Mientras vivimos en una semana de caos en redes sociales con los cambios continuos de Elon Musk tras su compra de Twitter y los despidos de Mark Zuckerberg en Meta, TikTok sigue dando pasos e innovando en su modelo de negocio.

De un modo más o menos ético, está probando «a modo confidencial» un sistema de puntaje para los influencers o creadores de contenido que usan su plataforma de vídeos. Factores como el entusiasmo o disposición para promocionar productos van ligados a unos puntos que clasifican las diferentes cuentas.

Existen unos documentos internos que ya han hecho llegar a sus socios comerciales, así como a algunos creadores. La intención de TikTok es convertirse en una plataforma de compras. Es un objetivo común a Instagram y WhatsApp. En los tres casos, estas redes pretenden que podamos comprar sin salir de la aplicación.

TikTok compartió una interfaz con socios comerciales potenciales en la que los creadores se clasifican por su influencia en ciertas categorías de productos, la cantidad de contenido que producen, qué tan exitoso es ese contenido y cuánto impulsan las ventas estos vídeos. Los influencers también se califican según su grado de «colaboración» y «coherencia».

De momento este sistema de puntaje, que nos recuerda en cierta medida a uno de los capítulos de Black Mirror, está disponible en los países en los que está activado TikTok Shop. En varios países de Asia, y en Europa, en Reino Unido.

A modo público, TikTok ya cuenta con una herramienta dentro de la misma aplicación donde las empresas pueden descubrir y colaborar con sus influencers favoritos. Puedes encontrar más información de su uso en TikTok for Business. Recordemos que las redes sociales son empresas privadas y tienen que monetizar. Lo importante es que nosotros tengamos el conocimiento, y de ese modo el control, sobre si queremos hacer uso de ellas, y de cómo usarlas.