El hotel está dividido en dos edificios, uno que alberga los espacios comunes -en la imagen- y otro para las habitaciones. Cuenta con amplios jardines.

El primer resort de Intercontinental Hotel Group en Mallorca ya está en funcionamiento. El Kimpton Aysla Mallorca, que cuenta con 79 habitaciones, llegó tarde a la temporada, puesto que las obras se prolongaron más de lo previsto, pero desde principios de octubre ya está abierto. De cinco estrellas, proyectado por el arquitecte Guillem Reynés, es una apuesta inequívoca por el lujo. Situado en Santa Ponça, forma un triángulo de prestigio junto al vecino campo de golf y el Mallorca Country Club de tenis, que alberga el torneo de la ATP Mallorca Championships sobre hierba. Gracias a su cercanía con Palma, el aeropuerto y estos equipamientos deportivos, pretenden estar abiertos durante todo el año.

Alejandro Bautista es el director general del establecimiento. Madrileño de nacimiento, llega a Mallorca encantado e ilusionado después de dirigir el Intercontinental de Cascais en Portugal. «Trabajar en Mallorca es una bendición y el reto de asentar el nuevo establecimiento es apasionante», asegura. Esperan que sus mercados prioritarios sean el alemán y el británico, además del estadounidense.
IHG Hotels & Resorts cuenta con más de 6.000 establecimientos repartidos por el mundo. Su modelo de crecimiento no prioriza la propiedad, sino que acaparar habitaciones en distribución es el gran objetivo. El grupo está en permanente expación y Balears, un destino vacacional consolidades en el que aún no tenía presencia, era uno de sus objetivos estratégicos. El proyecto del Kimpton Aysla Mallorca comenzó a negociarse hace ya un buen número de años, en 2014, aunque la idea inicial era abrir un Intercontinental. «El inversor descubrió que Intercontinental había comprado Kimpton. La marca Kimpton nace en 1981, fundada por Bill Kimpton, que regenta un establecimiento hotelero y detecta que estando conectado a sus clientes consigue buenos resultados. Entiende la hotelería como un lugar que está rodeado de restaurantes y centros sociales. Este hecho conecta mucho con el hecho de que antes había aquí un club social», asegura Bautista.

Alejandro Bautista
Alejandro Bautista, con una larga trayectoria en IHG, es el director general del establecimiento.

El Kimpton Aysla Mallorca es el primer hotel de IHG en la Isla y el segundo en Balears, puesto que el año anterior entró en funcionamiento el Six Senses en Eivissa en una apuesta por el lujo y el glamour de la pitiusa mayor. Kimpton vende experiencias de forma personalizada. Es una marca joven, de lujo, relajada y cercana. El Kimpton Aysla Mallorca pretende estar abierto todo el año y cuenta, evidentemente, con la comunidad local. «Queremos estar abiertos a la ciudad. Tenemos una desconexión intencionada en la arquitectura del establecimiento para dar esa sensación de apertura. En Europa, en el día de hoy, aún no se tiene la sensación de que los hoteles son un lugar de socialización. Queremos reactivar la parte social que tenía el antiguo Country Club de Santa Ponça», explica. El establecimiento quiere abrirse a los residentes, tanto locales como extranjeros, aunque apuesta también por un componente de exclusividad. Quiere crecer a partir de un reducido y selecto grupo de fundadores y a partir de ahí incrementar su público pero solo por recomendación.

Precisamente, la construcción sigue la filosofía de que una parte del espacio sea compartido y el otro, de mayor privacidad. Por ello se han levantado dos edificios, uno al lado del otro, en el que uno alberga las zonas comunes y el otro, las habitaciones. Otra de las distinciones del establecimiento es que muchas de las habitaciones tienen doble terraza, una desde el cuarto y otra desde el baño. Tanto los suelos como otros elementos decorativos en zonas comunes y baños cuentan con el sello de Huguet. Asimismo, el arte contemporáneo tiene un papel protagonista en el interiorismo, puesto que el establecimiento cuenta con más de 700 obras de artistas y artesanos locales.

Spa y piscina
El Kimpton Aysla Mallorca, situado en Santa Ponça, cuenta con un diseño de interiores moderno. El establecimiento cuenta con un spa de más de 1.000 metros cuadrados y dispone de una amplia piscina interior.

El proyecto de Kimpton Aysla Mallorca tiene un aporte de energía solar, que puede alcanzar el 30% del consumo energético total del establecimiento. Además, las instalaciones están dotadas con un tanque de recepción de agua pluvial, que posteriormente se utilizará para el riego de los jardines. Además, reutilizan las aguas grises del edificio de habitaciones y tienen previsto reciclar los residuos orgánicos y hacer compostaje. Además, en todos los lugares visibles para el cliente no se utilizará plástico.

El establecimiento ha cuidado con mimo el diseño de las zonas comunes destinadas al bienestar del cliente. En este sentido, cuenta con un spa de más de 1.000 metros cuadrados, que cuenta con siete salas para tratamientos, una cueva de sal, baño turco, sauna, baño de barro, además de una gran piscina interior. El Kimpton Aysla Mallorca ha firmado convenio de gestión para la zona de spa con la firma Codage París. La oferta gastronómica es extremadamente importante para todos los hoteles Kimpton. «Nosotros, como marca, somos Kimpton Hotels & Restaurants. Y es que el peso de la restauración es enorme en Kimpton. De esta manera, un hotel de 79 habitaciones tiene un restaurante exterior enorme, con bar y cocina vista. Además, hay un restaurante en el interior y un bar. Tenemos un equipo de diseño de conceptos gastronómicos», explica.

El restaurante interior se denomina Saba y ofrece una fusión de cocina española y asiática -fundamentalmente japonesa y coreana-, desarrollada con producto local. El chef español Alejandro Bermúdez, que ha residido en Seúl durante doce años y ha trabajado con el famoso chef Edward Young-min Kwon, es el máximo responsable del restaurante, que cuenta con una bodega a la vista con caldos de gran nivel. Además, en el bar interior se ofrecen tapas españolas e internacionales. El restaurante exterior, que funcionará siempre que la metereología lo permita, tiene un concepto de mercado. El cliente puede escoger el producto -carne o pescado-, que es cocinado al instante. Cuenta también con un horno de leña para pizzas.