y hay demasiada burocracia, también para las mismas administraciones. El alcalde Palma reconoció que la vivienda es un problema «sistémico» porque «siempre ha sido cara en Palma». Los empresarios pidieron apostar por un crecimiento en vertical, incrementar la densidad para poder hacer viviendas más pequeñas y que los privados también construyan vivienda pública.
Tras la finalización del acto, se sirvió un finger food para todos los invitados.