Joan Guasch Serra es desde el pasado mes de junio el presidente de la Cambra de Comerç pitiusa, una entidad que ha pasado por muchas dificultades durante la pandemia. | Daniel Espinosa

Joan Guasch Serra (Eivissa, 1984) es el presidente de la Cambra de Comerç d’Eivissa i Formentera desde el pasado mes de junio en sustitución de Carlos Marí-Mayans. Licenciado y máster en Dirección de Empresas por Esade, trabajó en diferentes multinacionales en Barcelona antes de volver a la isla en 2011. Estuvo cuatro años trabajando para una gran cadena hotelera hasta incorporarse definitivamente a los negocios familiares. Guasch espera dar un nuevo impulso a la Cambra tras unos años en las que la supervivencia de la entidad ha estado en el alambre por la falta de financiación.

¿Los empresarios pitiusos han visto cumplidas sus expectativas esta temporada?
En general, el volumen de negocio ha ido por encima de lo esperado pero ha costado mucho esfuerzo encontrar personal, que el género llegue cuando tiene que llegar además del coste económico provocado por las subidas de precios. Muchos negocios son turísticos y no han podido imputar a su cliente final esta subida de costes.

¿A qué hay más temor este invierno: a la crisis energética, la inflación desbocada o a que Putin haga otra locura?
Si Putin aprieta el botoncito no hace falta temer nada porque estaremos todos fritos, así que no hace falta ni tenerlo en cuenta. En Europa vamos a rebufo de los Estados Unidos para reducir la inflación. La Reserva Federal sube los tipos de interés como no veíamos desde 2008 para que la inflación, que allí es del 8 %, sea del 2 %. Aquí, en la Unión Europea, está en el 9,5 % y no tiene pinta de que baje sino que, como mucho, se estabilizará. El Banco Central Europeo subirá tipos de interés y las hipotecas se encarecerán, pero siempre vamos a rebufo de los americanos. Nos esperan siete u ocho meses con encarecimientos de créditos y con una inflación todavía sin control que provocará una contracción del consumo de las familias. Nos espera un invierno oscuro. Está por ver si los fijos discontinuos que acaban de trabajar en octubre se pueden volver a contratar en marzo. Es irreal pensar que si la inflación es del 10% los salarios también suban en la misma proporción. No es sostenible para las empresas.

Ni el Gobierno ni el Govern balear parecen dispuestos a bajar impuestos. ¿Qué le parece?
En economía, lo que parece una verdad absoluta después deja de serlo teniendo en cuenta quién lee el manual. Los partidos de centro-derecha apuestan por bajar impuestos y los de centro-izquierda, por subirlos. Esto ha sido así y parece que no va a cambiar. Todo depende de cuándo, cómo y a quién se suben los impuestos. Hay que recordar que si a un empresario le cuesta más tener su negocio abierto, al final el trabajador también lo sufre.

¿Ha estado en peligro la continuidad de la Cambra de Comerç por culpa de la pandemia?
Sí, absolutamente, pero no tanto por la pandemia en sí. En 2010, el Gobierno de Rodríguez Zapatero eliminó la cuota cameral que obligatoriamente pagaban todas las empresas, que suponía un 0,15% de sus beneficios. El 80% de las empresas ibicencas pagaban anualmente entre 50 y 60 euros y entre las 15 empresas que más pagaban ya cubríamos el presupuesto, que era de entre un millón y medio y dos millones de euros. Desde entonces, la Cambra ha vivido de rentas. Podríamos, perfectamente, buscar asociados y que pagasen una cuota. Pero entonces nos convertiríamos en la Cambra de unos pocos, de los que más paguen. Y no hemos querido ser esto. Nosotros servimos a todas las empresas pitiusas, que son más de 14.000. Cuando se constituyó la anterior directiva hace cuatro años nos propusimos conseguir convenios, subvenciones o colaboraciones con instituciones públicas para obtener ingresos, porque con lo que teníamos en la caja nos daba para dos o tres años. Y entonces llegó la pandemia.

Acaban de conseguir 200.000 euros del Consell d’Eivissa. Estarán contentos.
Estamos muy contentos y agradecidos porque nos ayuda a coger aire. Esperamos no tener que volver a pedir nunca más. La subvención está ligada a la presentación de informe de viabilidad que demuestre que podemos seguir abiertos. Aparte, nuestro tutelador, la Direcció General de Comerç, nos ha subvencionado con 116.000 para que podamos tener abierta nuestra estructura y, si no cambia nada, en 2023 el Govern balear, copiando lo que ya se hace en Canarias, debería incluir una partida de aproximadamente 250.000 euros para cada Cambra, que al ser entidades de utilidad pública no debería dejarlas caer. Con estas cantidades tendríamos la tranquilidad de tener una estructura y un personal para poder, después, empezar a firmar convenios y poder trabajar.

¿Por qué hay esta disparidad en las cifras que aporta el Consell d’Eivissa y el Govern? El Ejecutivo balear firma convenios habitualmente con la Cambra de Mallorca. ¿Existe discriminación?
Hemos invitado más de diez veces al conseller Iago Negueruela para explicarle lo que hacemos y no ha venido. La única vez que nos reunimos, en la legislatura pasada, nos dijo que a él no le interesaba que hubiera más cámaras que la de Mallorca para tenerlo todo centralizado en un solo interlocutor. Mientras yo esté aquí, la Cambra d’Eivissa no se deberá a ningún color político. La Cambra de Mallorca, en cambio, tiene una afinidad más que reconocida con el Consolat.

¿Cuál es el principal problema de los empresarios pitiusos?
Ojalá solo tuviera uno. Le diré dos: la falta de personal cualificado además del intrusismo y oferta ilegal.

¿Hacen los suficiente las instituciones para combatir el intrusismo?
No, pero también es cierto que tienen las manos atadas, como no poder precintar pisos turísticos.

¿Hay que poner límites al turismo? El Consell d’Eivissa piensa limitar la entrada de vehículos.
Antes de limitar hay que saber qué hay que limitar y conocer las cifras. La sensación es que Eivissa está masificada pero, ¿cómo es posible si cada vez hay menos plazas hoteleras? La respuesta es la oferta ilegal. Conociendo los números se puede actuar después.

¿Eivissa puede vivir sin ocio nocturno?
Eivissa no puede vivir sin turismo y el turismo es ocio. Podríamos debatir qué tipo de turismo queremos.

¿Qué servicios ofrecen en la Cambra cuando un empresario les toca la puerta?
Ofrecemos información. Tenemos un censo empresarial para que los que quiera ser empresarios sepan, por ejemplo, qué competencia van a tener. También explicamos los pasos que hay que seguir para ser autónomo o constituir una empresa, ofrecemos formación, mediación y arbitraje mercantil, además de jornadas divulgativas.

Su padre, Joan Guasch Noguera, fue un pionero en la industria turística. ¿Qué aprendió de él?
Aprendí que por muy buen empresario que seas y por mucho dinero que tengas, no harás nada sin el último que está limpiando las esquinas. Y se merece el mismo o más respeto que tú. Admiración absoluta para la gente que se juega los cuartos, que tiene que dejar su familia atrás o tiene que hacer sacrificios para llevar dinero a casa. Él tuvo que emigrar y lo tenía muy presente. Lo que me cuesta más es callar más y hablar menos.