Uno de los grades atractivos de Mallorca es el sol y la playa. En los días más nublados las aglomeraciones en la playa son escasas.

La temporada se ha iniciado de la mejor manera. El turismo se ha convertido de nuevo en la palanca de la economía balear, en la tecla que impulsa el bienestar y la riqueza. La actividad ha recuperado la normalidad y supera con creces los números de los dos años anteriores, cuando la pandemia marcó la temporada. En el horizonte se vislumbra la masificación, la posibilidad de morir de éxito como el gran peligro, aunque hay también otros nubarrones. Convertir las Islas en un destino sostenible es el gran reto. Balears debe apostar, como así ha manifestado en diferentes oportunidades Iago Negueruela, conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, por un turismo regenerativo, que no solo trabaje por la protección del medio ambiente, sino que contribuya a su mejora. La temporada alta acaba de iniciarse y la masificación se ha convertido ya en habitual en numerosos lugares. La principal diana de las quejas es el tráfico, con atascos y dificultades para encontrar aparcamiento. Asimismo, la afluencia de gente a los enclaves turísticos, así como a actos festivos y culturales, es mayor este año tras dos veranos anormales. Además, la inflación, el colapso aéreo en diferentes aeropuertos y de diferentes compañías de transporte, las elevadas emisiones de CO2 de los aviones, la falta de trabajadores, los salarios bajos, las dificultades para encontrar vivienda... son algunas de las dificultades que las Islas deben superar.

Los hoteleros, en general, están satisfechos del devenir de la temporada, aunque son conscientes de que la rentabilidad ha experimentado un severo decrecimiento. La alta inflación, que ha provocado un contundente incremento de los precios de las materias primas con un aumento considerable del coste de las provisiones, es el gran handicap de un inicio de temporada esperanzador. Los precios, en muchos casos, ya estaban fijados pero son buenos, aunque no contemplan el sustancial incremento de los últimos meses. En todo caso, las ventas directas, cada vez más numerosas, sí que reflejan en mayor medida el coste de la inflación. La realidad, en todo caso, es que son muchos los hoteleros que tienen como primer objetivo recuperar la normalidad y llenar sus establecimientos. Consideran que la rentabilidad, que evidentemente es importante, llegará por sí sola de forma paulatina.

Balears es de nuevo el destino preferido de miles de alemanes, británicos, franceses… y españoles. De hecho, España fue el mercado emisor de mayor relieve durante los años precedentes y conserva intacta su relevancia. La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca situó la ocupación durante el pasado mes de junio en una horquilla que va entre el 85% y el 90%, similar al 88% registrado en 2019 y muy superior a la de 2021. Dos años después, la totalidad de la planta hotelera se encuentra abierta y las estadísticas oficiales del Institut Balear d’Estadística (Ibestat) apuntan a que el número de turistas fue muy similar durante el pasado mes de mayo -de junio todavía no hay datos oficiales- al registrado en 2019 y muy superior al del año anterior. En este sentido, llegaron a Balears durante el pasado mayo mayo un total de 1.888.786 turistas, un 0,25% menos que en 2019. De enero a junio, el retroceso en el número de turistas arribados a las Islas es del 6,75%.

El análisis del número de turistas por islas sitúa el descenso en Mallorca. De hecho, arribaron a la mayor de las Balears 1.331.306 turistas, que son 53.357 visitantes menos que en 2019, con un retroceso porcentual del 3,85%. En cambio, aumentaron los turistas llegados a Menorca y las Pitiüses en mayo con respecto al mismo periodo de 2019. En Menorca, el incremento fue del 28,71%, mientras que en las Pitiüses se quedaba en el 2,61%. En el acumulado de los cinco primeros meses del año, el retroceso en Mallorca es del 10,35%. En Menorca, el incremento de enero a mayo se sitúa en el 21,54%, mientras que en Eivissa y Formentera se queda en el 0,88%.

POR NACIONALIDADES. El turismo español tuvo unos excelentes registros durante el mes de mayo. De hecho, llegaron a Balears un total de 258.227 visitantes procedentes de España, que son 65.819 más que en 2019 con un importante incremento del 34,21%.

