La joven empresaria ibicenca posando con algunas de sus referencias.

Melania García Colomar es una ibicenca de 34 años que era bailarina y hace aproximadamente cuatro años decidió cambiar de profesión. «Siempre he tenido problemas de piel sensible y siempre he tenido que buscar productos naturales, que hará como 10 o 15 años costaba más encontrar. Empecé a informarme sobre qué ingredientes podrían irme mejor a mí y empecé a interesarme por el mundo de la cosmética natural. Poco a poco empecé a fabricarme jabón para mí», explica esta joven ibicenca, que empezó a darle vueltas a la idea de formar su propia empresa cuando ya llevaba dos años fabricándose sus propios jabones. En este sentido, recuerda que sus primeros jabones eran muy básicos, con aceite de oliva y avena. Luego, poco a poco, empezó a hacer más variaciones. A medida que iba aprendiendo las combinaciones y formándose para saber más empezó a sentir esa voz interior que le llevó a preguntarse, ¿y por qué no formar una empresa y dar salida a estos productos artesanales? «Empiezo a investigar sobre cómo lo podía hacer y descubro que en Eivissa no hay ningún laboratorio, que tiene que cumplir una serie de normativas para hacer los productos y esto es uno de los requisitos indispensables para poder hacer y comercializar los productos legalmente. Todo este proceso lo lleva la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Tardé unos dos años para conseguir las instalaciones y cumplir todos los requisitos», explica. Además, hizo un curso de técnico en buenas prácticas y un posgrado de cosmética y dermofarmacia. «Después de dos años pude empezar a fabricar productos de manera legal y venderlos», indica. Inicialmente se lanzó al mercado con un amigo bajo la marca Burbujas de Ibiza, que finalmente se disolvió y continuó ella sola el año pasado con un nuevo proyecto: Mel Ibiza. Los primeros productos que lanzó al mercado fueron jabones y, en la actualidad, tiene crema facial, tónico facial, repelente de mosquitos y postpicaduras de mosquitos.

NATURAL Y DE IBIZA. Mel Ibiza es un proyecto de cosmética natural que nace en la mayor de las Pitiüses con la clara intención de ser una empresa sostenible, que use ingredientes de la isla y que «sea cien por cien natural y respetuosa con el medio ambiente». En este sentido, elabora sus productos siempre teniendo en cuenta que pueda conseguir los ingredientes en Eivissa. «Lo primero que hago es ver qué plantas podemos tener aquí porque la idea es que sea sostenible. Por ejemplo, tenemos el vino de Can Rich e investigo sobre el vino y las propiedades de la piel de la uva, que tiene muchos polifenoles, que es un potente antioxidante. Me amoldo a los ingredientes de la isla y, en función de ellos, estudio e investigo los productos que puedo sacar», afirma. En este sentido, emplea el aceite de oliva cien por cien ecológico de la almazara de Joan Benet para la base de los jabones, también utiliza el agua de mar de Eivissa y Formentera Agua de Mar, la sal de Sal Torres, las plantas de Tierra de Ibiza y Sànima y la cera de las abejas de la Asociación de Apicultores de Eivissa. Según explica, los aceites esenciales los consigue en Murcia, «porque para hacerlos en la isla necesitaría muchísimos kilos y un destilador enorme. En cuanto a la caléndula, la macero en lugar de comprar aceite de caléndula prensado».

El trabajo para sacar un producto al mercado es muy laborioso, pues se trata de un proceso largo y completamente artesanal. «Desde que empiezo a pensar el producto, hacer pruebas y sale al mercado, mínimo un año. Llevo desde octubre del año pasado trabajando en unos champús y no creo que los saque hasta la temporada que viene o el invierno, un año por lo menos». Melania afirma que todos los productos los prueba ella antes, además de repartirlos entre familiares y amigos para así comprobar las primeras sensaciones, recibir feedback y hacer cambios. Además de estar trabajando actualmente en una próxima línea de champús, también está haciendo pruebas sobre desodorantes y, cuando estos dos nuevos productos estén encarrilados y listos para ser lanzados al mercado, empezará a trabajar en una espuma de afeitado masculina. En este punto es preciso señalar que Melania dispone de la carta de artesana del Consell d’Eivissa, una garantía de que lo que hace es cien por cien ibicenco y artesanal. Esta joven empresaria, además, quiere agradecer al Consell su apoyo con los productores locales y artesanales de la isla.

