Éste es el último número de 2024, y qué mejor momento para hacer un análisis de lo que puede pasar en 2025. Desde luego, las bolsas son un panorama complejo y desafiante, influenciado por factores políticos y económicos que hay que analizar en detalle.

La investidura a principios de año de Donald Trump supone una vuelta a las políticas económicas que caracterizaron su administración como la reducción de impuestos y la desregulación. Sin embargo, su «America First» podría implicar amenazas comerciales, tener impacto inflacionario y provocar una pérdida de competividad. Muy ligadas a este riesgo están las compañías tecnológicas, a día de hoy uno de los actores principales, no solo en las bolsas sino en la economía. Prohibiciones de exportar chips, de fabricar en algunas zonas o incremento de aranceles pueden afectar a los márgenes de éstas, y por tanto, a su evolución en bolsa tras dos años de subidas verticales. Realmente estas revalorizaciones extraordinarias no se ha dado en todo el sector, de hecho algunas más pequeñas están cobrando cada vez más importancia en los despachos de los analistas y, tras el comportamiento inverso a las «7 Magníficas», pueden dar alegrías, especialmente si se mantienen los descensos en tipos de interés.
Evidentemente éste es otro punto a tener muy presente: la tendencia de tipos es bajista, algo bueno para la economía y para las bolsas (y especialmente para la renta fija) pero habrá que ver hasta cuándo bajan.

En Estados Unidos parece que los últimos datos macroeconómicos son positivos y no marcan urgencia, además ese riesgo inflacionario del que hemos hablado puede hacer que la FED tenga menos prisa.

En Europa, las perspectivas no son tan buenas, al contrario que en Wall Street donde no hay casa de análisis que vea caídas, Bank of America prevé una del 9% en el índice Stoxx 600 para 2025, con sectores defensivos como alimentación, bebidas y farmacéuticas como sus preferidos.
En este sentido, los tipos de interés sí que parece que no tienen excusa para no bajar, lo cual perjudicaría, a priori, a un sector tan presente como la banca.

Es verdad que en esta sección hemos detallado muchas veces que los márgenes de intereses no es lo único que hay que mirar en la banca. Eso sí, se volverá a oír una y otra vez «Europa está más barata que Estados Unidos». Mirando ratios no falta razón y, muy probablemente algunas compañías europeas lo harán muy, pero la cada vez más baja productividad y un riesgo de Guerra Comercial de la que Europa saldría perdiendo, hace que haya que ser muy selectivos.

No podemos olvidarnos de los mercados emergentes, y no queda otra que hablar del posible resurgir chino. Precisamente esta semana se ha celebrado la reunión económica anual de la que se espera mucho. Es más importante de lo que parece, aunque el mercado bursátil chino es muy pequeño no lo es el impacto económico en empresas que venden al gigante asiático.

En definitiva, un 2025 marcado por políticas monetarias, por la tecnología y la Inteligencia Artificial, la geopolítica, sin olvidar noticias relativas a la sostenibilidad y al cambio climático.