Hay que remontarse a enero de 2009 para encontrar un euríbor a 12 meses superior al cierre del euríbor de septiembre de 2022, cuyo valor rozará el 2,2%. En otras palabras, los hipotecados que vean revisar su préstamo con el euríbor actual, pagarán más intereses que los costes financieros de las familias hipotecadas a tipo variable en los últimos 13 años. Un cliente hipotecado a 30 años a euríbor +1%, con una deuda pendiente de 180.000 euros en el momento de su revisión con el euríbor de enero de 2009, habría pagado el primer año una cuota de 820 euros. El mismo endeudamiento contratado ahora supondría una cuota de 778 euros. Y dirá el lector o lectora ¿y qué problema hay? Se paga ahora menos que hace 13 años. Ahora imaginemos otro caso, que la misma hipoteca se solicitó el año pasado, con el euríbor de septiembre de 2021 (-0,492%) y que hoy toca revisión. La persona hipotecada empezó pagando una mensualidad de 539 euros y este año abonará al banco 770 euros. Un incremento mensual de 231 euros, 2.772 euros al año más de factura financiera. Ahora está claro el problema, ¿verdad? Más de 2.700 euros al año.

Los tipos de interés hipotecarios han estado por debajo del 1% desde agosto de 2012 y en valores negativos de febrero de 2016 a marzo de este 2022, momento en que el referencial hipotecario ha experimentado un ascenso en ruta de colisión hacia la capacidad de los hogares de pagar sus préstamos hipotecarios. Sin embargo, con la debida cultura financiera del cliente y la obligada prudencia crediticia de la entidad financiera que concede la financiación, esta evolución del euríbor no tendría que haber provocado ni pánico ni problemas generalizados de impago en los próximos meses. A fin de cuentas, el máximo del euríbor ha superado el 5% en 2008 y los peores augurios no amenazan aún con un euríbor por encima del 3% el año que viene.

Por desgracia, ni hemos sido capaces como sociedad de proporcionar los conocimientos financieros mínimos a nuestros ciudadanos, ni la responsabilidad crediticia es la norma que impera en nuestro sistema financiero. Bastaría con calcular las ratios de endeudamiento utilizando un tipo relativamente alto, de un euríbor al 5%, y los problemas de pago futuros de la mayoría de los individuos se reducirían exponencialmente. En el ejemplo, la cuota utilizada para el análisis de riesgo sería de 1.080 euros y los ingresos mínimos mensuales exigidos a los potenciales hipotecados de 2.700 euros (ratio de endeudamiento del 40%). La tormenta perfecta de inflación, alza de tipos de interés y freno al crecimiento económico es un obstáculo peligroso en nuestro vuelo económico, ni el primero ni el último al que nos tendremos que enfrentar. Volar sin formación financiera es hacerlo en modo automático, sin capacidad de maniobra cuando los problemas aparecen. De una vez por todas, abandonemos el vuelo kamikaze y gestionemos nuestras finanzas personales con conocimiento, responsabilidad y asesoramiento independiente. Falta nos hace a todos.