Hablar de bolsas americanas es hacerlo, en la mayoría de los casos, de las empresas más importantes y más fuertes del mundo. En este sentido, representan y apoyan el crecimiento de la primera potencia económica mundial. Este hecho es especialmente relevante para algunos sectores productivos como las empresas tecnológicas, con las Big Tech en cabeza, o las famosas FAANGs (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google), farmacéuticas de gran calado o las principales bancas de inversión. Estados Unidos es con diferencia el país que más pesa dentro de los índices mundiales de referencia como el MSCI World, o el MSCI ACWI (que incluye también países emergentes). Por lo tanto, lo que ocurre en Wall Street está afectando a carteras de inversores de todo el mundo. Hasta ahora, en parte gracias al crecimiento de algunos sectores como el tecnológico, estaba dando muchas alegrías a inversores con crecimientos de rentabilidad exponencial, superando los máximos de la burbuja «punto com», los de la burbuja inmobiliaria y dejando en una anécdota las caídas provocada por la pandemia de la COVID. Sin embargo, el mercado se ha girado.

Los motivos de este cambio hay que buscarlos en las subidas de tipos de interés, motivadas por el espectacular incremento de precios. Para frenar la inflación, la Fed (Reserva Federal Americana, equivalente al Banco Central Europeo) ha subido tipos en apenas seis meses pasando de una tasa del 0% al 3%, con tres subidas consecutivas de 0,75% tras las dos primeras más suaves. Las repercusiones de encarecer tipos de interés sobre las bolsas se han tratado en varias ocasiones en esta sección y son más impactantes para la bolsa americana por dos motivos: por el ritmo de subidas, muy superior al de, por ejemplo, la zona euro y por el gran peso del sector tecnológico en los índices americanos, en especial en el Nasdaq.

Llegados a este punto, con caídas muy fuertes desde los máximos del año pasado, los inversores se empiezan a preguntar si es momento de entrar y aprovechar precios muy atractivos en algunas compañías (no en todas, es cierto que la subida de tipos puede acabar con algunas). Estos días, los principales índices están alcanzando soportes: el S&P 500, el más representativo por cantidad, cálculo y por distribución, ha alcanzado sus mínimos de junio, que coinciden con anteriores máximos históricos en 2020: estos 3.640 puntos pueden ser clave, de lo contrario los 3.400 son el siguiente soporte.

Por lo que respecta al tecnológico Nasdaq, tras perder de forma rápida los 12.240, está intentando aguantar los 11.000 (también son sus mínimos de junio); si los perdiera se dirigiría a los 9.700. ¿Qué hará que se mantengan o se pierdan estos niveles clave? Sin duda las declaraciones que vengan de la FED (como las de este mismo miércoles), pero ya hay que tener en cuenta las presentaciones de resultados del tercer trimestre que empezarán en breve y gracias a las que se podrá analizar a qué empresas está afectando realmente la inflación y la subida de tipos. Han sido meses huérfanos de esta importante referencia y el mercado ha puesto su foco en tipos e inflación sin ver cómo repercute en las empresas que, al fin y al cabo, es lo más importante al invertir en bolsa.