En mayo, el mercado más importante fue el alemán, que aportó a Balears 541.691 turistas, que son un 1,03% más que durante el mismo periodo de 2019. El segundo mercado emisor en importancia es el británico, aunque pierde poco menos de un 10% con respecto al mismo periodo de 2019. En mayo, llegaron a las Islas un total de 479.966 turistas procedentes del Reino Unido. Es decir, un 9,36% menos que en 2019. Destaca también el retroceso del turismo procedente de los países nórdicos (-30,82%) y del francés (-10,97%).

En el acumulado de los cinco primeros meses del año, los principales mercados emisores presentan importantes descensos con la excepción del italiano (16,95%) y el francés (8,43%). En cambio, el número de británicos ha bajado un 9,09% y el de alemanes un 8,38%.

Por islas y nacionalidades, respecto a mayo de 2019, en Mallorca destaca el incremento de los turistas españoles, un 23,48% más. Es también muy significativo que llegaran a Mallorca 41.554 británicos menos que en mayo de 2019, lo que supone un descenso del 12,13%. Los turistas alemanes aumentaron un 2,69% respecto a mayo de 2019.

En Menorca, y respecto a mayo de 2019, el número de turistas españoles aumentaron un 49,20%. Son también muy significativos los aumentos del 126,90% de franceses y del 268,31% de italianos. En Menorca, el mercado británico aumentó en mayo un 9,72%, mientras que el incremento del alemán se quedaba en el 2,06%.

En las Pitiüses, destaca que en mayo arribaron un 48,62% más de turistas españoles que en el mismo periodo de 2019. El número de franceses experimentó también un importante crecimiento (23,76%), mientras que el mercado italiano (-14,19%), el británico (-12,35%) y el alemán (-18,23%) retrocedieron.

GASTO TURÍSTICO. El gasto turístico alcanzó el pasado mes de mayo un total de 1.956,96 millones de euros, un 13,93% más que durante el mismo periodo de 2019. Los alemanes fueron los que más gastaron en Balears, un total de 582,64 millones, seguidos de los británicos (496,91 millones). Por islas, como sucede con el número de turistas, fue Menorca la que experimentó un mayor incremento con respecto a mayo de 2019. El gasto turístico se situó en 155,71 millones de euros en mayo de 2022, un 33,77% más que en el mismo periodo de 2019. En las Pitiüses, el aumento del gasto turístico fue del 15,36% y del 11,6% en Mallorca.

En el acumulado del año, el gasto turístico se ha situado en Balears en 4.065,54 millones de euros, un 11,79% más que en los cinco primeros meses de 2019.

Por otro lado, el gasto total por persona se situó en 1.036,1 euros en mayo de 2022, mientras que en el mismo periodo de 2019 fue de 907,04 euros. Además, el gasto por persona y día experimentó también un sustancial aumento al alcanzar los 181,77 euros en mayo de este año cuando tres años atrás era de 162,45 euros.

ESTANCIA MEDIA. Por otro lado, la estancia media se situó durante el pasado mayo en los 5,7 días en Balears. Es un 19,6% menos que un año antes cuando la estancia media fue de 7,1 días. En cambio, es mayor que en el mismo periodo de 2019 cuando fue de 5,6 días. Por islas, Menorca contó en mayo con la mayor estancia media (6 días), mientras que en Mallorca se quedó en 5,8 días. Las estancia media se desplomó en las Pitiüses al situarse en 5,1 días, la cifra más baja de la historia.
Los hábitos de los viajeros están cambiando por diferentes razones y parece claro que la estancia media tiende a reducirse de forma paulatina.

La temporada está entrando en su fase central y todo apunta a que tanto julio como agosto serán excelentes. Es aún complicado augurar si serán tan buenos como los meses de verano de 2019, pero es evidente que serán muy semejantes.

La rentabilidad es uno de los handicaps del verano, aunque los precios son tan buenos como en 2019. La inflación y las buenas ocupaciones han provocado que, al menos por el momento, las ofertas sean prácticamente inexistentes para no mermar aún más la rentabilidad.