Es la pregunta del millón, nos la hicieron la semana pasada en el Consultorio de Bolsa y Mercados, pero se hace continuamente en las reuniones con inversores: ¿hasta cuándo bajará la bolsa? o lo que es lo mismo: ¿cuándo volverá a subir?

Siendo imposible contestar con certeza, sí se pueden hacer valoraciones de la situación actual pare intentar delimitar posibilidades.

A continuación se va a intentar enumerar algunas variables de los factores que están afectando porque, a pesar de lo que parezca, la situación para los mercados no es tan mala.

Está claro que la alta inflación y las consecuentes subidas de tipos de interés son muy importantes, en qué punto nos encontramos siendo el petróleo el principal causante de esta subida de precios.

Aquí viene la primera «buena noticia»: el crudo parece haber tocado techo, algo lógico teniendo en cuenta que Rusia sigue exportando y que otros países lo están empezando a hacer (véase Venezuela). Además, la demanda está parando fruto de una ralentización económica mundial. Si a eso le añadimos las mencionadas subidas de tipos, parece difícil ver una inflación disparada mucho más tiempo.

Llevando este dato macro a la bolsa, no debería afectar en absoluto a empresas con poder de fijación de precios ni a las que estén poco endeudadas.

Tampoco, estas primeras subidas de tipos, deberían ser motivantes para que los inversores movieran carteras hacia la renta fija, todavía castigada, desde la renta variable; de hecho, históricamente, las primeras subidas de intereses han sido buenas para las bolsas.

La posible recesión y segura ralentización económica va muy ligada a la anterior, ya se ha mencionado que es positivo cara a no ver inflación ni subida de tipos de forma duradera (de hecho, las curvas de tipos descuentan bajadas a medio-largo plazo). Otro factor «positivo» de esta paralización es que los famosos «cuellos de botella», especialmente en microchips, se ensancharían al reducirse la demanda. Pero el factor más importante es que no hay correlación alguna a corto plazo entre crecimientos económicos y rentabilidad de la bolsa.

El tercer factor debería ser la invasión de Rusia a Ucrania, pero parece que el mercado ha descontado ya lo peor: puede ser una guerra de varios años. En ese sentido, tanto los precios de las materias primas como la propia incertidumbre se están relajando y parecen totalmente descontadas.
El cuarto factor es el más importante: los resultados empresariales. Nunca hay que olvidar que al invertir en bolsa no invertimos en macroeconomía, sino que lo hacemos en empresas. Los resultados del primer trimestre, a pesar de todo, fueron espectaculares y los del segundo se presentarán sobre expectativas más bajas con lo que podría volver a haber sorpresas. A eso hay que unir que los ratios a los que cotizan las bolsas, por la subida de beneficios y por la caída de precios, vuelven a ser muy atractivos.

Por último, hay dos factores más que son fundamentales: hay que vigilar los soportes claves y hay que seguir indicadores de sentimiento; en este sentido, todos marcan un miedo casi histórico y casi siempre que ha ocurrido esto las bolsas han subido con fuerza los meses siguientes.