Uno de los principales aspectos que implica su profesión es que la formación es continua. «Siempre estoy haciendo cursos, investigando y probando; no puedo hacer productos que se hagan en cosmética tradicional porque hay ingredientes que no se pueden usar», afirma. De hecho, una de las principales complicaciones a la hora de hacer cosmética natural son los olores. «Las fragancias son más difíciles de conseguir que en la cosmética convencional porque todo lo que usas es natural», apunta. Pero una vez el producto llega al mercado y hay un retorno positivo por parte del cliente «es muy gratificante. Sobre todo cuando una persona te comenta que ha probado un montón de cosas y no le funcionan y con tu producto consigues ayudarle, eso es maravilloso. Me gusta ayudar a la gente». Entre sus perfiles de clientes se encuentran personas que, como ella, tienen problemas de piel sensible hasta otras que transitan hacia un modo de vida más natural, sin tantos tóxicos y apostando por el consumo de productos de proximidad. «La gente está cada vez más concienciada; en el mercado hay muchos productos más baratos, pero hay quien prefiere parar, reflexionar y valorar lo que tiene más cerca», apunta.

Mel Ibiza se diferencia de otros productos de cosmética natural en que está completamente elaborado y pensado para ser fabricado en Eivissa ya que dispone del único laboratorio natural de la isla para ello. En este sentido, afirma que en su sector hay mucho intrusismo: «Están hechos de manera que no están regulados o ponen el nombre de ‘Ibiza’ pese a estar hechos con ingredientes de fuera y confunden a los clientes; siempre hago hincapié en que todo lo que vendo, lo fabrico en Eivissa con productos de la isla». «Mel Ibiza es un apoyo a la economía local y a la producción local. Dentro de cada uno de mis productos, hay muchos pequeños productores y empresarios de la isla», apunta esta joven empresaria.

EMPRENDER. Echando la vista atrás, esta joven ibicenca reconoce que ha estado a punto de abandonar su sueño en más de una ocasión por todos los trámites burocráticos que se ha ido encontrando en el camino. «El inicio lo recuerdo como bastante difícil. Cuando se me ocurre la idea no me imagino que sea tan complicado; necesité también ayuda económica. Tuve suerte de que en el momento en que me metí todo esto nadie me dijo de golpe todo lo que iba a necesitar y lo fui descubriendo poco a poco, paso a paso y según iba solventando un trámite descubría el siguiente. Si alguien me llega a decir de golpe todo lo que tenía que hacer, quizá no lo hubiera hecho», explica. Pese a las dificultades burocráticas, no se arrepiente y está orgullosa del camino que ha recorrido hasta el momento: «Mirando atrás, siempre pienso ‘menos mal que lo hice’ porque ahora estoy muy contenta de poderme dedicar a esto; siempre había algo dentro de mí que me hacía seguir y no tirar la toalla». El apoyo de su círculo más cercano también ha sido muy importante. «Al principio, se sorprendieron un poco, pero me apoyaron bastante, incluso económicamente», apunta. Sobre qué consejo le daría a quien tiene una idea en la cabeza dándole vueltas para crear un negocio, pero no se atreve tiene claro que hay que lanzarse, aunque cueste al principio: «Que no se lo piensen tanto, hay que dar el paso. Al final si haces algo que te gusta, te apasiona y lo haces con ganas seguro que va bien». Actualmente, Melania vende sus productos en distintos herbolarios de Eivissa y tiendas ecológicas, como Biosmell, Polen, Antigua simbólica o la alternativa Eco y en Formentera en Formentera verde y Natural. Además, se puede contactar con ella a través de Instagram (@MelIbiza_cosmeticanatural) y está trabajando para crear tienda on line. Entre sus próximas metas o «sueños a largo plazo», como ella misma define, está el poder abrir su tienda física y contratar a gente que la ayude.